México D.F. Lunes 15 de marzo de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Una historia de Diego que revela otro cochinero
AHORA NOS QUIEREN contar que en los desayunaderos
de un famoso hotel de los rumbos de Polanco la casualidad convoca a los
personajes más siniestros, que aunque deambulen por los mismos corredores,
acudan a los mismos restaurantes y sean buenos amigos entre sí,
un día, el 20 de febrero, ni siquiera se vieron. ¡Bendita
casualidad!
ALLI, DENTRO DEL EDIFICIO del hotel Presidente
Chapultepec, la mañana de la fecha señalada, estaban todos
a los que señaló un médico que no tiene ningún
reconocimiento, que no es famoso, pero que tuvo el valor de decir: sí,
allí los vi.
ESTE MEDICO, CUYA PALABRA no vale nada frente a
los amigos de Diego, estuvo en ese hotel, porque seguramente no tiene nada
que hacer en las mañanas, durante tres o cuatro horas en espera
de que el empresario corruptor Carlos Ahumada se reuniera con Diego Fernández,
que con papeles en mano trató de demostrar que él no se reunió
con su amigo, con su protegido, Carlos Ahumada.
ERA TAN FACIL haberlo dicho desde la primera vez
que le prestaron el micrófono para que, como es su costumbre, tratara
de impresionar a la gente con gritos y gestos de quien ha perdido la cabeza,
que después, cuando consiguió los papeles -nada difícil
para él- con los cuales trató de convencer, le cayó
encima la única acusación que aún no cargaba su apellido:
empleado del narco.
ESA ES UNA HISTORIA que al destaparse puede llegar
a significar otra ruta de los muchos cochineros de la política
en el país. El asunto empieza con Fernando Bastida Gallardo, a quien
se consideró el "cerebro" del cártel de Juárez,
es decir, el hombre de las finanzas del Señor de los cielos,
Amado Carrillo, según datos de la DEA, la PGR y de la Policía
Internacional, que hoy lo buscan en 179 países.
DINERO QUE SE SUPONIA ilegal fue a parar, dicen
las pesquisas, al grupo financiero Anáhuac. Eran 82 millones de
pesos destinados al grupo financiero, suma que, se ha comentado, fue rescatada
por el mismo Diego Fernández.
EL BOLETIN 077/98 de la Procuraduría General
de la República dice que "la indagatoria correspondiente (lavado
de dinero) se focalizó en las actividades desplegadas por el cártel
de Juárez dentro del sistema financiero y precisamente respecto
de las operaciones realizadas por el Grupo Financiero Anáhuac, por
lo que una vez agotada la primera fase de la investigación se determinó
ejercer acción penal ante el juez undécimo de distrito en
materia penal, quien resolvió dictar orden de aprehensión
contra Juan Alberto Zepeda Novelo y otros implicados".
SEGUN FUENTES DE la propia PGR, Zepeda tuvo nexos
con Diego Fernández desde hace mucho tiempo, y según algunas
investigaciones el punto de contacto fue Acapulco, Guerrero. ¿Qué
más se puede pedir a un hombre probo como Diego?
¿Ruptura?
HAY MUCHAS VOCES que advierten que en el acto celebrado
ayer en el Zócalo de esta ciudad se dio un rompimiento entre el
Partido de la Revolución Democrática y el jefe de Gobierno,
Andrés Manuel López Obrador, pero si esa percepción
no es cierta, cuando menos se puede hablar, y muy en serio, de un enfriamiento
de las relaciones entre esos dos factores de la política de ese
partido.
ENTRE LAS MUCHAS cosas buenas que dejó ese
acto hay quienes hubieran querido que López Obrador fuera mucho
más contundente en el reconocimiento de sus errores, pero de cualquier
forma lo que ayer se vivió en la plaza mayor de la ciudad de México
grita al unísono su propia verdad. Nada más.
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