México D.F. Jueves 29 de abril de 2004
Desde 1995 los tres acordaron modificar el TLCAN
para vender gasolinas a Pemex
El gobierno mexicano abre la puerta a combustibles
de Canadá y EU
Se negocia el envío de petróleo crudo
''especial'' para refinarlo en Estados Unidos
ISRAEL RODRIGUEZ Y VICTOR CARDOSO
En
el mayor de los sigilos, desde 1995 los gobiernos de México, Canadá
y Estados Unidos negociaron y acordaron modificar el Tratado de Libre Comercio
para América del Norte (TLCAN), a fin de promover las ventas extranjeras
de gasolinas, otros combustibles y derivados petrolíferos a Petróleos
Mexicanos (Pemex).
Además se encuentra en negociación un nuevo
acuerdo del esquema de maquila que tiene la paraestatal para poder refinar
petróleo crudo ''especial'' en Estados Unidos, a fin de cubrir el
déficit provocado por el crecimiento de la demanda nacional. Hasta
donde se sabe, el crudo mexicano sería procesado en una refinería
diferente a la de Deer Park, donde Pemex mantiene una coinversión.
Para este año la paraestatal mexicana tiene considerado
importar más de 150 mil barriles diarios de derivados de petróleo,
que representarán un gasto superior a los 4 mil millones de dólares
anuales. Sólo en impuestos generados por la compra de productos
petrolíferos en el extranjero, Pemex pagó en 2003 más
de 200 millones de dólares.
Según especialistas consultados por este diario,
la medida representa una severa amenaza para Pemex, pues por un lado desalentará
la producción de petrolíferos como gasolinas, turbosina y
otros derivados del petróleo, y por el otro fomentará las
compras externas de esos productos.
Consultado por La Jornada, el director de Pemex,
Raúl Muñoz Leos, dijo: ''Desconozco las negociaciones y el
tema. No sé de lo que estaríamos hablando''.
Sin embargo, el director de la subsidiaria Pemex Refinación,
Juan Bueno Torio, explicó que se busca evitar el pago de impuestos
en la importación de petrolíferos. Estados Unidos y Canadá,
informó, ya eliminaron los aranceles a esos productos ''y lo único
que estamos haciendo es ponernos en sintonía con ellos para que
cuando les exportemos, no nos cobren impuestos''.
Rechazó que existan riesgos para la petroquímica
nacional ''porque el único que puede importar esos productos es
Pemex Refinación; el esquema es el mismo que tenemos ahorita, lo
único es que en lugar de pagar impuestos, no vamos a pagar impuestos''.
Proceso en marcha
El 7 de octubre de 2003 el Grupo de Trabajo de Reglas
de Origen del TLCAN envió, para su estudio y dictamen, un ''instrumento
internacional'' al Senado de la República, que contiene el proyecto
de decreto por el que se aprueban las modificaciones al anexo 401 del TLCAN
de diversos productos, entre los que se incluyen, de manera genérica,
los ''derivados de petróleo''.
Hasta el momento los legisladores no han encontrado factores
para considerar que la medida represente una amenaza para la industria
nacional ''ya que México es netamente deficitario en combustibles
y Pemex cuenta con el control exclusivo para la importación y distribución''
de los mismos.
Por el contrario, se estima que de aprobarse el proyecto
Pemex Refinación, al no tener que pagar impuestos de importación,
dispondría de 200 millones de dólares anuales y dejaría
de necesitar financiamientos crediticios. Esos recursos, se argumenta,
representarían un saneamiento financiero que ''permitiría''
a Pemex Refinación impulsar inversiones.
''La meta debe ser la autosuficiencia en gasolinas, ya
que sus importaciones están significando una fuerte salida de divisas'',
justifica la propuesta y precisa que ''un aspecto sustantivo para Pemex
es la reducción de la carga impositiva federal con la consecuente
liberación de sus recursos financieros''.
Lobo con piel de oveja
Aunque en términos generales el proyecto de decreto
enviado al Senado no considera riesgos porque incluso menciona que tanto
Estados Unidos como Canadá han puesto en vigor la desgravación
arancelaria en derivados petrolíferos desde hace más de un
año y ''los beneficios de la misma son ya aplicados'' en esos países,
especialistas consultados por La Jornada piensan lo contrario.
Afirman que si bien en principio se dejarían de
pagar los aranceles derivados de la importación de petrolíferos,
no existe garantía de que los recursos económicos excedentes
vayan a ser utilizados para aumentar la producción en las refinerías
de Pemex. Con la medida, añadieron, el mercado nacional se inundará
de combustibles importados, lo que representa un severo riesgo para Pemex
Refinación, que sería desplazado de la producción
de ese tipo de refinados por el diferencial de precios.
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