México D.F. Jueves 1 de abril de 2004
Despedidos denuncian hostigamiento telefónico
para que acepten su liquidación
Obligaba Quart a trabajadores a hacer proselitismo
para el PRD
"No podíamos negarnos
por temor a perder el empleo y por ganar unos centavos más", señalan
LAURA GOMEZ FLORES
Los
trabajadores del Grupo Quart no sólo han realizado obras de pavimentación
y asfaltado de baja calidad durante los dos años anteriores en Alvaro
Obregón y Tláhuac, sino que también han participado
en actos proselitistas y en la colocación de propaganda del Partido
de la Revolución Democrática (PRD) en el DF durante la campaña
pasada de jefes delegacionales en funciones.
Trabajos en la mina Los Coyotes y obras en el subsuelo
son otras labores que Quart realizaba de manera esporádica, mediante
el "enganche" de gente procedente de los estados de Puebla y Veracruz,
ante la negativa de los empleados a "entrarle por los riesgos que representa
la carencia de equipo y el nulo respaldo de la empresa en caso de accidente
o muerte".
Sin embargo, dicen, los representantes de las compañías
Pagoza, Austral y Cascata no entienden razones y juegan con la vida y necesidades
de los trabajadores, quienes en los últimos tres años recientes
han visto disminuir sus ingresos reales, han sido condicionados a firmar
permisos temporales sin goce de salario y obligados a guardar silencio
sobre las anomalías que han detectado, "por su bien".
Lo anterior denunció un grupo de trabajadores -cabos
de obras, sobrestantes, choferes, ayudantes de mecánico, tornilleros,
almacenistas y veladores- despedidos el jueves pasado luego de exigir el
pago de horas extras y las tres semanas que les adeudaban las empresas,
y por "manifestarse en contra del uso de materiales de mala calidad en
las obras que realizaron en las delegaciones Alvaro Obregón y Tláhuac".
En entrevista, Alfredo Gómez, Eduardo Mondragón,
Julián Castro, Matías García, Alfredo García,
Silverio Hernández y Carlos Ambrosio Hernández señalaron
que han sido "hostigados" telefónicamente por gente de la empresa
para "aceptar la liquidación ofrecida de un mes de salario y evitar
problemas posteriores en caso de acudir a la Procuraduría de la
Defensa del Trabajo o a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje,
porque sólo perderemos nuestro tiempo", nos dicen.
Su determinación, empero, fue acudir a dichas instancias
e interponer una demanda laboral contra el Grupo Quart por despido injustificado,
además de denunciar la situación que impera en la división
de Construcción IV, a cargo del ingeniero Enrique Gómora
Martínez, donde los trabajos se realizan con materiales de ínfima
calidad con la aprobación de las firmas supervisoras, que también
pertenecen al grupo, y de la gente de dichas delegaciones.
Además de la "suplantación" de obras que
se ha realizado a lo largo de los meses anteriores para cobrar el trabajo
respectivo sin realizarlo y sin ninguna sanción en estas demarcaciones,
situación diferente a la registrada en Xochimilco e Iztapalapa,
donde todas las acciones fueron supervisadas minuciosamente y, en diversas
ocasiones, se exigió su reposición, dado el agrietamiento
o levantamiento del pavimento.
Con copias de recibos sin membrete, estados de cuenta
personales y permisos temporales en blanco, mostraron los bajos salarios
que recibieron en los pasados tres años que, en la mayoría
de los casos, han sido menores a cuando ingresaron, y de horas extras devengadas
que, en ningún caso, son superiores a los 584 pesos.
A ello se suma "la obligación que teníamos
de participar en labores proselitistas, como la colocación de propaganda
de candidatos del PRD durante la pasada campaña electoral, entre
ellos Carlos Imaz, en Tlalpan; Fátima Mena, en Tláhuac; Leticia
Robles, en Alvaro Obregón; Armando Quintero, en Iztacalco, y Ruth
Zavaleta, en Venustiano Carranza.
Los trabajos se hacían durante la noche y ante
el acoso de los policías, que en diversas ocasiones no aceptaron
"la mordida y nos condujeron ante el Ministerio Público, donde se
nos obligaba a pagar una multa o aceptar un arresto de 36 horas. Fue difícil,
pero no podíamos negarnos por el riesgo de perder nuestro empleo
y para ganarnos unos centavos más, que no eran superiores a un día
de trabajo, es decir, entre 95 y 150 pesos, según el puesto".
Posteriormente, se les obligaba a ir a las concentraciones
masivas que tenía el partido, donde se "nos pasaba lista y en caso
de no acudir se nos descontaba el día y castigaba pasándonos
de un área a otra u obligándonos a trabajar de más
sin ninguna compensación", afirmaron.
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