México D.F. Sábado 10 de abril de 2004
El Museo Franz Mayer presenta una selección
única de cerca de 250 piezas
Primera gran exposición de art nouveau
en México
Xavier de Anda hace una revisión que ''pone en
crisis'' algunos conceptos de ese movimiento
La ausencia de la figura masculina deja el campo de
acción a la mujer, señala el curador
MERRY MAC MASTERS
El nouveau es un arte totalmente ''femenino", en
el que la mujer, con ''toda su potencia, vigor y fuerza", es el elemento
básico de la naturaleza, pues la presencia del varón queda
disminuida.
La
afirmación anterior es de Enrique X. de Anda, curador de la primera
gran exposición en México del movimiento que se impuso en
Europa entre 1884 y 1910, y que tuvo repercusiones aquí, sobre todo
en la obra pictórica de Julio Ruelas; el diseño y la concepción
de la Revista Moderna, y en el mobiliario de la Casa Requena.
Art nouveau en México incluye cerca de 250
piezas y se presenta en el Museo Franz Mayer (avenida Hidalgo 45, Centro
Histórico).
Arquitecto y miembro del Instituto de Investigaciones
Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México,
De Anda sostiene que tanto el art nouveau como el art decó
son la base del diseño moderno, que cobrará más vigor
en el Bauhaus.
De ambos, la arquitectura moderna tomó muchos elementos,
a la vez que la vanguardia artística en general se enriqueció.
Sin embargo, cuando el museo lo invitó para hacerse cargo de la
curaduría de esa muestra, tenía serias dudas respecto de
cuánto se había hecho de art nouveau en México,
más allá de unos casos excepcionales, como la Casa Requena.
Para el proyecto, el museo también contrató a la historiadora
del arte estadunidense Molly Trainer.
Mujer y naturaleza
La revisión de De Anda implicó ''poner en
crisis" ciertos conceptos propagados sobre el art nouveau, en el
sentido de que se trata de objetos ''eminentemente ornamentales", pero
que, sobre todo, tenían que ser ''bellos".
El curador consideró eso como un ''error" si se
parte de que ''la belleza clásica entró en crisis precisamente
a finales del siglo XIX, que es cuando nace el nouveau".
Además de crear objetos bellos, había que
romper con la ''moral victoriana", por ejemplo, y marchar ''más
de la mano de la generación de los poetas malditos y el decadentismo.
Esas personas que empezaban a hacer ver con su poesía que en efecto
había otros ámbitos del alma que se debían desencadenar".
Uno de los rasgos del art nouveau es el manejo
de símbolos para ''detonar estados mentales" y así procesar
información.
De Anda advirtió que los dos grandes temas del
movimiento eran la mujer y la naturaleza: ''Todos los elementos encontrados
en una pieza, desde la forma, las figuras y los ornamentos, están
enfocados a transmitir asuntos que tienen que ver con ambos temas".
La ausencia de la figura masculina deja el campo de acción
a la mujer, "algo que no había sucedido en muchos años y
que no volverá a suceder".
Reflejo secundario de la gráfica
El art nouveau, apunta el entrevistado, llegó
a México a finales del siglo XIX mediante revistas españolas
y francesas de modas y sociales, como ''reflejo secundario en la gráfica".
Luego, los poetas del modernismo retomaron las temáticas
de los decadentistas franceses. Uno de los canales de difusión fue
la Revista Moderna, que surgió a petición de José
Juan Tablada, y su continuación, la Revista Moderna de México.
''Nos pareció relevante que la ilustración
de la revista siempre fue realizada por artistas mexicanos afines al art
nouveau, como Ruelas, Roberto Montenegro, Germán Gedovius y
Angel Zárraga."
De Anda manifiesta que ''sí hubo muchas piezas
nouveau en México, por la importación contundente,
porque estaban de moda en los almacenes parisinos, londinenses y catalanes''.
Quedan unas 10 fachadas, sin intervención interior.
Eso contrasta con lo sucedido en Europa, donde a partir del nouveau
los arquitectos empezaron a hacer las grandes modificaciones en el interior
de los inmuebles.
