Es un derecho, pero hay que preparar bien la estrategia, señalan en foro del Senado

Necesario, considerar riesgo a la soberanía por el voto en el extranjero: expertos

CAROLINA GOMEZ MENA

Aunque el voto de los mexicanos en el exterior es un derecho que no se les puede escatimar, la estrategia para instaurarlo debe ser analizada a fondo, pues de lo contrario se podría poner en riesgo la soberanía nacional, en especial por los acuerdos que deba suscribir México, por ejemplo con Estados Unidos (país donde radica la mayor cantidad de mexicanos en el extranjero) para hacer efectiva dicha garantía, consideraron expertos en el tema durante la inauguración del primer foro de reflexión binacional Los mexicanos de aquí y de allá Ƒperspectivas comunes?, organizado por el Senado de la República y la Fundación Solidaridad México Americana.

Sobre ello, Jorge Bustamante, pionero en los estudios sobre migración en México, fundador y durante mucho tiempo presidente de El Colegio de la Frontera Norte, aunque dijo estar de acuerdo con el voto en el extranjero, expuso que existen muchas aristas que los legisladores no han abordado.

Sostuvo que proponer una ley en México con efectos en el extranjero va contra el principio de validez universal de la "no extraterritorialidad de la ley... cualquier mexicano que haya pasado la primaria entiende que el respeto al derecho ajeno es la paz", y remarcó que habría que analizar el hecho de que quienes viven en el extranjero "no estarán en México para vivir las consecuencias de su voto".

También planteó que otra situación que no se ha valorado es quién deberá resolver las controversias que surjan de las cuestiones electorales, y señaló que dado que los procesos se realizarían en territorio extranjero, existe el riesgo de que tribunales también extranjeros puedan resolver las impugnaciones derivadas de una votación que influirá directamente en la vida interna del país.

De acuerdo con las cifras más recientes, 25 millones de personas de origen mexicano viven actualmente en Estados Unidos, y representan 67 por ciento de la comunidad hispana en aquella nación, y de ellos 9 millones nacieron en México.

Asimismo, durante la última década la población de origen mexicano en el vecino país creció 52.9 por ciento, su edad promedio es de 23 años y cuenta con 10.9 años de escolaridad -esto es, tres años más que el promedio existente en México- y sus remesas han alcanzado 14 mil millones de dólares anuales, establece el más reciente informe del Pew Hispanic Center, avalado por el Banco Interamericano de Desarrollo.

Pero no es sólo por estas cifras ni por el volumen de las remesas que los connacionales envían al país que se les debe brindar el derecho a votar, afirmó Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y señaló que es deseable que pronto se les dé ese derecho y que para ello se debería establecer un tratado en la materia con Estados Unidos. Al respecto refirió que corresponderá a la cancillería "que nos diga que no habría afectación a la soberanía nacional por el hecho de tener que pactar con un gobierno extranjero sobre asuntos que influirán directamente en el ámbito interno".

La escritora Elena Poniatowska se manifestó a favor de que pronto se concrete el sufragio de los connacionales en el extranjero, pero hizo hincapié en que la modalidad de sufragio tiene que ser determinada con mucho cuidado para que no se dé pie a suspicacias.

José Woldenberg, ex consejero presidente del IFE, resaltó que en primera instancia México, como parte de la eventual reforma electoral, debe determinar por qué medios se ejercería el voto, así como las condiciones para determinar quiénes serían candidatos a sufragar; tal vez -sugirió- "establecer condiciones de residencia". Descartó que establecer un proceso electoral en Estados Unidos demande gran cantidad de recursos.