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México D.F. Viernes 19 de marzo de 2004
Publica el filósofo nuevo libro para
dejar testimonio de su pensamiento y obra
Escribir bien y pensar en el bien, rasgo ético
de Sánchez Vázquez
A tiempo y destiempo reúne 33 ensayos
sobre temas diversos Las movilizaciones contra la guerra en Irak y del
pueblo español son algunas de las luces esperanzadoras en el horizonte,
señala
CARLOS PAUL
Para dejar testimonio de una visión de conjunto
de su pensamiento y obra (compuesta por más de 25 libros), el filósofo
Adolfo Sánchez Vázquez publica A tiempo y destiempo.
Integrado por 33 ensayos de diferentes épocas,
el volumen recopila temas tan diversos como autobiografía, poesía,
literatura, arte, estética, moral, política, marxismo, filosofía
de la praxis, socialismo, ideología, utopías y exilio.
El motivo de esta sustantiva antología responde,
por un lado, ''al hecho vital de acercarme a los 88 años, al momento
inevitable en el que se apagará la actividad creadora", y por otro,
a que su obra realizada a lo largo de más de medio siglo ''se halla
dispersa en libros y ensayos, muchos de ellos inaccesibles".
De ahí la necesidad de ofrecer, ''sobre todo a
los jóvenes, una visión de conjunto de mis preocupaciones
y reflexiones fundamentales vinculadas con los problemas morales, políticos
y sociales más inquietantes".
Epoca de oportunismos
Con
este libro -comentó ayer Sánchez Vázquez en la presentación
del volumen, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM)-, ''espero contribuir
a abrir algunas brechas en el muro de las lamentaciones, incertidumbres,
temores y desesperanzas que hoy se levantan ante nosotros.
''Aunque -añadió el investigador emérito
de la UNAM-, algunas luces esperanzadoras se encienden en el horizonte.
Tales son, las movilizaciones masivas contra la globalización neoliberal,
la guerra y la ocupación militar de Estados Unidos en Irak, así
como contra la manipulación de las conciencias y las mentiras de
los gobernantes, de lo que son un alentador testimonio las movilizaciones
protagonizadas recientemente por el pueblo español."
Con estos ensayos ''se ha pretendido también asumir
la responsabilidad moral, política y social del intelectual, haciendo
uso de armas propias: la crítica, la argumentación racional,
la contraposición de ideas; tanto para defender valores de la paz,
la libertad y la justicia cuando soplan vientos adversos a ellos, como
-destacó el filósofo- para alimentar las esperanzas en su
realización por débiles que hoy puedan parecer".
El título del volumen se debe a que una parte de
esos ensayos ''se halla enmarcado por las inquietudes y las esperanzas
en un porvenir más humano que, en aquella época, nos parecía
no tan distante. Por ello, el título A tiempo.
Otros ensayos, ''y particularmente los escritos después
del hundimiento del falso e irreal socialismo que pasaba por ser el 'socialismo
real'", se ocupan del marxismo y del socialismo, de las ideologías
y de las utopías.
Van ''a contracorriente del conformismo y el pesimismo
-expresó el filósofo-, así como de la retractación
política y el vacío moral de un sector de la izquierda, tal
vez el más delirante y dogmático en el pasado. De ahí
la otra parte del título: destiempo, en época de oportunismos
y renegados".
Conjugación de vocaciones
Para el autor de Conciencia y realidad en la obra de
arte, los ensayos recopilados conjugan sus diversas vocaciones o prácticas.
Una de ellas es la literaria, que dio lugar a un libro
de poemas, así como ''a textos poco conocidos, recogidos en este
volumen, sobre Sor Juana Inés de la Cruz, Antonio Machado, El
tiempo en la poesía española, o los referentes políticos
de la generación del 98 o los marxistas y socialistas de Octavio
Paz".
Otra vocación es la política, ''inclusive
militante, desde el ingreso a las Juventudes Comunistas a los 18 años,
militancia que se mantuvo durante la Guerra Civil española y el
exilio".
Una más es la filosófica, ''más tardía,
que encuentra en el marxismo como 'filosofía de la praxis', el eje
que la vertebra, aunque sujeto éste, a un proceso de cambio, de
crítica y autocrítica frente al marxismo oficial dominante,
pero siempre como una actividad teórica motivada por el imperativo
político-moral de la tesis XI de Marx sobre Ludwig Feuerbach: 'de
lo que se trata no es sólo de interpretar, sino de transformar el
mundo'".
Finalmente está la vocación profesional
académica que, de acuerdo con ese imperativo, comentó Sánchez
Vázquez, ''ha pretendido dejar huella más allá de
la academia, del aula y el cubículo.
''Es una vocación que ha discurrido por dos cauces,
a mi juicio inseparables: la docencia y la investigación en el campo
de la estética, la filosofía contemporánea, la ética
y la filosofía política."
El marxismo, dijo luego el investigador emérito,
''vertebra mi vida y mi obra", sin embargo, destacó, ''hay que subrayar
que se trata de un marxismo como 'filosofía de la praxis', que tuvo
que abrirse paso en mi propia formación ideológica frente
al marxismo oficial soviético. El cual, durante largos decenios
pasaba por ser el heredero de Marx, aunque en realidad lo negaba, pues
lejos de ser una teoría de la transformación y de la emancipación,
era una ideología, sin más, para justificar el nuevo sistema
de dominación y explotación, que se llamó a sí
mismo 'socialismo real'.
''Mi proceso de distanciamiento y ruptura con respecto
a ese marxismo y ese falso socialismo que lo inspiraba -explicó
Sánchez Vázquez-, se inició en 1965 con mi libro Las
ideas estéticas de Marx, prosiguió con Filosofía
de la praxis, en contra de la metodología del materialismo dialéctico
soviético y culminó con la crítica en los años
60, contra el falso socialismo soviético."
El exilio como simple transtierro
En A tiempo y destiempo (Fondo de Cultura Económica)
se encuentra también ''una caracterización de mi exilio,
como destierro, en contraste con la de mi admirado maestro José
Gaos, del exilio como simple transtierro de una tierra a otra.
''El exilio, a mi modo de ver -concluyó el maestro
Adolfo Sánchez Vázquez-, es un desgarrón, una herida
que nunca se cierra, aunque al final acaba por cerrarse con la integración
en la vida del país que le abre generosamente las puertas, compartiéndose
de ese modo, los goces y sufrimientos del pueblo que lo acogió.
''Por ello, en el hilo conductor de los ensayos sobre
el exilio, con los que el libro cierra, hay un reconocimiento al gesto
solidario, generoso y desinteresado del presidente Lázaro Cárdenas,
quien hizo posible rehacer nuestras vidas y, en mi caso, realizar en nuestra
UNAM y en esta Facultad de Filosofía y Letras, mi obra, cuyo más
reciente fruto es este volumen."
En la presentación de A tiempo y destiempo
intervinieron el escritor Adolfo Castañón, el director de
esa facultad, Ambrosio Velasco Gómez, y la investigadora María
Rosa Palazón, quienes reseñaron el volumen y hablaron con
detalle sobre la trayectoria y obra de Adolfo Sánchez Vázquez,
cuya ''voluntad de escribir bien y el pensar en el bien -coincidieron-
es un rasgo ético que caracteriza su trabajo".
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