México D.F. Lunes 19 de abril de 2004
Echoes, resultado de 10 años de
trabajo; de lo bueno que sale a la luz del circuito indie
No es culpa nuestra que nos pongan los reflectores,
afirma The Rapture
"Nos divierte lo que la prensa dice de nosotros antes
de preguntarnos" Somos unos músicos que crecimos con la cultura
estadunidense y rescatamos lo que nos gustó: Luke Jenner
JORGE CABALLERO
Hace
algunos meses salió al mercado la producción Echoes,
disco chido, raro, de lo bueno dentro de la escena indie
que sale a la luz y es básicamente para cualquiera. Los responsables
de este material son el cuarteto The Rapture, que para los adultos en edad
productiva o los sagaces melómanos sonará a un Public Image
Limited puesto al día con influencias de Duran Duran, Kiññing
Joke, Josef K, Iggy Pop y David Bowie.
Luke Jenner, líder de la banda es concreto, en
entrevista con La Jornada señala: "Me divierte todo eso que
la prensa dice de nosotros antes de preguntarnos las cosas, toda esa atención
que nos ponen. Somos simplemente unos músicos que crecimos con la
cultura estadunidense, rescatamos lo que nos gustó de la música
y hacemos esto; que los reflectores estén sobre nosotros ya no es
reponsabilidad de lo que hace la banda".
La historia de The Rapture es muy inusual, por tres razones
fundamentales: porque se remonta a 10 años antes de que saliera
Echoes; segunda, porque se desarrolla en un lugar geográfico
y culturalmente diferente de los que se escuchan en el mercado común,
y tercera, porque Luke Jenner (vocales y guitarra), Mattie Safer (vocales,
bajo y teclado), Vito Roccoforte (batería) y Gabe Andruzzi (sax,
teclados, percusión) se ven y suenan como una banda bien armada,
y su alineación está lista para roquear con una brava mezcla
de punk, funk, house, disco, pop y sicodelia.
Es curioso que sus integrantes se unieron gracias a mucho
trabajo, viajes y felices accidentes más que por lazos adolescentes,
lo que hace que Jenner llame "un mito al estilo Rapture, que de alguna
manera es algo bueno. Pero también está la verdadera historia,
que comienza cuando me enamoré de una banda del circuito independiente
cuando tenía 16 años y vivía en San Diego".
Experiencia inspiradora para crear un grupo
Jenner continúa con la explicación del embrión
de The Rapture: "Después estaba sucediendo... en forma muy pequeña.
Llegué a ver muchas bandas con gente de mi edad y me hacía
pensar que era posible formar una. Me gustaba Nirvana que lucía
como una banda de cuatro niños ñoños, pero con mucha
energía en sus actuaciones. La primera vez que los vi había
como dos o tres personas como público y aun así tocaban como
si estuviera lleno. Fue muy inspirador".
El primer show de The Rapture fue en mayo de 1998
en San Francisco, la ciudad en la que Jenner y su amigo Roccoforte habían
decidido ampliar las fronteras de San Diego. Al principio estaban Luke,
Vito y Christopher Relyea y lanzaron The chair that squeaks/dumb waiters
(cóver a The Psychedelic Furs) lanzado más tarde en el sello
autofinanciado Hymnal en ese año (relanzado en 2000 bajo el sello
Gold Standard Labs). El EP de 1999 Mirror, que salió bajo
la marca discográfica Gravity con un remix de Kid 606, fue grabado
en la misma sesión en San Diego.
Jenner comenta la importancia de que existan bandas como
ellos en el mainstream: "Hay muchas bandas interesantes que se están
oponiendo al mercado común con sus propuestas, aunque nos distribuya
o firme una disquera trasnacional. Ahora que a la industria discográfica
le quedan pocos años para que desaparezca como la conocemos, el
futuro estará en las propuestas de bandas tipo Yeah Yeah Yeahs o
The Strokes".
En San Francisco no había mucho qué hacer
Cuando la banda se mudó a Seattle, un año
después, ya había recogido a un cuarto miembro, Brooks Bonstin,
quien tocó en las sesiones de Gravity. "Dejamos San Francisco porque
no había mucho que hacer ahí... y porque la casa de Brook
se quemó", informa Jenner.
The Rapture se quedó en Seattle menos de un año
porque decidieron probar suerte en Nueva York. Brooks no quiso ir. En 1999
realizaron un tour que finalizó en la gran manzana.
"No teníamos baro, estábamos pobres todo el tiempo. En cada
show se decía en el micro '¿alguien tiene un lugar
en el que nos podamos quedar?'; siempre alguien nos salvaba y le caíamos
en su casa. Contábamos con 5 dólares por día para
comer."
En una de las fechas de su gira pasaron por Washington,
donde vivían los primos Mattie Safer y Gabe Andruzzi; esto cambiaría
el destino de los integrantes de la banda, pues se les uniría Gabe,
quien se había ido a estudiar jazz a Nueva York y acabó tocando
el bajo para la banda.
The Rapture llegó a Nueva York y se encontró
con un desastre, relata Jenner: "El tipo con el que nos habíamos
ido a Nueva York había dejado la banda luego de dos meses. Así
que una vez más éramos Vito y yo. Mattie nos siguió.
Iba al trabajo de Vito y todo el tiempo nos preguntaba si podía
tocar con nosotros".
El siguiente cambio fue conocer a los productores James
Murphy y Tim Goldsworthy, conocidos como los productores de Manhattan.
"Un amigo de James era muy fan de nosotros y vino a nuestro primer
show en Nueva York y a todos los siguientes. Un día llevó
a James. Luego fuimos al estudio DFA y nos empezamos a llevar bien. No
hicimos nada más que sentarnos y hablar de discos", recuerda Jenner.
El producto de este encuentro fructificó en el
primer álbum de The Rapture: Echoes, disco redondo en el
sonido, experimental, con actitud punk, ácido, sicodélica.
Incluye The house of jealous lovers, Sister saviour y Love
is all.
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