.. |
México D.F. Miércoles 21 de abril de 2004
ESTRADA CAJIGAL: ¿INTOCABLE?
Acosada
por el escándalo de la infiltración del narcotráfico
y la delincuencia organizada en el gobierno panista de Morelos, la Procuraduría
General de la República (PGR) no ha tenido más remedio que
investigar por homicidio al ex secretario de Gobierno de esa entidad Eduardo
Becerra, así como al ex procurador Guillermo Tenorio por su posible
participación en los asesinatos de un narcotraficante y de un ex
jefe policiaco. Ahora ya no se habla únicamente, pues, de los vínculos
del grupo de Sergio Estrada Cajigal con el tráfico de estupefacientes
a gran escala, sino de colaboradores suyos de primera línea involucrados
en homicidios.
A diferencia de lo que ocurre en el Distrito Federal,
en Morelos no se habla de posibles corruptelas, sino de una descomposición
criminal mayúscula que amenaza directamente la seguridad nacional
y la gobernabilidad de todo el país, y que sólo puede explicarse
por la absoluta ineptitud o por la complicidad del gobernador Sergio Estrada
Cajigal. Sin embargo, ante el peligro y la vergüenza de una autoridad
estatal tan manifiestamente vinculada a delincuencias mayores, el titular
de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia
Organizada, José Luis Santiago Vasconcelos, decretó el no
ejercicio de la acción penal contra el Ejecutivo estatal, y si bien
se vio obligado a investigar a Becerra y a Tenorio, el hecho es que hasta
ahora ni uno ni otro han sido llamados a declarar ante el Ministerio Público.
Semejante complacencia y amabilidad para con funcionarios
acusados de crímenes graves contrasta con el celo inquisitorial
con que Santiago Vasconcelos y la PGR en general hostilizan al Gobierno
del Distrito Federal y a su titular, Andrés Manuel López
Obrador, por sucesos a los que se ha dotado de una mayor trascendencia
mediática, pero cuya carga delictiva está mucho menos documentada
y que, de comprobarse, resultaría infinitamente menor que la participación
en el narcotráfico y los asesinatos por los que se acusa a los ex
funcionarios morelenses.
Si Santiago Vasconcelos y el resto de los mandos de la
PGR que dirige Rafael Macedo de la Concha se empecinan en dar protección
a Estrada Cajigal a pesar de los graves indicios de su participación
en intentos de homicidio y de las generalizadas sospechas sobre su conocimiento
de la infiltración de su gabinete por el narcotráfico, resultará
ineludible dar la razón a Martí Batres, subsecretario de
Gobierno del Distrito Federal, quien ayer señaló que la máxima
instancia federal de procuración de justicia tiene una lista de
intocables, entre los que se encuentran el todavía gobernador
morelense, el senador panista Diego Fernández de Cevallos y otros
personajes del grupo gobernante que parecieran disponer de una suerte de
permiso para delinquir.
El foxismo tendría que darse cuenta de la imposibilidad
de gobernar casi tres años más con semejantes sospechas a
cuestas y con el consiguiente deterioro de la credibilidad de las instituciones.
|