JAZZ

Antonio Malacara

Juan José Calatayud

HOY HACE UN año que se fue el maestro. La contestadora de su casa sigue reproduciendo la voz y los salu-2 con que siempre nos obsequiaba. Resulta tan agradable como extraño oírlo nuevamente.

JUAN JOSE SIGUIO sorprendiéndonos después de su muerte. La noticia recorrió la mayoría de los diarios y noticiarios de radio y televisión. Su música y su leyenda habían trascendido los pocos espacios especializados en jazz y las secciones culturales de los medios: "El símbolo del jazz en México falleció este domingo 23 de marzo", rezaba algún encabezado de espectáculos. Humberto Musacchio escribía: "...perdemos al mejor de nuestros pianistas en la música sincopada". Eduardo Soto Millán agregaba: "Uno de los más grandes jazzistas mexicanos, cuya fuerza vital -orgánica y emotiva- se alimentó, en esencia, por su amor a la música".

EN VIDA FUE objeto de múltiples homenajes y reconocimientos, entre los que destacan los realizados por el ayuntamiento de Córdoba, su ciudad natal; o el de la Facultad de Música Marcelo Tupynamba, de Sao Paulo, Brasil; la UNAM, el Instituto Michoacano de Cultura y el entonces DDF. En 2002, el Instituto de Cultura de la Ciudad de México celebró sus 40 años de vida artística con conciertos en el Teatro de la Ciudad, el teatro Benito Juárez y uno más, gratuito y tremendamente emotivo, en la plancha del Zócalo.

EL MAESTRO AGRADECIA los homenajes y los aplausos con sencillez y alegría. Le gustaba platicar con el público, bromeaba con sus músicos en escena o con las cantantes invitadas. Después soportaba estoicamente y de buen talante las interminables preguntas de este periodista, que hurgaba hasta los más apartados rincones de sus recuerdos para escribir una biografía que no termina de cuajar, que avanza lenta, pero contundentemente.

CALATAYUD DIRIGIO Y fue solista con orquestas como la Sinfónica Nacional, la de Xalapa, Durango, Guadalajara, Tamaulipas y Washington; las filarmónicas de la UNAM, de la Ciudad de México y de Querétaro, o las orquestas de Cámara de Bellas Artes, Nacional de Música de la UNAM, Tlaxcala y otros etcéteras. Dirigió varias comedias musicales (El Hombre de la Mancha, Gipsy, Broadway, Con Algo de Música) y una ópera (Conflicto en Tahití, de Leonard Bernstein).

HOY SE CELEBRARA una misa para recordarlo en la Parroquia de Santa Rosa de Lima (Tamaulipas 179, Hipódromo Condesa), a las ocho de la noche.

UNO DE LOS mejores homenajes será seguir escuchando su música, como Viñetas mexicanas, 3.1416 Trío, Jazz barroco, Nova jazz, Porgy and Bess, Misa en soul mayor, Música de los Beatles (con Beatriz Marín), Encuentros (con Carlos Maceiras) y Boleros (con Nela Terrazas), Algo especial, Jazzentiste (con Verónica Ituarte), Cubrasil (con Nela Terrazas), Entre dos (con Gabriel Fernández), Sax y algo más (con Ponchito Martínez) y Vibraciones intangibles, este último póstumo, editado por Gloria Mendoza viuda de Calatayud. Interesados escribir a mi correo electrónico.

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