México D.F. Domingo 25 de abril de 2004
Diputada argentina sugiere a México crear
programa mixto para manejar las pensiones
Peligra la viabilidad económica de los sistemas
de seguridad social de AL
El Estado debe invertir en las personas para garantizar
la equidad, afirma Miriam Isabel Benítez
FABIOLA MARTINEZ
La situación de la seguridad social en América
Latina obliga a impulsar cambios en esta materia como la única alternativa
para asegurar la viabilidad financiera de estos sistemas y reducir el número
de desamparados en los próximos años, señaló
Miriam Isabel Benítez, diputada por el Partido del Progreso Social
de Argentina y presidenta de la Asociación de Egresados de la Organización
Iberoamericana de Seguridad Social.
Mientras en su país diversos grupos políticos
luchan por lograr una "contrarreforma" a las enmiendas aplicadas al régimen
de pensiones durante la década pasada, la especialista aconseja
a México estudiar la conveniencia de un sistema mixto, es decir,
sustentar los recursos para el retiro en la administración pública
y fortalecer los ahorros mediante contribuciones voluntarias que podrían
administrar, incluso, empresas privadas.
Sin embargo, apunta, independientemente del sistema elegido,
es necesario que el Estado no se aparte de sus obligaciones básicas
y asegure una "pensión mínima de ciudadanía", es decir,
el apoyo para la vejez, por lo menos para que este sector asegure la alimentación
y el acceso al servicio de salud pública.
"Creo
que eso es más que una cuestión de bondad; se trata de reconocer
la realidad en nuestros países. El Estado debe invertir en las personas,
en comedores para niños, para ancianos (...) invertir en seguridad
para convertirla en equidad", expresó.
La diputada Benítez, con amplia trayectoria en
estudios profesionales de seguridad social y práctica académica
en la materia, recoge también su experiencia como asesora en los
ministerios de Economía y Hacienda de diversas provincias en su
país, para insistir en que la canalización de recursos a
lo social no es un gasto sino una inversión.
En entrevista con La Jornada, manifiesta su beneplácito
por los intentos de reformar los esquemas de jubilaciones en las principales
instituciones de seguridad social de México (IMSS e ISSSTE), pero
sobre todo, por la atención que brindan los gobernantes en turno
a los adultos mayores.
"Tenemos que volver a la base del retiro por vejez, o
sea, el premio después de laborar determinados años. En realidad
la concepción ideológica en este sentido refiere una compensación
cuando alguien ha perdido la capacidad de trabajo", dijo.
"La perspectiva planteada es muy sencilla: cuando una
persona llegue a una edad determinada puede acudir al Estado a recibir
un beneficio y, si se trata de un ciudadano que además cuenta con
una trayectoria laboral determinada, podría acceder a un rédito
mayor, más allá del ahorro voluntario que pudo haber prevenido".
Ahora que en México empieza a discutirse ese tipo
de enmiendas, la diputada Benítez señala que ningún
país está condenado al estancamiento; por el contrario, es
momento de explorar "un mundo infinito de posibilidades y combinaciones"
en el sistema de seguridad social, cuyo resultado "será cuestión
de las buenas decisiones políticas y la inteligencia con que éstas
se manejen", no sólo de los políticos de alto nivel sino
a partir de una campaña de "concientización" que llegue hasta
el último obrero o empleado.
La discusión de este tema en América Latina
parte de un contexto prácticamente idéntico, esto es, índices
de desempleo que pueden rebasar 50 por ciento de la población, y
la necesidad de modificar la edad para el retiro, debido al aumento en
la esperanza de vida de la población, pero sobre todo a una añeja
discusión respecto de la pertinencia de optar por un esquema de
reparto o virar hacia la capitalización de recursos.
Otra premisa básica que deben atender los gobiernos
es que ante el creciente número de personas en pobreza y extrema
pobreza, la cifra de contribuyentes que actualmente tienen un empleo formal
y que podrían asegurar una pensión irá disminuyendo
paulatinamente, por lo que "es necesario pensar en una sociedad no contributiva".
Como advierten todos los estudiosos en el tema, Benítez
repite que no hay una fórmula mágica para asegurar la viabilidad
financiera y el bienestar de la población; no obstante, desde la
experiencia chilena (país que privatizó el sistema de ahorro
para el retiro desde los años 80) se deduce que la capitalización
puede resultar un buen complemento pero sólo para determinadas capas
de la población y, en cambio, está comprobado que derivó
en un gran negocio para unos cuantos.
Es por ello que, ante cualquier camino que se elija, es
necesario proteger a los excluidos a partir de su incorporación
a una "pensión no contributiva" al tiempo de tratar de insertarlos
a un empleo, a la capacitación y a la educación.
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