México D.F. Miércoles 21 de abril de 2004
Expertos de Argentina, Brasil, Colombia y España
examinan la seguridad social
González Roaro propone establecer un pacto nacional
sobre pensiones
El director del ISSSTE plantea la necesidad de hacer
a un lado "discusiones ideológicas"
FABIOLA MARTINEZ
El
director general del ISSSTE, Benjamín González Roaro, llamó
a impulsar "un gran pacto nacional" para rescatar los sistemas de seguridad
social en el país.
"Hoy tenemos que pasar de las discusiones ideológicas
al análisis profundo de la problemática. Nuestra seguridad
social está en crisis; aceptémoslo y actuemos en consecuencia",
dijo.
En lo que fue considerada como una invitación formal
a todos los involucrados en este tema (sindicatos, patrones, legisladores,
académicos y gobierno federal), el funcionario alertó que
es indispensable avanzar hacia una política de Estado en la materia
a partir de un debate "serio, técnico y político sin estridencias".
En la presentación del libro de su autoría
La seguridad social en el mundo, expuso que la discusión
referida debe partir de algunas reflexiones básicas. En principio,
no perder de vista que casi 40 por ciento de la población en México
se encuentra al margen de los beneficios de la seguridad social, particularmente
trabajadores del campo, pequeños comerciantes, artistas y aquellos
que se ocupan en el sector informal de la economía.
Además, admitir que la mayoría de los regímenes
presentan un creciente déficit en materia de pensiones ("han sido
rebasados por la transición demográfica y epidemiológica",
señaló) y sobreviven con insuficiencia de recursos para atender
la salud y una infraestructura médica en estado de obsolescencia.
Ante reconocidos especialistas en seguridad social, originarios
de Argentina, Brasil, Colombia y España, quienes coincidieron en
que es urgente adecuar los esquemas a la realidad demográfica y
económica de la región, el también exsubsecretario
de Educación Pública se pronunció en favor de avanzar
hacia un "sistema nacional de seguridad social" que asegure la equivalencia
de derechos y beneficios de la población.
Más allá del diagnóstico regional,
todos los ponentes que asistieron a la sala Manuel M. Ponce del Palacio
de Bellas Artes reconocieron que "no hay un solo camino, recetas, modelos
o fórmulas prefabricados para aplicar las enmiendas", porque cada
país tiene que negociar las iniciativas de reforma de acuerdo con
su propio contexto.
En el caso particular del ISSSTE, expuso González
Roaro, el "pacto" debe construir un régimen de seguridad social
sustentable financieramente que asegure su continuidad y permanencia a
largo plazo, con el propósito de que no represente una creciente
carga para los contribuyentes ni para las generaciones futuras. La reforma,
agregó, debe ser resultado de un proceso democrático y participativo,
con base en el reconocimiento de que ese cambio será "el único
medio que tenemos para salvar el futuro de la seguridad social".
Así, en el "pacto nacional" propuesto -planteó
ante varios ex directores del ISSSTE y dirigentes sindicales del sector
público- deberá reformularse la edad necesaria para el retiro,
el tiempo de cotización, el tamaño de los beneficios, los
montos de cuotas y contribuciones y un modelo especial de pensiones.
Al respecto, Adolfo Jiménez Hernández, economista
y principal promotor del Pacto de Toledo (acuerdo al que llegaron
en 1995 los cinco partidos del parlamento español en torno a la
seguridad social), comentó que en España la jubilación
es a los 65 años, con 35 años de cotización.
Vinicius Carvalho, director de asuntos fiscales, financieros
y empresariales de la Unidad del Fondo de Pensiones de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, manifestó:
"no hay magia: los sistemas muy generosos son insostenibles porque llegará
un momento en que no puedan pagarle a nadie".
En el mismo sentido se pronunció la diputada argentina
Miriam Isabel Benítez, presidenta de la Asociación de Egresados
de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social: "todos
debemos tomar conciencia de que los cambios son necesarios, aun cuando
no resulten simpáticos".
Gina Magnolia Riaño Barón, ex ministra del
Trabajo de Colombia, fue más allá: "se requiere valentía
para proponer una reforma; es un tema muy sensible en el que inclusive
los trabajadores han cedido muchas conquistas incluidas en sus contratos
colectivos".
Sobre ese último punto discreparon varios de los
ponentes. Jorge Isaac D'Angelo, especialista argentino, comentó:
"Las recetas (enviadas por los organismos financieros internacionales)
respecto a la flexibilización de las relaciones laborales sólo
provocan un aumento en la tasa de desempleo. Somos (Argentina) un ejemplo
de lo que no hay que hacer".
Así lo admitió también el brasileño
Baldur Schubert, representante en su país de la Organización
Iberoamericana de Seguridad Social: "cuando se diseñaron los actuales
sistemas de seguridad social había una población joven, pocos
jubilados y no se previeron las consecuencias. "Aceptamos la mea culpa:
nos equivocamos, porque nos dejamos contagiar de lo que ocurría
en el mundo. Ahora es necesario trabajar de otra manera", advirtió.
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