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México D.F. Jueves 18 de marzo de 2004

Paco Ignacio Taibo II

Después de la derrota

1 Frankenstein en el espejo.

Las aguas tienden a seguir turbias después de la derrota.

Amanece. Es el momento de mirar al doctor Frankenstein en el espejo y responder algunas malignas preguntas:

ƑCarlos Ahumada? ƑLo conoce? ƑAlguna vez lo invitó a tomar café con galletitas en su oficina mientras lo filmaba en esos menesteres? ƑLo invitaron a usted a presenciar partidos en el palco del Santos Laguna?

El doctor Frank desde el espejo, pone su otra cara, la de Gus, el ratoncito de la Cenicienta y responde: A ese güey no lo conozco. En mi vida lo he visto. No me gustan las oficinas de los oligarcas ni aunque los presenten como "progres" y yo le voy a los Pumas.

ƑTiene usted alguna relación orgánica con el Gobierno del DF? ƑCobra en alguna secretaría? ƑTiene despacho con vista a la calle, chofer, cuenta de gastos? ƑSe ha ido a Las Vegas en meses recientes a meterle dólares de plata a las maquinitas? ƑA Disneylandia? ƑCon dineros públicos?

El doc Frank (De Frankcisco, o sea Pako) comienza a encabronarse y responde mientras se echa agua fría en la cara, tratando de iniciar esa terrible cuesta arriba que son las mañanas:

-Nunca he cobrado un centavo del Gobierno del DF. Por no cobrar, ni siquiera he cobrado las conferencias que suelo dar en casas de la cultura. La última vez que fui a Disneylandia pagué el boleto mío y de mi hija con mis derechos autorales y casi nos corren porque mi papá invitaba a un ratón Mickey a tomar pepsis curadas con anforitas de bacardí.

La voz en el espejo, implacable repregunta, mientras un culero de Gobernación me filma desde el poste de la luz de enfrente de mi casa:

ƑConoce a Carlos Imaz, a René Bejarano, a Rosario Robles, Ramón Sosamontes, a la prima del delegado de Gustavo A. Madero? Niéguelos usted tres veces.

Para nada. ƑTengo acaso cara de linchador? Que se investigue, se explique y entonces sí, que se juzgue.

ƑPiensa que el PRD sirve todavía para algo?

Aprovecho para echarme agua en la cara y hacer como que no he oído la pregunta. He llegado al baño en piloto automático y estas cosas no se contestan así como así.

ƑNo ha considerado la posibilidad de afiliarse a alguno de los nuevos clubes, por ejemplo el club "Alí Babá", que admite 40 socios y promueve Roberto Madrazo o el club "Barbie con rebozo", que estimula desde las sombras Martita Sahagún?

-Primero muerto -me respondo.

-ƑY sigue usted siendo de izquierda? -pregunta, con un dejo burlón, para rematar la implacable voz en el espejo que curiosamente me habla de usted.

-Sí -responde una voz que reconozco, la mía, medio ronca y reflejando un tipo de 55 años que se mira al espejo y se dice que ha militado en la izquierda desde que tuvo capacidad para razonar y que no ve razones para renunciar a las ideas, los amores, los principios. Que conserva, desgastadas y herrumbrosas, las fidelidades.

2. Recapitulación.

El doc Frankenstein debería ordenadamente pasar recuento en estas líneas de Los Hechos: todas esas cosas que se sucedieron en estas recientes semanas, las acusaciones, los videos, las fugas, las declaraciones, pero da por supuesto que se enfrenta a un lector generalmente bien informado, y le ahorra las penurias.

3. Guau, Guau.

Sin embargo, no puede evadir una inquietante reflexión: Y en medio de estos escándalos que volvían prófugo al tesorero del DF, mostraban a militantes del PRD recibiendo dinero en bolsitas de supermercado, Ƒquiénes eran los nuevos árbitros morales del país?

Porque el doc Frank ha visto a Roberto Madrazo dando lecciones de moralidad pública en la televisión, a Fox ignorando a sus "amigos" cuando pasa recuento, a Fernández de Cevallos en esa actitud cercana al ataque de apoplejía (No les recomiendo a su geriatra). ƑQuiénes estaban juzgando la moralidad pública de México? ƑPeriodistas televisivos cuyas colas impedían cerrar las puertas de los estudios? ƑLos amigos de Fox? ƑEl jefe Diego reciclado de ardilla de Los Pinos a abogado en las sombras de Ahumada? ƑDeschamps y sus petroleros priístas? ƑLas huestes del año de Hidalgo y el Uca Uca (el que se lo encuentre se lo emboruca) de Madrazo y Elba Esther? Guau guau. Sólo el doble ladrido hace justicia a esta pléyade de insignes mexicanos.

No, sin duda no lo eran, pero y desde acá, desde este lado de la barda, desde el nosotros, Ƒahí qué pasaba?

4. La derrota.

ƑCuándo se produjo la derrota? ƑCuándo caíamos humillados en estas dos semanas pasadas? ƑNos hundimos en una guerra mediática que mostraba a un administrador priísta incrustado como gran tesorero del Gobierno del DF jugando blackjack en Las Vegas? ƑCuando contemplamos azorados a René Bejarano llevándose hasta las ligas de los fajos de billetes de las oficinas de Carlos Ahumada y a Rosario Robles enfrentada al hecho de que se había equivocado de amistades, que el "empresario progresista" no lo era tanto? ƑFuimos derrotados por tres videos, una docena de acusaciones, algunas de ellas con poco sustento aunque quizá con bastante razón, y una campaña de denuncias de singular potencia, orquestada en las sombras por el gobierno federal?