La Casa Requena, de Santa Veracruz 43, se remonta a finales
del siglo XVII. El abogado José Luis Requena la compró en
1895 y mandó hacer aquí el amueblado con su propio diseño.
La producción fue dirigida por el artista catalán Ramón
P. Cantó.
Hoy, ese edificio, de propiedad federal, está en
condiciones deplorables. Alguna vez se habló de asignarlo al Museo
Franz Mayer.
Como 95 por ciento de las piezas de la exposición
pertenecen a colecciones particulares, ésta es una ocasión
única para verlas.
Más de 200 piezas presagian la confusión
entre lo real y lo inverosímil
La brujería de Europa visita el Museo
de la Ciudad de México
El recorrido por ese fenómeno cultural abarca
del siglo XVI a comienzos del XX
Recrean en el recinto aquelarres, hechiceras, demonios
y ángeles caídos del cielo
ARTURO JIMENEZ
El cuerpo momificado de una temible mujer loba en la primera
sala del Museo de la Ciudad de México presagia lo que vendrá:
la confusión de la frontera entre lo real y lo irreal mediante más
de 200 piezas en exhibición.
Más
adelante, en la semioscuridad y con música medieval de fondo, los
cuerpos momificados o en frascos con formol de monstruos mitológicos:
dragones, basiliscos, tritones y su equivalente femenino, las sirenas.
O los restos de una pequeña hada que cabe en la
palma de la mano y de cuya anterior belleza se da cuenta en varias fotografías
ahí exhibidas.
También la harpía -hija del monstruoso Tifón,
enemigo del dios Zeus-, con cabeza de mujer, cuerpo de buitre, orejas de
oso y manos con garras.
Es un viaje al universo de la brujería en la Europa
mediterránea y central del siglo XVI hasta principios del XX en
el cual, aunque no se desee, la razón pierde terreno ante el poder
de los sueños, la fantasía, el sexo, el miedo y la magia.
Pero también, mediante las recreaciones, las pinturas
de brujas y demonios o los relatos, como los de ángeles caídos
del cielo, de mujeres víctimas de hombres malvados como diablos,
de aquelarres o sesiones de brujería orgiástico-demoniacas.
Por los salones de la exposición Brujería,
insólitos objetos y fantásticas criaturas, con más
de 200 piezas, se encuentran otras conservaciones y momificaciones, como
la del agresivo melenudillo.
Ese diminuto defensor del bosque atacaba a los intrusos
y con un arma les golpeaba los genitales, aparte del terror que les causaba
su presencia.
Son varios los animales y aves con formas fálicas
y sexuales, como Adolfo el Gallo, obsesionado con las mujeres; Armando,
de aspecto bonachón pero listo para abusar de ellas, o la voraz
Doña Virginia, en forma de vagina.
Mientras que con la divinidad pagana Pan, con patas de
cabra, cuernecillos y sobresalientes atributos sexuales, se trataba de
causar la aversión de las mujeres hacia el sexo, las historias de
la ''vagina dentada" y venenosa buscaban el mismo efecto en el hombre.
Persecución y tortura
Los animales ocupan varias vitrinas, y entre ellos se
cuenta la anfisbena, tipo de anfibio serpentiforme de dos cabezas.
El icneumón se dejaba engullir por las serpientes
para matarlas con sus aguijones, y luego de salir de ellas se comía
sus cabezas.
El serpione, mitad serpiente y mitad escorpión,
gustaba de vivir en la oscuridad, en los panteones, junto a los muertos.
Su aparición en la superficie presagiaba tragedias
y había que orinar en su escondite durante su ausencia para ahuyentar
esos males.
La enorme tarántula felina era muy temida por contar
con cabeza, contagiar la peste y sorber los órganos de sus víctimas
dejando sólo un triste saco vacío.
La persecución y tortura de las brujas o presuntas
brujas por parte del Tribunal de la Santa Inquisición de la Iglesia
católica ocupa un amplio espacio.
La recreación en la esquina de una sala de las
hogueras en las que las quemaban no impresiona tanto como los grabados
y otras imágenes en las que se ilustran las torturas a las que eran
sometidas.
