México D.F. Martes 23 de marzo de 2004
ENTREVISTA /JOSEP LLUIS CAROD-ROVIRA, DIRIGENTE
DE ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUÑA
Teníamos sólo una amenaza terrorista;
ahora tenemos dos
NECESARIA, UNA SEGUNDA TRANSICION, CON UN MODELO
PLURINACIONAL
El nuevo gobierno tiene la oportunidad de rehacer lo
que no hizo el anterior. ETA necesita una pista de aterrizaje para dejar
las armas y sería un error no dársela (...) En primer lugar,
es necesario restablecer el diálogo entre las autoridades españolas
y las vascas
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Barcelona. Una de las sorpresas más significativas
de los comicios generales del 14 de marzo fue el ascenso del partido Esquerra
Republicana de Cataluña (ERC), que se convirtió en la cuarta
fuerza política de España, al lograr entre 1996 y 2004 un
crecimiento de 313 por ciento en el número de votos y pasar de las
elecciones pasadas a éstas de uno a ocho escaños en el Parlamento
general. La sorpresa fue doble. Apenas una semana atrás, la mayoría
de los medios españoles estigmatizaba a su dirigente, Josep Lluís
Carod-Rovira, y lo tachaba de "separatista" y "etarra". Ahora, este personaje
emerge como uno de los triunfadores de la jornada cívica y demanda
acabar de modo urgente con el clima de "odios y divisiones" que se generaron
en la última etapa del gobierno de José María Aznar.
Habla de la necesidad de una "segunda transición" y de crear las
condiciones para que ETA abandone la vía armada.
A
una semana de distancia, el secretario general de Esquerra desde 1996 y
promotor de un diálogo político para lograr una tregua con
ETA subraya que la política antiterrorista de Aznar fracasó
de manera absoluta.
"Antes teníamos sólo un problema terrorista;
ahora tenemos dos", expresó, en clara referencia a la presencia
de grupos vinculados con Al Qaeda, autores de los atentados del 11 de marzo
en Madrid. Duro contra la herencia del aznarismo, considera que el Partido
Popular (PP), en su segundo periodo gubernamental, no pudo ocultar "su
alma franquista" y su apuesta por la uniformización y el desconocimiento
de la diversidad y pluralidad española.
En entrevista con La Jornada, Carod-Rovira exhortó
al próximo gobierno a encabezar una "segunda transición"
democrática, que reconozca constitucionalmente el carácter
plurinacional de España. Contundente, exige a las futuras autoridades
establecer una "una pista de aterrizaje" para que ETA abandone la vía
armada.
"Se dan ahora las condiciones para que cada uno, desde
su lugar y su fuerza política, opte por la negociación y
el diálogo y se logre una tregua total de ETA en todo el territorio
español", afirmó Carod-Rovira desde la sede de su partido,
al cual define de izquierdas, republicano, pacifista, negociador y defensor
de la autonomía de Cataluña "dentro del marco europeo".
-Josep Bargalló declaró: "si miramos las
urnas, Carod-Rovira" acertó. Hace tres semanas usted era estigmatizado
en la gran mayoría de los medios informativos por haber sostenido
un encuentro en Perpiñán con dirigentes de ETA. Vinieron
los atentados, después el vuelco de la opinión pública
frente a las mentiras del gobierno y las elecciones del 14 de marzo, que
colocaron a Esquerra Republicana como cuarta fuerza política. ¿Qué
orilló esta transformación en la percepción pública
ante ERC? ¿Existe un ambiente más distendido?
-La sociedad catalana ha estado siempre en favor del diálogo
y de la convivencia para avanzar en un marco de paz. Lo que se demostró
tras los atentados y la participación de los ciudadanos en las urnas
fue el fracaso más absoluto de la política antiterrorista
del gobierno de Aznar. Antes teníamos sólo una amenaza terrorista;
ahora tenemos dos. También se demostró la enorme irresponsabilidad
del gobierno del PP al meter a España a una guerra que nadie quería.
"Esa política antiterrorista, que dividió
y sembró odios, ha fracasado."
-La estigmatización, entonces, ¿fue sólo
una estrategia de comunicación del aznarismo?
-En Cataluña siempre hubo una actitud positiva
ante Esquerra Republicana; tanto, que la gente votó y somos ahora
la cuarta fuerza política. Lo que sí hubo desde el gobierno
central fue la construcción de la imagen de nosotros como enemigo
público número uno a través de la manipulación
de los medios.
-¿Cuál es su opinión del reciente
comunicado de ETA, en el que asegura que la paz es posible "por la vía
de la razón y la sensatez"? ¿Qué escenarios prevé
en este sentido?
-El nuevo gobierno tiene la oportunidad de rehacer lo
que no hizo el anterior. ETA necesita una pista de aterrizaje para dejar
las armas y sería un error no dársela.
-¿En qué sentido plantea usted la posibilidad
de dar a ETA esa pista?
-Después de la tragedia de Madrid, de las muestras
de sensibilidad y de solidaridad civil, es momento de poner fin a varios
años de violencia de ETA. Para lograrlo son necesarias varias medidas.
En primer lugar, restablecer el diálogo entre el gobierno español
y el gobierno vasco. Reanudar el diálogo entre todas las fuerzas
políticas vascas es el segundo paso. Y en tercer lugar, cada una
de las fuerzas debe asumir sus responsabilidades y negociar para acabar
con la violencia.
