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México D.F. Martes 13 de abril de 2004
En los nombres de bares y cantinas de Nuevo
León los hombres tienen la oportunidad
La Chamba, feliz pretexto para salir sin pedir perdón
ni permiso
La Fuente, El Banco, El Bar-Son y La Opera son otros
de los espacios de una gran lista
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Nuevo Leon, Monterrey. ¿Quiere usted beberse
unas cervezas, o echarse una canita al aire y decir tranquilamente, sin
mentir, que estuvo en La Oficina, en La Chamba, en El Seguro, en El Banco,
e incluso en La Opera? Muy sencillo, en esta capital hay bares, cantinas
y centros de baile con los nombres arriba mencionados, que ofrecen la oportunidad
de darse una escapada sin tener que pedir perdón después,
ni antes solicitar permiso.
En
la esquina de Galeana y Washington, a unos metros de El Porvenir,
decano diario local, está la cantina llamada La Fuente. Como sus
principales clientes son periodistas, el nombrecito les proporciona una
magnífica coartada ante jefes, novias o esposas, pues si les preguntan
"¿adónde vas?", con toda sinceridad pueden responder "a La
Fuente", como se conoce en el caliche periodístico a la dependencia
o sector que a un reportero le toca cubrir.
Edmundo Niño, propietario del negocio desde hace
28 años, comentó que muchos periodistas visitan La Fuente,
y de ahí se van a la redacción o viceversa. Sin embargo,
se reservó los nombres "para proteger a los inocentes, pero hay
algunos que alcanzaron puestos importantes a nivel de dirección,
y otros de plano terminaron como almas perdidas".
Otro lugar ideal para que los líderes sindicales,
dirigentes de colonos o cabecillas de partidos políticos puedan
"engañar con la verdad" es el restaurante bar La Asamblea, que se
localiza en el cruce de avenida José Angel Conchello con Adolfo
Prieto, a cien metros de Cintermex, donde estuvo la antigua Fundidora.
El presidente de La Asamblea, su propietario, Pablo Rivera Núñez,
cuenta que entre los clientes más famosos que alguna vez han degustado
alguna bebida en el lugar figuran cantantes como el finado Manolo Muñoz,
el beisbolista retirado Arturo González, el árbitro Abramo
Lira y hasta un ex gobernador cuyo nombre pidió no publicar "por
aquello de que le causara alguna molestia".
Don Pablo esperaba que durante la Cumbre de las Américas,
efectuada el pasado enero en Cintermex, algunos de los 34 jefes de Estado
"se dieran un tiempecito para sostener aquí otra asamblea", pero
ninguno llegó.
Oficinistas, abogados o empresarios pueden también
hacer de las suyas sin decir mentiras cuando les pregunten "¿de
dónde vienes?" o "¿adónde vas?", al visitar en la
esquina de Platón Sánchez y Treviño el bar Mi Oficina;
ir a El Banco, que se localiza en Colegio Civil con Ruperto Martínez,
mientras en Edison con Venustiano Carranza está El Despacho. Médicos
y demás personal relacionado con el sector salud tienen la opción
de acudir a El Seguro, que se halla en Washington y Juan Alvarez.
Para quienes no hayan superado su complejo de Edipo, en
Emilio Carranza y Carlos Salazar se localiza el bar La Casita de Mamá.
Si tenía problemas de deudas y se ha recurrido
a la asociación civil El Barzón, y no se desea que las constantes
salidas parezcan sospechosas, entre Madero y Emilio Carranza está
el salón de baile El Bar-Son, para hacer creer que se asistió
a una junta de la organización de deudores, cuando en realidad se
ha dedicado a darle gusto al cuerpo con la bailada.
Los aficionados al bel canto podrían visitar
La Opera, nombre que desmiente la personalidad del establecimiento, en
cuya rocola sólo hay canciones de Ramón Ayala, Los Invasores,
Los Tigres del Norte, Los Cadetes, Celso Piña, entre otros intérpretes
gruperos o de vallenato.
¿Y La Chamba? Dicen que se localiza por avenida
Churubusco, rumbo a Ciudad Guadalupe, pero el corresponsal de La Jornada
en Nuevo León no la pudo hallar. ¿O será que no quiso?
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