Horribles en su apariencia y nombre, se pueden observar
objetos como el ''instrumento para desollar", la ''pinza para arrancar
pezones", el ''revienta vientres", la ''mesa para destripar" y el ''aplasta
cabezas".
Con el ''estilete con agua bendita" no se buscaba sanar,
pues la creencia era que el líquido causaba aún mayor dolor
a las víctimas.
Los fragmentos de relatos de una sesión de tortura,
escritos por los propios religiosos, son en sí bárbaros:
''Primero el verdugo ató las manos a la bruja,
le cortó el pelo y la puso en la escala. Le derramó alcohol
sobre la cabeza y le prendió fuego para que se quemara el pelo de
raíz."
Placer sexual y conocimiento
En otra esquina, una recreación del lugar de trabajo
de las brujas y varios de sus ins-
trumentos de uso cotidiano dan más luces sobre
el tema: la chimenea, la olla, el fuelle, la letrina, la escoba, el gato
y el ave rapaz.
Un consolador de manivela hecho de madera era imprescindible,
pues las brujas consideraban el placer del sexo como un don de la naturaleza.
''Ellas eran las depositarias de los ritos paganos de
fertilidad que durante milenios habían formado parte de la cultura
del hombre y, por tanto, les resultaba imposible ceñirse a las estrictas
reglas impuestas por la Iglesia."
Pero la brujería es sobre todo conocimiento: de
las plantas, frutos y animalillos, así como de la naturaleza humana
misma.
Las yerbas, sustancias y pócimas aparecen en frascos
y pomos diversos: el diente de león es diurético y un tónico
para el hígado; la betónica cura 47 enfermedades como el
dolor de cabeza y protege contra las apariciones durante las pesadillas.
El hueso de sepia combate las úlceras del estómago
y dolores menstruales; la angélica ataca la bronquitis crónica
y el reumatismo; la valeriana es un sedante y las sanguijuelas curan los
hematomas.
Las ''sustancias del amor" eran muy socorridas: el extracto
de marisco, el licor de absenta, la piel desecada de lombriz, la piel seca
de serpiente o la pomada ''fuego y hielo".
Aunque también el incienso, la cantárida,
el opio, la hoja de coca, la raíz de ásaro, el polvo de cuerno
de rinoceronte y la mandrágora, el afrodisiaco por excelencia.
Mujeres modernas
Entre las ''sustancias del mal y de la muerte" se exhiben
las bayas de fitolaca, las semillas de ricino, el hongo boletus Satanás,
la amanita phalloides, el veneno de acónito y el de serpiente.
Entre las ''sustancias de los sueños y las alucinaciones"
destaca el veneno de salamandra u hongos como el inocible, el psilocybe
y la amanita muscaria, los pétalos de adormidera, el láudano
y la lechuga venenosa.
El estramonio, la cicuta, el dulcamara y la belladona
eran fundamentales en las pócimas que utilizaban las brujas para
volar al aquelarre.
Y es que, como apunta el catálogo de Brujería,
insólitos objetos y fantásticas criaturas, las brujas
no son aquellos seres horribles que nos han hecho creer.
''Ellas fueron mujeres normales y modernas para su época,
que poseían un gran conocimiento de la naturaleza y del comportamiento
humano y que tenían una conducta sexual desinhibida. Y todo ello
las llevó a ocupar un lugar distinto y apartado en la sociedad que
las rodeaba."
La exposición Brujería, insólitos
objetos y fantásticas criaturas, que se abrió el pasado
martes en el Museo de la Ciudad de México (avenida José María
Pino Suárez número 30, Centro Histórico) concluirá
el 10 de octubre.
Asimismo, se ha presentado en diversas ciudades de España,
Italia, Portugal y Holanda.
Luz estéril, publicada por Praxis, marca su tercera incursión en ese género
Deplora Iván Ríos Gazcón la tendencia de las editoriales por las novelas fast-track
CESAR GÜEMES
Sin amargura aunque con firmeza, Iván Ríos Gazcón da a conocer su tercera novela, Luz estéril, publicada por Praxis.
