La mayoría de quienes buscan ayuda desconoce significado de garantías individuales

Rebasa meta de atención la Unidad Oriente de la CDHDF

SUSANA GONZALEZ G.

Sin tener claro el significado de las garantías individuales y mucho menos las funciones o atribuciones legales de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), 2 mil 38 personas acudieron a la Unidad Oriente (UO) del organismo en busca de ayuda para toda índole de problemas, en su mayoría ajenos a violaciones o abusos cometidos por las autoridades capitalinas.

Ancianos golpeados y despojados de sus propiedades por sus propios hijos, señoras que buscan divorciarse sin saber cómo hacerlo o que han sido violadas por sus maridos, personas afectadas de sus facultades mentales, familiares de mexicanos presos en Estados Unidos y hasta una señora a punto de dar a luz han recurrido a esa unidad que la CDHDF inauguró hace un año en la delegación Iztapalapa, la primera de un proyecto de cuatro oficinas alternas en la capital, a la que siguió hace una semana la Unidad Norte, en la Gustavo A. Madero.

De todos los casos recibidos en la UO, únicamente 281, es decir, el equivalente a 13 por ciento, derivaron en una queja por presunta violación de derechos humanos cometida por elementos de los cuerpos de seguridad del Distrito Federal o funcionarios gubernamentales; en cambio, mil 560 peticionarios fueron canalizados a las instancias acordes para la solución de problemas individuales, familiares o patrimoniales, entre otros.

Sea cual fuere la naturaleza del problema de quien llama por teléfono o acude a la Unidad Oriente, tiene la garantía de que será escuchado y orientado. A nadie se le cierra la puerta y, aunque el conflicto que enfrenta no sea competencia de la CDHDF, "el principio de cualquier solución es escuchar", asegura Norma Lorena López García, responsable de la UO, ubicada cerca de la estación Iztapalapa de la Línea 8 del Metro.

Y al escuchar, los cuatro abogados que laboran ahí prácticamente hacen labor de sicólogos, consejeros o trabajadores sociales, más aún cuando la mitad de los casos se relacionan con problemas de violencia intrafamiliar. Incluso han roto récord al dedicar hasta dos horas a cada peticionario por la carga emocional que traen consigo. "Hubo un caso en que una persona afectada de sus facultades mentales aseguraba que trataban de envenenarla y la escuchamos durante cuatro horas", refiere López García.

En Iztapalapa, asegura a su vez Jaime Calderón Gómez, director general de Quejas y Orientación de la CDHDF, se logró romper la predominancia de atenciones telefónicas respecto de las personales registrada en la sede del organismo, en Avenida Chapultepec, donde la proporción es de ocho a dos casos, respectivamente.

En la Unidad Oriente, las estadísticas indican que por cada llamada telefónica cinco peticionarios acudieron personalmente a pedir ayuda, orientación o presentar una queja; en total fueron 343 atenciones telefónicas frente a mil 695 personales, aun cuando sólo abren de lunes a viernes de 9 a 18 horas.

Justamente por la atención personalizada, las expectativas de la comisión en la UO han quedado "rebasadas cualitativamente", pondera Calderón Gómez, más aún cuando al ganarse la confianza de los peticionarios, éstos se convierten en los principales promotores de la CDHDF con la publicidad de boca en boca, haciendo "una cadenita de comunicación".

A nivel cuantitativo las metas se han cumplido, pues la quinta parte de las 33 mil quejas que el año pasado recibió en total la CDHDF provinieron de Iztapalapa. Se logró el objetivo de "acercar" el organismo a la gente, en principio a la del oriente de la capital, "la más castigada económicamente y cuyo promedio de ingresos es de un salario mínimo o menos", añadió Calderón.