México D.F. Sábado 10 de abril de 2004
Condenar a la isla en Ginebra el año
pasado fue un grave error, asegura
México debe rechazar la resolución de
EU y Honduras contra Cuba: Oscar González
El pragmatismo negociador no es el camino correcto,
afirma el ex director de la Comar
VICTOR BALLINAS
El ex embajador alterno de México ante la Organización
de las Naciones Unidas (ONU), Oscar González, afirma que el gobierno
mexicano debe votar en contra de la resolución de Estados Unidos
y Honduras que condena a Cuba, para reparar "el grave error que cometió
el año pasado en Ginebra, cuando votó en contra del gobierno
caribeño".
González,
también ex director de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados
(Comar) -en la etapa en que miles de guatemaltecos vinieron a México-,
integrante de la organización civil Paz con Democracia y de la Unidad
Nacional contra el Neoliberalismo, en entrevista con La Jornada
dice que el hecho de que intelectuales mexicanos, como el escritor Carlos
Monsiváis y otros, critiquen al gobierno cubano tiene que ver con
ciertos modelos de culturas políticas que están detrás
de esas expresiones. Apostar por el gobierno de la alternancia en nuetro
país llevó a algunos intelectuales a "no aceptar que el presidente
Fidel Castro haya permanecido en el poder casi 50 años".
Según "ese razonamiento (de algunos intelectuales
mexicanos), el gobierno cubano dejó de ser revolucionario para convertirse
en dictatorial o bien el pueblo cubano, que por cierto está armado,
es incapaz de sacudirse al dictador. Ese es el argumento que me parece
subyace en este rechazo, más que crítica de la inteligencia
mexicana, latinoamericana y mundial de la izquierda frente al régimen
cubano", subraya el ex presidente de la Academia Mexicana de Derechos Humanos
(AMDH)
-¿Cómo debe ser el voto de México
en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU?
-México tiene que votar en contra de esa resolución,
debe rescatar su independencia de Estados Unidos e impulsar un frente de
América Latina. México, como gobierno, debe reparar el grave
error quecometió el año pasado en Ginebra, al votar contra
la isla.
-¿Error o cambio de política?
-El arribo al poder, en Estados Unidos, de los grupos
más conservadores, que encabezan George W. Bush, Colin Powell, Condoleezza
Rice y Richard Cheney entre otros; y de la derecha, en México, en
el año 2000, si no radicalizada en extremo sí representativa
del conservadurismo, coincidieron en cuanto a su visión respecto
de Cuba.
-¿Entonces, por qué rectificar ese voto?
-Es importante rectificar por varias razones; primero,
porque haber votado como se hizo el año pasado (en contra de Cuba)
representó un cambio en las relaciones de México con Cuba,
que en conjunto siguen siendo respetuosas, cordiales, e inclusive se podría
decir que especiales por su significado histórico y político,
pero habría que preguntarse por qué después de medio
siglo de resistencia cubana frente a los embates de Estados Unidos, México
debe contribuir a echar abajo el único y tal vez el último
muro de contención frente al renovado imperialismo estadunidense.
"La otra razón es porque si se vota en favor reconocemos
y avalamos una acción persistente para doblegar un régimen
político que mantiene su opción socialista, pero que, súbitamente,
con la llegada de Vicente Fox a la Presidencia, y su ideólogo, Jorge
G. Castañeda, a la cancillería, nos damos cuenta que ese
régimen ya no es revolucionario, sino dictatorial y antidemocrático,
y asumimos que la democracia no está en Cuba, sino en Estados Unidos."
-¿Tienen razón las condenas contra Cuba?
-Nos olvidamos de que, con el ascenso al poder de Ronald
Reagan y Margaret Thatcher, la derecha más extremista, aparece la
revolución conservadora, y con ello se minimizan los avances sociales
que había logrado el socialismo. Uno se pregunta si Cuba no ha cambiado,
pensamos que ha resistido y ha cambiado mucho más que el entorno,
el mundo se mueve a la derecha, y le toca a la isla asumir un doble papel,
el de vanguardia y retaguardia, por la liberación de los pueblos
oprimidos, por lo que apenas ahora volvemos a llamar por su nombre: el
imperialismo o el imperio.
-¿Cómo ubica el cambio de posición
del gobierno foxista hacia Cuba?
-Significa un realineamiento, un nuevo acto de sumisión
de México hacia Estados Unidos, la derecha de dentro (la gobernante),
y la de fuera (la de Estados Unidos) se reunifican, significa un realineamiento
cargado de sumisión.
-¿Entonces cómo Fox puede ir en contra de
esa política de Estados Unidos?
-Porque rectificar el voto de México en contra
de la propuesta de Estados Unidos y Honduras significa asumir la reivindicación
de la independencia, la soberanía y la autodeterminación,
no sólo de México, sino de todos lo pueblos que luchan por
su real emancipación. México tiene que revisar su voto, no
dejarlo sólo en manos de una fracción partidista o de un
liderazgo político conservador y pragmático; es una visión
que involucra a todo el país, una buena parte de nuestra historia
y de nuestro futuro.
-¿Podría México votar en contra de
Cuba esperando que Estados Unidos acate el fallo de la Corte Internacional
de Justicia de La Haya, respecto de los mexicanos condenados a muerte?
-Esa sería una forma de pramatismo en política
internacional a que Estados Unidos ha querido llevar a México. Este
abandono de la política de prinicipios por un pragmatismo negociador
de intereses no me parece que sea ni la fórmula ni el camino para
México. Nos puede dar unas relativas y muy precarias ventajas, quizá
coyunturales, pero no nos abre una vía hacia la búsqueda
de la consolidación de intereses. Sería caer en los vicios
que han llevado al mundo a las prácticas en las que se encuentra.
Definitivamente no me parece que sea el camino del toma y daca. México
no debe hacer una transacción indebida, cuyos resultados de todas
maneras son inciertos.
-¿Qué opina de que los intelectuales mexicanos
critican hoy al régimen de Fidel Castro?
-Ciertos modelos de culturas políticas están
detrás de esas expresiones. En la alternancia y el voto útil
del 2000 los intelectuales mexicanos no pueden aceptar que Fidel Castro
haya permanecido en el poder casi 50 años en Cuba. Según
este razonamiento, o el poder ha dejado de ser revolucionario para ser
sólo dictatorial, o bien el pueblo cubano, que por cierto está
armado, es incapaz de sacudirse a un dictador.
"Este es el razonamiento que me parece subyace en este
rechazo, más que crítica de la inteligencia mexicana, latinoamericana
y mundial de la izquierda frente al régimen cubano. De alguna manera,
el propio ideólogo del presidente Fox, el ex canciller Castañeda,
resumió estos puntos de vista al decir que Cuba ya no es el Estado
revolucionario, sino una república institucional. Con esto se están
negando los derechos de una alternativa para los cubanos. Frente a eso
habrá que decir, primero: Fidel Castro llegó al poder con
las ideologías en boga hace 50 años, como una dictadura de
clase, y eso lo hizo como función política explícita,
abierta del poder revolucionario. Esto implicaba la negación y limitación
de intereses y derechos adversos a los intereses de la mayoría,
representados por una dirigencia que por cierto a lo largo de estas décadas
de acoso no ha traicionado ni sus ideales ni sus principios.
"No se puede decir que Fidel Castro y la dirigencia cubana
tengan beneficios personales, que se hayan llenado los bolsillos de dinero
ni que hayan cambiado sus objetivos. Los avances logrados en materia de
educación, salud o vivienda están a la vista.
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