''La crítica en México -explica- casi no toma en cuenta a las personas que tratan de integrarse a las letras nacionales. Cuando se es independiente y no se pertenece a grupo alguno, las cosas se complican.
''Sin embargo, creo que ofrezco una propuesta novedosa con Luz estéril, más allá de la crítica, que por cierto casi no existe, al menos en mi caso."
Autor de novelas como La mitad de la luna, Tu imagen en el viento y del poemario Espacios liminares, Ríos Gazcón ha sido productor y locutor radiofónico y es colaborador del suplemento La Jornada Semanal.
El contexto como elemento esencial
A propósito de la actuación de sus personajes, ubicados siempre en situaciones límite, apunta:
''Cada vez que escribo una historia pienso en los protagonistas y trato de involucrarme hasta el fondo en su realidad, busco reflexionar sobre sus sentimientos y pensar como ellos.
''Usualmente los coloco en situaciones extremas, en efecto, que no pueden pasar desapercibidas para el autor.
''De ese modo invito al lector a que comparta la sensación y hasta la emoción de los personajes.''
-La ambientación de Luz estéril lo acercará seguramente, a un público lector joven, en primera instancia.
-Creo que el contexto es básico en cada narración; por eso puse especial énfasis en las referencias contemporáneas, ya que es en el presente cercano cuando sucede la novela. Por ejemplo, si los personajes son asiduos de MTV, más allá de una moda, en realidad sí define a un grupo generacional que ha crecido y se ha formado musical y visualmente con las emisiones de esa televisora. Y, claro, habrá lectores en los que resuene esa forma de vida y de cotidianidad.
-ƑCómo se siente respecto de su generación y del trato que ahora reciben los escritores de primera madurez por parte de las editoriales?
-Por lo pronto es muy complicado publicar en México. Dar a conocer esta novela fue difícil, porque observo una clara tendencia editorial hacia las novelas fast-track, breves, muy sencillas para la lectura, sin mayores búsquedas formales en el relato. Por eso fue arduo publicar esta obra. Seguramente mi trabajo todavía no se conoce mucho, por otra parte.
''La crítica, por ejemplo, casi no toma en cuenta a las personas que tratan de integrarse a las letras nacionales. Cuando no se pertenece a grupo alguno, las cosas se complican. Sin embargo, creo que ofrezco una propuesta novedosa con la novela, más allá de la crítica, que por cierto casi no existe al menos en mi caso.''
-La independencia tendrá sus ventajas, pese a todo.
-Desde luego, porque los grupos se comprometen con autos de fe, dogmas o complacencias.
''Siempre será más saludable que el autor sea independiente, que su obra no dependa más que de sus propias fuerzas.''
Considerar todas las voces
-Si la crítica, como dice, prácticamente no toma en cuenta su obra, también puede traerle el beneficio de la recomendación de lector a lector, que en muchas ocasiones hace a los libros más fuertes.
-Cuando digo que la crítica no me toma en cuenta no lo expreso como queja, sino sólo como señalamiento. Muchas veces un comentario puede dañar más a un libro que favorecerlo. Aun así, ya que hay personas en los medios que se han tomado o ganado el derecho de hacer crítica literaria, debe-rían tomar en cuenta todas las voces, porque de otro modo estaríamos hablando de una forma de discriminación.
Continuum amorfo, muestra de la artista
suiza que presenta el museo Tamayo
Exhiben obra de Mira Schendel por primera vez en México
Prosigue revisión del recinto sobre el modernismo
tardío y el arte contemporáneo de AL
ANGEL VARGAS
Gracias a una exposición en el museo Tamayo, puede
apreciarse por primera vez en México obra de la artista suiza Mira
Schendel (1919-1988), cuyo trabajo se inscribe en el movimiento que abrió
brecha para el desarrollo de las prácticas artísticas contemporáneas
en Brasil, país al que llegó al término de la Segunda
Guerra Mundial.
Se
trata de Continuum amorfo, muestra integrada por 67 piezas seleccionadas
de entre las principales series que la creadora realizó durante
los años 60, 70 y 80, que proceden del acervo del Museu de Arte
Moderna de São Paulo y la colección de Ada Schendel, quien
es hija de la artista.