-Paradójicamente, entonces, ¿los atentados
del pasado 11 de marzo pueden llevar a solucionar el frente interno que
se había abierto con ETA?
-La tragedia de Madrid ha hecho reflexionar a todo mundo
y ha llegado el momento en que todas las partes opten por la negociación
política. Es significativo que el propio Arnaldo Otegi haya condenado
los atentados desde el primer momento y haya deslindado a ETA y ahora llame
a una transformación de este grupo.
"Se dan las condiciones para que cada uno desde su lugar
y desde su fuerza política opte por la negociación y el diálogo
y se logre una tregua total de ETA en todo el territorio español,
no sólo en Cataluña."
-¿Cómo es posible lograrlo? ¿Quién
debe dar los primeros pasos?
-El cambio no va a funcionar si uno espera que el otro
dé los primeros pasos. Los pasos deben ser simultáneos. No
tiene sentido que ETA diga que espera un nuevo gesto del gobierno español
o que, en contrario, el gobierno espere a que ETA dé los primeros
pasos. Sería poco inteligente y poco constructivo que desecháramos
la posibilidad de que los pasos se den en forma simultánea.
-En su discurso después de los comicios del 14
de marzo usted exhortó al próximo gobierno a encabezar una
"segunda transición" en España. ¿En qué consistiría?
-Es importante destacar que la primera transición
se hizo bajo la presión de los poderes fácticos que quedaban
del franquismo. Dos años después de la muerte del dictador
se redactó un marco legal que no reconocía los derechos y
las demandas de las distintas fuerzas nacionalistas. Ahora es necesario
reconocer la riqueza plurinacional de todo el país, que se establezca
una convivencia igualitaria en deberes y derechos para todas las naciones
y regiones.
"Una segunda transición implica desmontar la arquitectura
involucionista que nos dejó el gobierno del Partido Popular y apostar
por un modelo más federal y
plurinacional."
-¿Tendría que haber un cambio constitucional?
-Es evidente que estamos en una etapa nueva. Las leyes
deben someterse a la realidad del siglo XXI. La Constitución no
es una Biblia y ahora se debe reconocer la pluralidad y la diversidad nacionalista.
-La involución que usted menciona durante la etapa
del PP, ¿está relacionada con el hecho de que obtuvo la mayoría
absoluta a partir de los comicios generales de 2000?
-Una parte de los valores del discurso y de los valores
del PP provenían del franquismo y era incompatible con la realidad
del país plural. Ellos disimularon durante una primera etapa su
alma franquista y después de obtener la mayoría absoluta
no tuvieron rubor en manifestarla. Ellos defendían la uniformización.
-¿Qué cambios legales específicos
propondrían?
-Las leyes no están redactadas con claridad suficiente.
Es necesario un nuevo marco constitucional para España, que reconozca
esta pluralidad.
-En Cataluña se formó desde noviembre del
año pasado un gobierno tripartita, con un acento de izquierdas.
Ante los resultados electorales del pasado 14 de marzo, ¿fue en
Cataluña donde se estaba escribiendo la tendencia de las nuevas
fuerzas políticas de España?
-Lo que sucedió es que, por primera vez desde los
años 30, Cataluña vuelve a ser la vanguardia del cambio político.
El motor de ese cambio ha sido Esquerra Republicana porque nosotros apostamos
por este gobierno. Este era un modelo que iba en contra de la tendencia
del gobierno central español y por eso fue duramente atacado.
-¿Qué orilló a la formación
de un gobierno tripartito en Cataluña?
-Había una fatiga de la sociedad catalana ante
el modelo de gobierno nacionalista de centro-derecha. Correspondía,
lógicamente, un desplazamiento hacia el centro izquierda. Pesó
mucho en el ánimo del electorado la circunstancia, la apuesta por
el modelo de izquierdas inclusivo, no sólo defensor de un orgullo
catalanista tradicional. Quienes no eran de origen catalán se sintieron
más representados por esta propuesta incluyente de la izquierda,
que reconoce la diversidad y la pluralidad.
-¿Hubo un replanteamiento del nacionalismo tradicional?
-Aquí nunca se ha defendido, ni siquiera desde
la derecha catalana, un modelo de nacionalismo excluyente, sino un modelo
democrático de convivencia. En nosotros hubo una apuesta estratégica
pensada más en términos del modelo de país plural
que queríamos y no sólo de partido. En manos de Esquerra
Republicana el modelo nacionalista no es étnico, sino plural, democrático,
integrador. Nosotros apostamos por la nación cívica. Esto
es un cambio fundamental en el catalanismo tradicional.
-Después de las elecciones se ha expresado, sobre
todo entre los círculos de poder de Estados Unidos, un juicio muy
duro contra el resultado del voto de los ciudadanos españoles. ¿Qué
opina de esta corriente de opinión que acusa a los españoles
de "acobardarse" frente a Al Qaeda o de que el terrorismo islámico
ganó los comicios en España?
-No estoy autorizado para hablar en nombre de todo el
pueblo español -sonríe Carod-Rovira-, pero, ironías
aparte, lo que sí puedo decir es que en Cataluña hubo un
gesto de valentía y de dignidad democrática. Aún esperamos
las armas de destrucción masiva que no han encontrado en Irak las
tropas de intervención. Esperamos también la justicia y la
dignidad para el pueblo iraquí. Nosotros creemos que fue un grave
error la participación de España en la intervención
de Irak. El gobierno español debe estar en el marco del continente
europeo.
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