No, éste sólo era el momento público de la derrota, su versión escénica; la catarsis de Brozo, la gran hoguera en que ardían los restos del viejo proyecto perredista, el danzón del Día de Muertos. La derrota no era esta sensación de orfandad, esta vergüenza cabrona de ver cómo el proyecto de millones de ciudadanos, avalado por 35 años de luchas sociales se hundía, babosamente pervertido. Cómo esa suma de voluntades de cambio, esos años de represión, acumulación de luchas políticas, sacrificios, heridos y muertos, se iba al carajo.

No, esto no era la derrota. La derrota se había cocinado largamente en el tiempo. Se expresaba en otras cosas más profundas y dolorosas: en gobiernos perredistas que heredaban la estructura de gobernar del PRI y eran incapaces de transformarla. Que recibían una administración basada en una organización burocrática ineficiente e infernal que tenía su razón de ser y se agilizaba con la mordida. En el mejor de los casos lográbamos matar la corrupción pero se quedaba el laberinto de papeles, la norma. ƑLa Norma? ƑQuién será esa Norma que tan buena está y que pasea por la boca de todos los nuevos funcionarios, que los tiraniza y les hace olvidar la justicia?

La derrota era cuando a lo más que llegaban nuestros gobernantes de izquierda, era a una cierta honesta eficacia, pero que se mostraba como incapaz de imaginación, de construcción de una oferta social diferente al proyecto capitalista salvaje y burdo que ha dominado nuestras vidas y destinos. Derrota era que no exista hoy una red de tiendas populares donde se puedan vender directamente productos campesinos, derrota es que los patrones de siempre sigan diseñando los modelos del desarrollo, derrota era la foto de Andrés Manuel López Obrador rodeado de obispos y slimes, dos categorías similares; derrota eran diputados y senadores perredistas hablando de mal menor, pactando en lo oscurito, cambiando alegremente la huelga de hambre por el desayuno en Sanborns, habituándose a choferes, niveles salariales, jerarquías; derrota eran los 12 mil empleados que el partido había creado y con ellos una voluntad de supervivencia de esa nueva clase social: el chambismo. Derrota era el estreno en la izquierda de los moldes priístas; las estructuras corporativas, el fraude electoral permanente en las elecciones internas. Derrota era que el partido de izquierda, queriendo y sin quererlo se había vuelto en estos años la menos firme columna del sistema social, la reserva estratégica del gran capital, el caballo de Troya de ese monstruo casi indescifrable que es el sistema político-económico mexicano.

Y la derrota había venido envuelta en la apariencia de victoria, por eso era más terrible, más trágica, más tramposa. Se nos aparecía como triunfos electorales, gobiernos municipales democráticos, diputados electos, Gobierno del DF. Y venía endulzada por pequeños avances, proyectos interesantes, logros sociales, voluntades populares triunfantes, políticas aquí y allá que tenían sentido, protegían a los pobres.

La derrota, se diría el doctor Frankenstein con unas enormes ganas de llorar, es que la izquierda que había pactado con el diablo para sacar al PRI de Los Pinos, estaba secuestrada por el demonio.

5. Sólo cenizas.

Porque en el mejor (o el peor) de los casos, tras esta ofensiva de desprestigio, denuncias no muy inocentes pero ciertas, calumnias y videos, el PRD sobrevivirá formalmente. Y quizá Andrés Manuel López Obrador flotará como corcho en este proceloso mar, e inclusive se recuperará para ser un viable candidato a Presidente. Los constructores de este modelo de partido encarnado por personajes como Jesús Ortega, Raymundo Cárdenas, Jesús Navarrete, saldrán fortalecidos y con un profundo dominio de un aparato que sólo se representa a sí mismo, pero que tiene la legitimidad del membrete. šLos chuchos al poder, sus madres ya lo tienen! Esa será la puñalada final. Pero ese perredé tendrá totalmente quemada a su militancia, desconfiará hasta de su sombra, un administrador perredista honesto será un ciudadano "bajo sospecha", el partido no tendrá sensibilidad social, estará aislado de los que hoy luchan contra el neoliberalismo en las calles, y su dirección hará "política realista"; ese partido seguirá sin tener mecanismos de expresión de sus bases, estará secuestrado por las tribus.

6. Necios que somos

El padre del doctor Frankenstein dirá que Beguin the beguine es de Cole Porter o por lo menos que a él se la oyó tocar alguna vez. Se trata de esa melodía pegajosa que reitera una y otra el estribillo de "hay que volver a empezar". El doc F. ante el espejo tararea. Sonríe.

Lamentable y afortunadamente parece ser que ha llegado la hora de volver a empezar. Construir desde las cenizas, aprender de las trampas, repensar qué hay detrás de los agotamientos y las debilidades... y una vez decidido, apelar a nuestro sentido del humor.

Probablemente la generación del 68 esté marcada por un tatuaje de fuego que diga: "Nacidos para perder", pero lo podemos cubrir con una gloriosa camiseta con una foto de Kim Novak, o de un Rock Hudson gay, o de Ho Chih Minh, o de la perra Laika, gloriosa primera astronauta, de un lado (dinosaurios al fin y al cabo) y un letrero que del otro reitere; "Nacidos para perder, pero no para transar".

"Necios, que somos, volveremos", se dice este patético personaje de 55 años ante el espejo. "Me cae que volveremos", dice usando una frase que Cuco Sánchez o José Alfredo podrían haber firmado.

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