Sin fines didácticos, la muestra permite, sin embargo,
conocer y comprender accesible y lúdicamente muchos de los parámetros,
los motivos y las prácticas que rigen las artes visuales de hoy
día a escala mundial.
Ello es posible merced a la forma tan evidente en que
la pintora y escultora cuestionó con su obra, al igual que sus colegas
de generación brasileños, los formatos tradicionales del
arte moderno y concibió nuevos modelos que todavía prevalecen.
Ruptura con el formato tradicional
Mira Schendel (Myrrha Dagmar Dub fue su verdadero nombre)
figura entre los primeros artistas, por ejemplo, en separar la obra de
la superficie del muro y suspenderla en el aire, para proponer así
una lectura diferente de la misma y una nueva relación con el espectador.
''Es una ruptura con el formato tradicional o moderno
que tiene el propósito de hacer que la obra deje de estar contenida
y adquiera expresividad. El interés (de la artista) era que los
motivos visuales ganaran cuerpo", explica Willy Kautz, curador de Continuum
amorfo.
''Ya no es una pieza encerrada, contenida dentro del marco
tradicional, sino que está en el espacio y así es como gana
cuerpo. Además, es una forma de exigir un nuevo encuentro y diálogo
con el espectador, quien ya no debe hacer una lectura frontal de la obra,
sino circular.
''De esa forma, quien la observa deja de ser un ente pasivo
al tener que desplazarse. Esto fue muy común en los años
60, cuando los artistas buscaban que sus obras se sostuvieran por sí
mismas llevándolas fuera de los muros, al espacio. Eso las transforma
de representaciones en objetos y exige un aspecto físico, una experiencia
sensorial, casi táctil."
El objetivo de esta primera muestra dedicada a Mira Schendel,
según Kautz, es subrayar que, no obstante la austeridad de motivos
visuales y método de trabajo, se trata de una creadora de gran riqueza
estética y conceptual, a partir de la forma en que articuló
y agotó las posibilidades de esos motivos.
Durante un recorrido por la exposición -la cual
permanecerá abierta al público hasta el 30 de mayo e inclusive
en la Semana Santa- puede apreciarse la continuidad del trabajo de la artista
en relación con las imágenes y formas utilizadas, no obstante
la amplia gama de variaciones técnicas, soportes y géneros
que empleó.
Es decir, cómo un mismo trazo, una misma figura,
un mismo símbolo, un mismo texto o un mismo juego de líneas
están presentes en las diversas series que Schendel realizó
en épocas diferentes, así se trate de grabado, dibujo, escultura
o de lo que hoy se conoce como instalación.
Constelación de signos
La propuesta curatorial y museográfica de Willy
Kautz está enfocada precisamente a subrayar ese aspecto de continuidad,
al ofrecer un recorrido en el que se entremezclan piezas de diferentes
series y épocas, pero con rasgos similares o idénticos que
permiten advertir puntos de encuentro y constantes en la obra de la creadora.
La conjunción de las series que integran esta muestra,
explica el curador, subrayan la constante espacio-tiempo en la investigación
artística de Schendel, y proporcionan una constelación de
signos gráficos cuya resonancia envuelve al espectador.
Un poco con la ayuda de la imaginación es como
encontrarse frente un acertijo cuyas respuestas llevan a otras y a otras,
así sucesivamente hasta que al finalizar el laberíntico recorrido
el espectador sale con una idea más clara, no sólo de la
obra y de la propuesta de dicha creadora y del arte modernista tardío
del Brasil, sino de lo que son los orígenes de varios de los modelos
del arte contemporáneo.
Continuum amorfo es parte de la revisión
que el museo Tamayo (avenida Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec)
ha emprendido del modernismo tardío y el arte contemporáneo
de América Latina.
Al respecto, de 2002 a la fecha se han organizado diversas
exposiciones, cuyo cometido ha sido estudiar las vanguardias artísticas
de países como Argentina, Uruguay y Brasil.
|