México D.F. Martes 23 de marzo de 2004
La falta del líquido comienza a desmembrar pueblos enteros, señala
Privatizar el servicio, "pecado" contra la dignidad humana: Episcopado mexicano
JOSE ANTONIO ROMAN
La falta de agua empieza a generar conflictos intermunicipales, interestatales e internacionales y, peor aún, a desmembrar pueblos enteros, afirmó el presidente de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado mexicano y arzobispo de Jalapa, Sergio Obeso Rivera, quien exhortó a los hombres a no ser testigos mudos del deterioro ecológico que sufre el planeta.
En un mensaje con motivo del Día Mundial del Agua, el prelado urgió a recuperar el simbolismo y el valor creador del agua, por bien del hombre y de su futuro. Dadas las condiciones de riesgo en el que vivimos actualmente, en cuanto al manejo y aprovechamiento del agua, tenemos que actuar urgentemente en diferentes campos de la convivencia humana, donde una de las prioridades sea el cuidado y el respeto del agua.
"Su utilidad no radica en su valor económico comercial, sino en su valor de sustento para la vida; el agua es humilde no sólo porque no se ve o se diluye en la vida de los seres, sino porque expresa de manera nítida el valor y profundidad de la vida que tiene que ver con la transparencia; el agua, por humilde, representa el signo de verdad; el agua no se le debe negar a nadie, además de que todo lo que toca puede ser fecundo", dice el documento episcopal.
Por lo tanto, agrega, la contaminación, la privatización y la perversión del agua son pecados que atentan contra la dignidad de la vida humana. Denunciar su utilitarismo y el simple valor comercial del agua es algo que nuestra pastoral no puede olvidar; la perversión del mercado hace que todos los seres tengan un mero valor comercial y esto atenta contra la misma vida humana.
Ante la realidad de deterioro ecológico que se vive, la Comisión de Pastoral Social sugiere defender el agua como patrimonio de la humanidad; reconocer que el líquido, como elemento vital, es un derecho humano y tiene que estar garantizado para todos los pueblos y para todas las personas. También se tiene que incorporar la visión de interdependencia de todos los seres, de todos los ecosistemas naturales, en la elaboración de políticas públicas y programas de manejo del agua, de educación, de producción de alimentos y de salud pública.
De igual forma, propone crear condiciones de gobernabilidad, la cual es la capacidad de generar las políticas adecuadas y llevarlas a la práctica.
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