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México D.F. Sábado 10 de abril de 2004
MORELOS: NARCO Y DOBLE DISCURSO
La
detención del coordinador general de la Policía Ministerial
del estado de Morelos, José Agustín Montiel López,
y de su coordinador operativo, Raúl Cortez Galindo, por su presunta
implicación con el narcotráfico, pone de manifiesto la profunda
descomposición del sistema de procuración de justicia en
esa entidad del país y suscita numerosas interrogantes sobre la
forma como se gobierna en Morelos y sobre la actitud de las autoridades
federales y estatales de cuño panista ante el descubrimiento de
casos graves de delincuencia y corrupción al interior de sus propios
aparatos gubernamentales.
En primer término, es claro que el mandatario morelense,
Sergio Estrada Cajigal -junto con otros funcionarios de su administración-,
debe ser investigado a fondo, a fin de dilucidar si conocía o, incluso,
participaba de las actividades delictivas de sus subordinados, designados,
cabe señalar, por él mismo en posiciones cruciales de la
Policía Ministerial de Morelos. Y aunque el gobernador no tuviese
ninguna vinculación penal en estos hechos, ello no lo exime de ser
sujeto a indagación, ni de sus responsabilidades políticas
y morales de cara a sus conciudadanos. No basta, como ayer afirmó
el mandatario, convocar a la formación de consejos ciudadanos para
atender este grave problema: es necesario que, como en cualquier otro caso
en el que instancias o funcionarios gubernamentales resulten vinculados
a delitos, se realice una indagación completa, de la que no puede
quedar exento servidor público alguno, mucho menos el titular del
Ejecutivo estatal, que es el responsable último del gobierno de
su entidad.
Empero, en lugar de esa necesaria investigación,
el gobernador morelense se desentendió prácticamente del
caso y ha pretendido minimizarlo, en una actitud que resulta por lo menos
sospechosa. Fue remiso en atender el problema y ni el escándalo
desatado por la detención de las cabezas de la Policía Ministerial
de su estado lo hicieron posponer sus vacaciones. ¿Es que la aprehensión
de altos funcionarios de su administración por presuntos nexos con
el narcotráfico no era razón suficiente para que Estrada
Cajigal diera prontamente la cara ante la ciudadanía y afrontara
la situación de manera inmediata?
Por otra parte, resulta deplorable el doble discurso que
el gobierno federal y Acción Nacional han mantenido ante estos hechos,
sobre todo si se le compara con la estridencia -de la que no estuvo al
margen ni el Presidente de la República- ejercida en contra de las
autoridades del Distrito Federal en lo relacionado a las entregas de dinero
y los fraudes perpetrados por Carlos Ahumada Kurtz con la participación
de figuras del Partido de la Revolución Democrática y de
algunos funcionarios del DF. Siendo ambos casos de gravedad y relevancia,
¿por qué desde el PAN, partido al que pertenece el gobernador
Estrada Cajigal, no se han alzado contra él voces en demanda de
investigación y justicia como sí lo hicieron, por añadidura
con frenesí inquisitorio, ante los videoescándalos
del DF? ¿Por qué desde el panismo se exige que Andrés
Manuel López Obrador sea investigado y sancionado en caso de tener
vínculos con tales fraudes, y poco se dice sobre la infiltración
del narco en el gobierno de Morelos, situación en extremo
perturbadora? Ha de señalarse que, en ambos casos, y en cualquier
otro que involucre a autoridades públicas, la identificación
y la sanción conforme a derecho de todos los responsables de actos
delictivos es una medida obligada, sin importar su jerarquía o filiación
política.
Por ende, en lo tocante a Morelos, resulta imperativo
que la PGR realice una averiguación completa, imparcial y apegada
a derecho, en la que se incluya al propio gobernador Estrada Cajigal. Sólo
así podrá combatirse eficazmente al narcotráfico,
revertirse y prevenirse sus estragos en los estamentos gubernamentales
y en la sociedad, y que quede claro, a ojos de la ciudadanía, que
las autoridades federales y locales panistas no mantienen improcedentes
tratos de privilegio o protección de talante partidista.
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