México D.F. Domingo 25 de abril de 2004
Ultimados en Irak unos cien soldados estadunidenses;
900 heridos, en lo que va de abril
Se multiplican las acciones de la resistencia; más
de 30 muertos
Cohetes matan a 14 personas en un mercado de pollos
en el suburbio chiíta de Ciudad Sadr
El ejército invasor, decidido a incursionar pese
a la tregua en la localidad sunita de Fallujah
PATRICK COCKBURN THE INDEPENDENT
Bagdad, 24 de abril. Cohetes u obuses mataron a
14 personas e hirieron a 30 este sábado, al explotar en un atestado
mercado de pollos en el miserable suburbio chiíta de Ciudad Sadr,
en esta capital.
"Estábamos charlando cuando dos cohetes estallaron",
relató Bassam Abdul Rahim. "El segundo le dio a un tanque de gas
y la explosión fue enorme. Había sangre y cuerpos por todas
partes."
El ataque al mercado de pollos, que no se encuentra cerca
de ningún blanco militar obvio, podría ser un esfuerzo de
los insurgentes por mantener elevada la temperatura política.
Los
incidentes violentos son tan frecuentes en estos días en el país
ocupado que de muchos ni siquiera se informa.
Al norte de la capital, en la base estadunidense de Taji,
cinco soldados resultaron muertos y seis heridos este sábado por
dos cohetes de 57 milímetros, indicó un vocero militar. Dos
de los heridos estaban en condición crítica y a tres se les
reportaba graves.
Por lo menos cien soldados estadunidenses han perecido
en lo que va de abril, el peor mes en bajas para las fuerzas de ese país
desde que George W. Bush ordenó el año pasado la invasión
de Irak.
El Pentágono mantiene bajas las cifras de soldados
heridos y rehúsa dar detalles sobre la gravedad de las lesiones.
Pero 900 militares han sido heridos en acción desde principios del
mes, tres veces más que en marzo.
Alto nivel de violencia
Si bien hubo pocos combates en las zonas de Fallujah y
Najaf, las dos ciudades iraquíes que Washington amenaza con invadir,
aún existe un nivel de violencia excepcionalmente alto en todo el
país.
Al igual que los 14 asesinados en el mercado de pollos,
otro hombre murió y tres hermanas recibieron quemaduras graves en
el mismo vecindario, cuando soldados de Es-tados Unidos abrieron fuego.
Va-rios automóviles y casas quedaron envueltos en llamas.
El ejército estadunidense, que no lleva la cuenta
de bajas ira-quíes, señaló que nada sabía de
ese incidente.
Otros cuatro iraquíes, dos civiles y dos policías,
también murieron hoy por el estallido de un co-che bomba, cerca
de Tikrit.
El viernes anterior, un soldado de Estados Unidos fue
muerto por una bomba colocada al lado del camino y un efectivo búlgaro
pe-reció cuando su convoy fue em-boscado en la ciudad santa de Kerbala,
y por lo menos un vehículo fue incendiado.
Por su parte, soldados polacos informaron haber dado muerte
a cinco hombres armados que los atacaron en esa población.
El único avance en cuanto a identificar qué
organización está detrás de al menos algunos de los
ataques se produjo este día en Basora, donde la policía detuvo
a seis sospechosos de participar en los ataques suicidas que causaron la
muerte de 73 personas, entre ellas 16 niños, la semana anterior.
Los sospechosos condujeron a la policía a una casa
de seguridad en la que se descubrieron 20 toneladas de explosivos: TNT,
cohetes y balas de obús y de artillería.
Cinco vehículos conducidos por atacantes suicidas
se emplearon en los ataques a tres estaciones de policía en Basora
y a una academia de policía en la cercana población de Zubair.
Otros dos vehículos retacados de explosivos fueron
hallados antes de que pudieran usarse.
Los iraquíes detenidos en esos vehículos
fueron quienes dieron información del lugar donde se almacenaban
otros explosivos.
Un camión que llevaba 3.5 toneladas de TNT fue
detenido, y en un cateo a otra casa se encontró una tonelada de
explosivos.
Los cinco detenidos, según se informó, dijeron
que trabajan con un sirio conectado con Al Qaeda que viaja entre Irak y
Kuwait.En términos generales, los ataques suicidas en Basora son
similares a los perpetrados en el resto del país. La organización,
las casas de seguridad, la inteligencia y los explosivos son proporcionados
por ira-quíes, y la evidencia de participación extranjera
es limitada.
Los
atacantes no reparan en las víctimas iraquíes, pues evidentemente
calculan que la ira popular se dirigirá contra la coalición
en-cabezada por Washington, por no brindar seguridad a los ciudadanos de
la nación ocupada.
Al parecer, Estados Unidos ha decidido no atacar Kerbala,
donde Moqtada Sadr ha buscado refugio junto con sus milicianos.
Los comandantes estadunidenses han dejado claro, sin embargo,
que se proponen incursionar en Fallujah, donde ha habido cese del fuego
a lo largo de dos semanas, si los guerrilleros no entregan sus armas pesadas.
Hasta ahora han recibido sólo viejos cohetes, balas
de obús y una ametralladora, todo ese armamento con trazas de haber
estado enterrados mucho tiempo.
Si los marines irrumpen en Fa-llujah, en un ataque
que probablemente causará fuertes bajas civiles, su acción
desencadenará re-presalias contra la coalición en
el resto de Irak.
Por otra parte, a los generales estadunidenses les gustaría
tener un enfrentamiento frontal con los guerrilleros -tan hábiles
para plantar bombas al lado de los caminos-, en el que pudieran aplastarlos
utilizando su abrumador poder de fuego.
©
The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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