México D.F. Martes 23 de marzo de 2004
Combatir la corrupción en procesos electivos,
otra de las prioridades, anuncia el Presidente
Prevé la reforma foxista reducir costos y tiempos
de campañas
Busca aumentar facultades fiscalizadoras del IFE y exceptuarlo
del secreto bancario
ROSA ELVIRA VARGAS
La
iniciativa de reforma electoral que el presidente Vicente Fox envió
ayer al Congreso de la Unión pretende combatir la corrupción
en los procesos electivos, saldar la ''asignatura pendiente'' de la transparencia
en el uso de los recursos financieros y mejorar la rendición de
cuentas. Se trata, indicó el mandatario, de disminuir ''los costos
de la democracia, facilitar los acuerdos'' y terminar con las ''zonas de
incertidumbre'' que la dinámica política actual aconseja
recomponer o perfeccionar.
Para presentar las líneas generales de su propuesta,
Fox Quesada se reunió en Los Pinos con dirigentes partidistas y
con funcionarios de su gobierno. Indicó que se buscará regular
las precampañas, aumentar las facultades de fiscalización
del Instituto Federal Electoral (IFE) y sentar bases normativas ''que no
se presten a interpretaciones equívocas''. Aquí, además,
se eliminaría el secreto bancario para fiscalizar en los gastos
de precampaña a las personas físicas y morales.
''La democracia resulta un peso para los contribuyentes''
Como se había adelantado el fin de semana, en la
propuesta a consideración del Legislativo se plantea limitar a 90
días el tiempo efectivo de la campaña presidencial; en 60
días, las de gobernador; 45 días para la labor proselitista
de candidatos a diputados federales y senadores, y en un mes para los aspirantes
a diputados locales y alcaldes. Asimismo, se pretende que las precampañas
sólo duren la mitad del tiempo de las campañas.
Y es que, a decir del presidente Fox, actualmente en México
''la democracia resulta un peso para los contribuyentes''. Mientras el
año pasado, juntos el IFE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación (TEPJF) gastaron 12 mil 100 millones de pesos,
las secretarías de Seguridad Pública, de Gobernación,
de Relaciones Exteriores y de la Función Pública ejercieron,
sumado, un presupuesto de 15 mil 203 millones de pesos.
Por eso -sin que en su mensaje ni en el del secretario
de Gobernación, Santiago Creel, se explicara el cálculo aplicado
para llegar a tal estimación-, se plantea reducir 50 por ciento
el financiamiento público para los procesos electorales y los partidos
en las elecciones intermedias, y 25 por ciento en las presidenciales.
Fox Quesada sólo argumentó que ''es posible
disminuir los costos'', tanto del IFE como del TEPJF, y Creel Miranda destacó
que ''el gasto exorbitante en elecciones'' ya no debe tener cabida en México,
pues la población se pregunta por qué en un país con
tantas carencias las elecciones son mucho más caras que en naciones
más ricas.
En entrevista, señaló que el gobierno federal
es partidario de un sistema mixto de financiamiento, porque da ''mejores
equilibrios'' y de ese modo las donaciones privadas a las campañas
compensarían las reducciones al subsidio.
Todo está a debate y la del gobierno es una propuesta
abierta, incluyente, en la cual ''podemos modificar los puntos que se estimen
convenientes por la mayoría, siempre y cuando salga adelante la
reforma''. Dijo confiar en que la propuesta se apruebe en el actual periodo
ordinario, para que ''podamos cambiar los temas de la coyuntura por este
debate de altura que nos ayude verdaderamente a limpiar la política
del país''.
Hasta el pasado día 15, el presidente Fox insistía
en que sus prioridades legislativas para el actual periodo ordinario de
sesiones serían las reformas energética, fiscal, laboral
y penal. Pero el pasado viernes 18, en Acapulco, al inaugurar la convención
bancaria anunció que de inmediato presentaría una propuesta
de reforma electoral para modificar los artículos 41 y 116 de la
Constitución, y varios del Código Federal de Instituciones
y Procedimientos Electorales (Cofipe).
Así, en sólo cinco días el titular
del Ejecutivo tuvo lista una propuesta que establece también prohibir
la propaganda gubernamental 30 días antes de la elección,
y concede facultad exclusiva al IFE para realizar la promoción del
voto un mes antes de los comicios. Instruye que aquellos partidos que pierdan
su registro reintegren los bienes adquiridos al patrimonio del Estado y
prohíbe el uso de material plástico en la propaganda electoral.
Del mismo modo, ''y para tener más tiempo para
acordar y menos para competir'', se busca una sola fecha para las elecciones
anuales y modificar la fórmula para calcular los recursos de financiamiento
a los partidos, tomando como base los días de campaña.
Al final, y fuera de programa, Dante Delgado Rannauro,
líder de Convergencia por la Democracia, planteó su expectativa
de reforma electoral. Eso dio pie para que el presidente Fox invitara a
los otros representantes partidistas a hacer lo propio. Graco Ramírez
lo hizo por el PRD; Luis Felipe Bravo Mena, por el PAN; Ricardo Cantú,
por el PT, y César Augusto Santiago habló por el PRI. Aunque
se encontraba en la sala, la senadora Gloria Lavara, del PVEM, se abstuvo
de participar.
El debate empezó, ahí, en la propia casa
presidencial.
Así, mientras Convergencia pide eliminar todo financiamiento
público y en todo caso hacer una reforma política para ''darnos
apoyo en tiempos de radio y televisión'', el PT se mostró
contrario a la posibilidad de reducir los tiempos de campaña, porque
se corre el riesgo de hacer candidatos mediáticos que no entren
en contacto directo con la población. Por su parte, el PRD consideró
importante la iniciativa presidencial, pero advirtió que los diputados
tendrán que hacer entre esta propuesta y la de los grupos parlamentarios
una sola y construir ''un acuerdo político que es urgente para el
país''.
A su vez, el PAN calificó de ''evidentemente espléndida''
la propuesta presidencial y hasta aseguró que puede servir para
aglutinar todas las ideas, ''renergizar'' el proceso de conciliación
democrática y la consideró como "la ruta que tenemos que
seguir".
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