Denuncian indiferencia de las autoridades

Se desborda la prostitución en la colonia Buenavista, señalan vecinos

SUSANA GONZALEZ G.

El aumento de prostitutas en la colonia Buenavista, en la delegación Cuauhtémoc, ha provocado una confrontación entre éstas y los vecinos, y ambas partes responsabilizan a las autoridades de la demarcación de no atender el problema.

David Mondragón Zaragoza, en nombre de la asociación civil Vecinos de Buenavista, señaló que durante la gestión de Jorge Legorreta había sólo 90 sexoservidoras; la cifra se incrementó a 190 en la administración de su sucesora, Dolores Padierna, y se ha desbordado en la actual, a cargo de Virginia Jaramillo, "con 439 sexoservidoras y travestis".

Distribuidos en el perímetro comprendido entre Insurgentes Norte, Eje Uno Poniente-Guerrero, Violeta y Puente de Alvarado, los trabajadores sexuales se ubican afuera de la estación del Metro Revolución, frente a los establecimientos comerciales y en los alrededores de los museos de San Carlos y del Chopo, de las sedes del PRI capitalino y nacional, y cerca de la explanada delegacional. Pero lo que más molesta a los vecinos es que también permanecen cerca de viviendas y escuelas, como la primaria Fray Bartolomé de las Casas, en la calle de Arista.

"Desde que salimos por la mañana, a dejar a los niños a la escuela, ya están trabajando. A todas horas se les encuentra", se quejan vecinas, y denuncian que las trabajadoras sexuales suelen "invitar a los chamacos que salen de la secundaria a hacerles el sexo oral en las casetas de los sitios de taxis o en los coches abandonados".

Los vecinos han presentado varias quejas en la coordinación territorial de seguridad pública y procuración de justicia Cuauhtémoc-2, que, además de Buenavista, abarca las colonias Santa María la Ribera y Guerrero, tanto mediante oficios como en las reuniones con funcionarios, pero no se ha dado solución al problema.

Mondragón Zaragoza acusa de "omisión" al subdelegado Armando Barreiro y señala que la proliferación de las sexoservidoras ha estado ligada a la venta de drogas, escándalos, pleitos, agresiones contra los vecinos y, en general, el aumento de la inseguridad y el deterioro de la zona.

Entrevistadas al respecto, trabajadoras sexuales indicaron que "el problema no es tan sencillo; Mondragón Zaragoza lo está manipulando mafiosamente frente a vecinos y autoridades, pues muchas de las cartas donde exige que nos retiren están firmadas por empleados de los comercios de la zona y no por los vecinos".