México D.F. Sábado 10 de abril de 2004
DESFILADERO
Jaime Avilés
Oda a José Emilio Pacheco
En breve, recibirá el Premio Pablo Neruda
Itinerario posible de su viaje a Chile
Poeta de Islas
a la deriva querido
José Emilio
Pacheco hermano
que separaste Los elementos
de la noche y Los trabajos
del mar en El reposo
del fuego cuando Tarde
o temprano esto es
Desde entonces en La
ciudad de la memoria
dijiste yo Miro
La tierra y sé que Irás
y no volverás pero No
me preguntes cómo
pasa
el
tiempo
Aquí
desde la oscura
silenciosa
solipsista
rotunda intimidad
de un periódico invisible
que susurra con sus
mil voces a nadie
en el vórtice
de otro sábado
seco y sordo
al final de otra
Semana Santa Vacío
de los ojos
que no me ven pero
lleno del corazón que
a pesar de los mares
me siente
donde
quiera
que me siente
digo tus versos
públicos
en secreto
de alcoba poeta
de islas errabundas
y cierro
la puerta y la boca
para decirte mejor
No conformes con
el Premio Nacional de Poesía
el Magda Donato el Xavier
Villaurrutia el Malcolm Lowry
el José
Asunción
Silva
el Nacional de Lingüística y
Literatura y el Octavio Paz
ahora te conceden
tus jueces implacables
el Pablo Neruda y con éste
los fríos
manjares de la salada
costa
de Chile el aire gris de
Santiago la chicha del Cajón
del Maipo la chancaca
y la sopaipilla el curanto
y el chacalele y las greñas
del cochayuyo en las arenas
de Isla Negra
Irás y comerás
empanaítas de loco
y de pino y un plato
de sopa Mariscal
bajo los cables
del teleférico
de Valparaíso
y erizos
frescos
a flor de lancha
en las rocas de San Antonio
de los Baños y estarán
contigo los fantasmas de Manuel
Rojas Francisco Coloane
el alto cóndor de Huidobro
Pablo de Rokha sin duda alguna
y también quizá
la Mistral y desde luego toda
la tribu
de los Parra desde Nicanor
hasta Isabel y Angel pasando
por las cuecas de la Violeta
Escaparás si no te llevan
solo en un taxi de techo amarillo
al Cementerio General de Santiago
y más allá del panteón de los payasos
en la Avenida México por cierto
verás el nicho de Víctor Jara
con sus dos manos cortadas
puestas en una lorquiana bandeja
y pensarás en los muertos
que el Mapocho arrastraba
aguas lentas abajo
desde el Colo Colo
hasta el Bío Bío
y leerás las NN repetidas
en decenas de tumbas cuyos huesos
fueron el esqueleto de los primeros
desaparecidos en el humo
terrible de aquel septiembre que
nunca desembocó en octubre
Allí verás entonces
la tumba del poeta cordillerano
los cortes de navaja que el amor
póstumo de mujeres de otro siglo
labró en la carne de la piedra
las erres de la Resistencia
las JJ-CC de los combatientes
visitantes clandestinos y quizá
también por qué no
los tarritos de hojalata
con cenizas de flores
de los años pavorosos del silencio
Traductor de Samuel Becket
De Oscar Wilde de Tennesse
Williams de T.S. Eliot y Marcel
Shwob
José Emilio
Pacheco hermano grafómano
infatigable
que me prestaste la máquina If
para adivinar el futuro
desde estas líneas clarividentes
a la vuelta de no pocos calendarios
te veo aceptando el Nobel
que será Como tú quieres la única
forma en que te dejen
a solas contigo mismo
para que puedas volver a escribir
como siempre
tus versos desde el principio [email protected]
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