México D.F. Martes 13 de abril de 2004
Todos sus resultados desmienten las tesis oficiales
para abrir la empresa al capital privado
Finanzas sanas en la CFE, dictamina la auditoría
superior
Tiene suficiente capacidad de endeudamiento y de inversión
para ampliar obras de generación de energía, pero la Secretaría
de Hacienda no le permite invertir sus propios recursos
ISRAEL RODRIGUEZ
Contundente:
la Comisión Federal de Electricidad (CFE) dispone de la capacidad
suficiente de inversión para financiar la expansión de sus
obras para generación de energía eléctrica, además
de que cuenta con capacidad de endeudamiento, sin poner en riesgo la viabilidad
de sus finanzas, según demuestra el análisis de resultados
financieros de la última década efectuado por la Auditoría
Superior de la Federación (ASF).
Esta conclusión del órgano auditor del Congreso
desmiente de manera tajante las tesis de las últimas administraciones
gubernamentales, las cuales han argumentado que a la empresa le faltaban
recursos para expandir la infraestructura de energía eléctrica,
de manera que consideraban urgente permitir la inversión privada,
principalmente trasnacional, en este sector estratégico para México.
El Informe de resultados de la revisión y fiscalización
superior de la cuenta pública 2002, elaborado por la ASF, asegura
que la CFE cuenta con capacidad de inversión para financiar sus
proyectos de ampliación de infraestructura para generación,
toda vez que durante el periodo 1992- 2002 la inversión de 134 mil
786.7 millones de pesos efectuada por la empresa pudo haber sido cubierta
por la suma de la utilidad neta y la depreciación.
Los resultados de las auditorías de la ASF practicadas
a la comisión destacan que el índice de liquidez global de
la empresa, ubicado en 32.9 por ciento de su activo total, refleja que
la paraestatal dispone de capacidad para endeudarse. Los tipos de auditorías
realizadas a la CFE fueron: una de desempeño, una especial, cinco
financieras y de cumplimiento, y seis de obras públicas e inversiones
físicas.
Recordemos que a partir de 1992 se realizaron modificaciones
a la Ley del Servicio Público para fomentar la participación
de los particulares en el segmento de generación, mediante la creación
de cuatro figuras: productores independientes, autoabastecedores, cogeneradores,
y pequeños productores. Además, se permite la exportación
e importación de energía eléctrica.
Según un estudio de Electricité de France,
el 24 por ciento de la electricidad en México es producida por generadores
privados. Las mayores participaciones del mercado las tienen trasnacionales
como Iberdrola, Electricité de France, Unión Fenosa, Mitsubishi,
Kyushu Electric Power, Intergen, Mitsu, Chubu Electric Power, Calpine,
AES y Transalta.
Aun con la creciente participación de los generadores
de electricidad privados internacionales, la ASF determinó que durante
la última década considerada (1992-2002) la capacidad incorporada
al sistema nacional eléctrico fue inferior en 6.2 por ciento a la
requerida, situación que influyó para que en los años
2000 y 2001 los márgenes de reserva operativa fueran inferiores
al mínimo establecido para la CFE.
La entidad fiscalizadora del Congreso advierte que pese
a que la CFE cuenta con la capacidad para financiar la expansión
de la infraestructura eléctrica, por cuestiones de finanzas públicas
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no le
permite invertir sus propios recursos, además de que el presupuesto
para la empresa es aprobado por la Cámara de Diputados.
La participación de la CFE en la ampliación
de la capacidad instalada decreció en 6.7 puntos porcentuales en
el periodo 2000-2002, principalmente por la entrada en operación
de proyectos de los productores independientes de energía.
La paraestatal tiene una estructura sana, asegura el organismo,
después de una amplia evaluación de sus estados financieros
y sus valuaciones actuariales. Detalla que sus activos en 2002 fueron tres
veces mayores a los pasivos y su patrimonio continuó siendo dos
veces mayor al valor de los pasivos.
Sin embargo, advierte, la CFE perderá presencia
en la atención de la demanda del servicio de energía eléctrica
debido a que se apoyará de manera creciente en los productores de
energía. Detalla que su participación se reducirá
al pasar de 86 por ciento en 1992 a 80.7 en 2002, y a un estimado de 68.6
en 2008. Por el contrario, el crecimiento de los generadores privados pasó
de 11 por ciento en 1992 a 17.5 por ciento en 2002, y a un estimado de
31.4 en 2008.
El amplio análisis detalla que la energía
adquirida a los productores independientes durante 2000, 2001 y 2002 fue
inferior en 55.3, 36.9 y 18.4 por ciento, respectivamente, a la prevista,
debido a retrasos en la entrada en operación de las plantas, un
crecimiento de la demanda de energía menor al calculado y fallas
técnicas en algunas centrales.
La CFE compró energía eléctrica a
diversos productores independientes a precios superiores a los costos medios
de generación establecidos como referencia por la empresa pública.
Mientras la adquirida a los autoabastecedores y cogeneradores fue comprada
a precios menores al costo medio de referencia.
También se determinó que falló la
oportunidad de terminación y de entrada en operación de las
17 centrales construidas durante el periodo 2000-2002. De ellas, cinco
se concluyeron antes de la fecha prevista y una se terminó según
lo programado. Sin embargo, cinco tuvieron un retraso de entre siete y
cien días y otras seis se concluyeron con una postergación
de entre 114 y 440 días.
|