Advierten que defenderán tierras "con nuestra sangre"

Comunidades de Xi'Nich rechazan ser desalojadas

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de Las Casas, Chis. 18 de marzo. "No aceptamos que nos sigan llamando 'irregulares' y mucho menos 'invasores'. Pedimos respeto a nuestras comunidades. Pedimos respeto a nuestra madre tierra. La defenderemos con nuestra sangre, con ley o sin ley, ya que lo que llaman 'ley' nunca nos ha tomado en cuenta. No aceptamos más supuestos 'diálogos' y negociaciones que no se concreten en compromisos y acuerdos serios", responden las comunidades de Xi'Nich en El Desempeño (al norte de la selva lacandona) a la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), con la cual han sostenido negociaciones recientemente. La dependencia todavía celebra hoy, en inserción pagada, los "avances en la conci- liación de la problemática agraria" de la comunidad lacandona y la reserva de la biosfera de Montes Azules, si bien reconoce que no hay acuerdo con los pueblos de El Desempeño.

"No aceptamos que nos quieran seguir engañando. No permitiremos el desalojo, no aceptaremos la reubicación. No más amenazas ni presión de los lacandones y los subcomuneros de Palestina y Frontera Corozal. Tenemos los mismos derechos como pueblos indígenas, merecemos justicia y dignidad. Nos declaramos en resistencia. Reivindicamos nuestro derecho a la tierra", agrega Xi'Nich.

Los representantes de los poblados Nueva Reforma, Nuevo Betel, Nuevo Progreso, Nuevo Tumbalá, Lázaro Cárdenas, Nuevo Jerusalén, Nuevo Tila, Nuevo Pedregal y Nuevo Mariscal, coordinados en la Unión de Comunidades Indígenas de la Selva Chiapaneca (Ucisech-Xi'Nich), reiteran sus decisiones del pasado 3 de marzo, cuando se reunieron "para discutir, reflexionar, y reafirmar" su postura ante la representante especial de la SRA en Chiapas, Martha Cecilia Díaz Gordillo; el Grupo Operativo para la Atención Integral en la Comunidad Zona Lacandona y en la reserva de la biosfera de Montes Azules; a la comunidad lacandona y los subcomuneros de Frontera Corozal y Nueva Palestina. "Para llegar a un acuerdo definitivo pasamos por asambleas locales, consultas a nuestras familias, a nuestros ancianos, a nuestros jóvenes, a nuestros niños."

Desde 1972, dice la organización, "los pueblos choles sufrimos varios desalojos por el decreto expropiatorio de Luis Echeverría Alvarez, que otorgó a 66 familas de lacandones 614 mil 321 hectáreas para justificar el tráfico de maderas finas y el control de los recursos naturales. Consideramos este decreto como un enorme fraude agrario". En 1976 y 1977 el gobierno congregó en dos centros de población a los pueblos asentados en la selva; a los choles, en Frontera Corozal, y a los tzeltales, en Nueva Palestina. "Nosotros no aceptamos, nos mantuvimos en el mismo lugar y fuimos desalojados en dos ocasiones. Varios compañeros fueron detenidos y castigados como animales".

Finalmente se reubicaron en El Desempeño mediante un convenio firmado con la SRA hace ya dos décadas. "A partir de entonces iniciamos una larga pesadilla y hasta hoy, 17 de marzo de 2004, no hemos visto ninguna respuesta favorable de las autoridades estatales y federales".

Las comunidades de la Ucisech se posesionaron legítimamente de dichas tierras mediante un convenio celebrado en Tuxtla Gutiérrez el 24 de octubre de 1984 entre sus representantes, el gobierno y los lacandones. El convenio establecía que las partes alcanzaron "un acuerdo armonioso". Como resultado, obtuvieron plano de localización, acta de posesión y deslinde, y censo general agrario. El Desempeño quedó separado de la comunidad lacandona. Pero nunca llegó la resolución presidencial.

En 1991, ante la insistencia de los lacandones de echarlos, "mantuvimos nuestro derecho de posesión por antigüedad, según la ley agraria". En 1992 Xi'Nich caminó de Palenque a la ciudad de México durante 56 días. "Con esta marcha logramos ser escuchados. El secretario de Gobernación Fernando Gutiérrez Barrios aceptó el acuerdo de que no seríamos desalojados de El Desempeño".

En 1994, con el levantamiento indígena zapatista, "una de las principales demandas fue el derecho a la tierra en rechazo a la reforma salinista del artículo 27 constitucional". Ese mismo año Xi'Nich firmó un nuevo convenio con el gobierno federal que comprendía reubicación e indemnización con acuerdo de los poblados, y de no darse, dejaba claro a los lacandones que sería imposible un desalojo. "Nuestra respuesta fue no a la reubicación, no a la indemnización, sí al derecho a la tierra que hemos trabajado, habitado y vivido".

En 1995, la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social y la Subdelegación de Protección Ambiental hicieron constar que esos asentamientos humanos se encuentran fuera de Montes Azules y no se ubican en las zonas núcleo ni de amortiguamiento de la reserva. En 1997 las autoridades les ofrecieron un fideicomiso que incluía sólo 5 hectáreas de las 20 por persona que siempre demandaron. Xi'Nich recapitula: "Nos queda claro que durante más de 20 años de posesión y varios intentos de negociación y diálogo, las autoridades federales y estatales no han sido capaces de ofrecer garantías jurídicas sobre la tenencia de la tierra. A 32 años del decreto hemos recibido limosnas, migajas, desalojos, reubicación, burlas, engaños y amenazas".

En referencia a la comunidad lacandona, las comunidades de El Desempeño dicen: "Por lo que hemos experimentado estos 30 años, de ellos no esperamos nada; son los que más obstáculos han puesto. Exigimos a las autoridades federales y estatales solución inmediata; de no hacerlo, estarían propiciando situaciones que podrían desembocar en conflictos intercomunitarios lamentables. Responsabilizamos al gobierno federal de cualquier acto de violencia".

Piden que sean respetadas las comunidades de Nueva Reforma y Nuevo Betel, en posesión de la finca Santa Clara (terrenos nacionales) desde hace más de diez años. Exigen que se cumplan el Convenio 169 de la OIT, el convenio internacional sobre el hombre y el medio ambiente y, en particular, los acuerdos de San Andrés Larráinzar.