México D.F. Lunes 19 de abril de 2004
En el país ocupado no se vislumbra una
recuperación de la legalidad: Rodríguez Zapatero
Ordena España el "retiro inmediato" de sus soldados
desplegados en Irak
Desde la ONU y la UE se mantendrá el apoyo a
la reconstrucción, asegura el mandatario
La medida, "precipitada; nos hace más vulnerables
al terrorismo", señala el opositor Rajoy
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 18 de abril. José Luis Rodríguez
Zapatero ordenó hoy la "retirada inmediata" de las tropas españolas
en Irak, un día después de ser investido presidente del gobierno
de España al suceder en el cargo al derechista José María
Aznar. Al justificar su decisión dijo que "no es previsible" que
en el país ocupado se "recupere la legalidad internacional" y se
decrete un mandato de la Organización de Naciones Unidas (ONU) antes
del 30 de junio, ajustándose a lo "deseado por el pueblo español".
Desde
el palacio de La Moncloa, residencia oficial, Rodríguez Zapatero
convocó esta tarde a los medios de comunicación para difundir
su primer mensaje oficial: "Esta mañana, una vez que el ministro
de Defensa (José Bono) ha jurado su cargo, le he dado la orden de
que disponga lo necesario para que las tropas españolas destinadas
en Irak regresen a casa en el menor tiempo y con la mayor seguridad posibles",
señaló en su mensaje el líder socialista, flanqueado
por su vicepresidenta, María Teresa Fernández, y el titular
de Defensa.
Rodríguez Zapatero, una vez concluido el traspaso
definitivo de los poderes ministeriales, recordó que esta decisión,
saludada por todas las formaciones políticas a excepción
del ex gobernante Partido Popular (PP), es "un compromiso público"
y que "con la información de que disponemos y que hemos recabado
en estas semanas, no es previsible que se vaya a adoptar una resolución
de la ONU que se ajuste al contenido al que quedó condicionada nuestra
presencia en Irak".
Añadió que "tanto las manifestaciones públicas
de los principales actores implicados en este conflicto, como los contactos
mantenidos por el ministro de Defensa a petición mía en el
curso del último mes, no aportan indicios que permitan prever una
variación sustancial en la situación política y militar
existente en Irak en los plazos previstos y en el sentido reclamado por
el pueblo español".
En conclusión, mil 432 efectivos desplegados en
Diwaniya e integrados en la Brigada Plus Ultra regresarán al país
"con la máxima seguridad y, por consiguiente, en el menor tiempo
posible"; trascendió que el plazo podría ser de 50 días.
Rodríguez Zapatero explicó que "esta decisión
responde, antes que nada, a mi voluntad de hacer honor a la palabra dada
hace más de un año a los españoles. El gobierno, animado
por las más hondas convicciones democráticas, no quiere,
no puede y no va a actuar en contra ni a espaldas de la voluntad de los
españoles. Esta es su principal obligación y es también
su principal compromiso".
Ofreció otra razón, que responde más
a su convicción de que la guerra contra Irak -que comenzó
sin autorización de la ONU- es "ilegal" e "injusta", al sostener
que "la decisión responde también al propósito de
contribuir a la lucha que libra la comunidad internacional contra el terrorismo
desde el más estricto respeto a la legalidad internacional".
Anunció
que su gobierno mantendrá su "apoyo" a la reconstrucción
y democratización de Irak "desde Naciones Unidas y la Unión
Europa con tareas que ofrezcan un contexto de cooperación internacional
que contribuya a que los iraquíes recuperen su soberanía".
Solicitó una convocatoria urgente del pleno del
Congreso de los Diputados para informar a los grupos parlamentarios sobre
las razones de esta medida que, informó, anunció previamente
al líder de la oposición, el derechista y sucesor de Aznar,
Mariano Rajoy. El gobernante emprederá de forma simultánea
sus primeros contactos con el gobierno del presidente estadunidense, George
W. Bush; el próximo martes el nuevo ministro de Asuntos Exteriores,
Miguel Angel Moratinos, experto en Medio Oriente, viajará a Estados
Unidos, donde se entrevistará con el secretario de Estado, Colin
Powell, y con la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
Todas las formaciones políticas manifestaron su
beneplácito por la medida, con la excepción del PP, que apoyó
en solitario la política de Aznar de respaldar la estrategia de
guerras preventivas de George W. Bush. Rajoy consideró que
la retirada de las tropas "hace a España más vulnerable y
débil frente al terrorismo", al tiempo que le atribuyó haber
hecho el anuncio "por sorpresa y con precipitación"; además,
afirmó, la medida hace "poco fiable a España, porque es insolidaria
con los países comprometidos con Irak y deja a su suerte a los iraquíes".
El resto de las formaciones parlamentarias, algunas de
las cuales apoyaron la investidura de Rodríguez Zapatero, se felicitaron
por la medida. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) señaló
que era "la única salida que se podía adoptar en estos momentos
en Irak, dado el inmovilismo de Estados Unidos en su cesión de poder
político, económico y militar, ya que en estos momentos la
situación allá es insostenible y por lo tanto el ejército
español se hubiera visto asediado si no se adoptaba una decisión
rápida".
La coalición comunista Izquierda Unida (IU) manifestó
su "satisfacción" por la medida, que es "un buen signo del inicio
de una nueva etapa política"; mientras la Plataforma Cultura contra
la Guerra y el Foro Social de Madrid, convocantes de la mayoría
de las manifestaciones contra la guerra, calificaron la iniciativa de "grata
y esperanzadora noticia".
Así, varios cientos de personas se congregaron
esta noche en la tradicional Puerta del Sol, en el centro de Madrid, para
festejar el próximo retorno de los soldados.
Presencia simbólica
A pesar del protagonismo internacional que tuvo Aznar
en su apoyo a la ocupación de Irak, al haber sido uno de los firmantes
de la llamada Declaración de las Azores -suscrita por Aznar,
Bush y el primer ministro británico Tony Blair tres días
antes de que comenzara la ofensiva bélica el 20 de marzo de 2003-,
la presencia de las tropas españolas en Irak es simbólica,
al contar con más de mil 400 militares, la mayoría de ellos
desplegados en Diwaniya bajo las órdenes del mando polaco que coordina
a la Brigada Plus-Ultra.
Los españoles comparten escenario con los mil 200
soldados procedentes de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Republica Dominicada,
cuyos gobiernos respondieron a la petición del propio Aznar de colaborar
en Irak, para lo que se habría incluso comprometido a la condonación
de parte de la deuda de sus estados con organismos públicos españoles.
La situación de los militares españoles
desplegados en Irak es similar a la del resto de los países: en
lugar de realizar supuestas tareas humanitarias, al ser ésta la
justificiación esgrimida por el gobierno de Aznar, se dedican a
enfrentar los constantes ataques de la resistencia iraquí, situación
que ha empeorado ostensiblemente desde los ataques de Estados Unidos a
la comunidad chiíta y a la persecución del clérigo
Moqtada Sadr.
Desde que estalló la guerra de Irak, 11 españoles
miembros de las fuerzas de seguridad han muerto, la mayoría en operaciones
de espionaje.
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