México D.F. Lunes 15 de marzo de 2004
Denuncian corresponsales que el gobierno quiso
orientarlos sobre "la pista de ETA"
La derrota del PP, duro golpe a los medios de información
afines a José María Aznar
Las movilizaciones contra el Partido Popular, fruto
de la comunicación alternativa
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Madrid, 14 de marzo. Mientras a las 22 horas la
cadena Telecinco anunciaba que "el Partido Popular pierde el poder tras
ocho años" en el gobierno, la cadena pública TVE interrumpió
misteriosamente el escrutinio electoral y transmitió los resultados
de los juegos de futbol. Al mismo tiempo, en multitud de teléfonos
celulares comenzaron a circular mensajes como "¡Olé, Urdaci
a Infojobs!", en referencia a Alfredo Urdaci, principal conductor de TVE,
quien deberá poner su solicitud en la página cibernética
de búsqueda de empleo. El comentarista se ha convertido en el símbolo
de la alineación mediática en favor del derrotado PP.
Así
quedó claro que la otra gran derrota en este 14 de marzo es para
la manipulación y la parcialidad de la televisora, la cual sirvió
como brazo mediático del aznarato e indujo el odio contra los nacionalismos
y las organizaciones políticas non gratas, como la catalana
Ezquerra Republicana, la ilegalizada Batasuna o contra todos aquellos
grupos que osaron manifestar su oposición a la intolerancia aznarista.
A raíz de los atentados del 11 de marzo, el maniqueísmo político
y la autocensura televisivas fueron más evidentes.
Y es que para muchos madrileños los resultados
de esta jornada no sólo han significado un claro voto de castigo
para los ocho años de gobierno del PP, sino un zapping político
contra la desinformación de la principal cadena televisiva española,
"que nos ha intoxicado con telebasura y aznarismos".
Todavía la noche previa a la jornada electoral,
mientras más de 30 mil personas se manifestaban desde las 18 horas
en la sede del Partido Popular y en las plazas de Atocha y del Sol para
corear consignas contra la política exterior de Aznar y por el ocultamiento
de las investigaciones de los atentados, TVE invisibilizó
la protesta.
Su director general, José Antonio Sánchez,
ordenó que sólo salieran a cuadro los integrantes del gobierno
durante lo que denominó "día de duelo". Sin embargo, a las
21 horas privilegió la transmisión de la insólita
declaración del candidato oficialista Mariano Rajoy, quien calificó
de "ilegales" las manifestaciones en la sede del PP.
Estas movilizaciones fueron el resultado de la comunicación
alternativa. A través de Internet, teléfonos celulares, volantes
y pintas que han inundado las calles y las estaciones del Metro de Madrid
desde el 11 de marzo, un importante segmento de la opinión pública
se ha rebelado contra las versiones oficiales y ha exhibido la falta de
credibilidad en los medios masivos de información, quizá
sólo con la excepción de la cadena radiofónica SER,
propiedad del grupo PRISA, el otro gran consorcio privado de medios, y
ciertos programas informativos de Telecinco.
De hecho, uno de los gritos más festivos que se
escucharon en la calle de Génova y en Plaza de Sol fue: "¡esto
no sale en la primera!", en clara referencia a los informativos de TVE.
Y frente a las cámaras de esta cadena coreaban: "¡televisión,
manipulación!"
"Lo mismo nos sucedió durante las marchas de protesta
contra la guerra contra Irak", comentó Alberto, ex militante de
Izquierda Unida. "Mientras en las calles de Madrid habíamos casi
un millón de personas expresándonos contra la política
exterior de Aznar, la televisión oficial no transmitía absolutamente
nada o desinformaba. Señalaba que éramos cuatro locos. Lo
de ahora es consecuencia de esa política de menospreciar la opinión
de la gente", remató.
La política de control y desinformación
del gobierno de Aznar se exhibió con toda claridad tras los atentados
del pasado jueves. Al unísono, los medios oficialistas orientaron
editorialmente sus noticiarios y comentarios para hacerse eco de la primera
versión de que ETA causó las explosiones que provocaron 200
muertos y más de mil 400 heridos. Sólo hasta que cadenas
internacionales como la BBC o CNN, de creciente influencia entre los televidentes
de España, comenzaron a ventilar la posibilidad de que radicales
islamitas fueron los responsables de los atentados, los medios electrónicos
españoles moderaron su posición.
El Círculo de Corresponsales Extranjeros se quejó
el sábado 13 de marzo por las presiones del gobierno de Aznar para
orientarlos hacia la "pista de ETA". Desde el jueves por la tarde
recibieron telefonazos de la Moncloa para gestionar esa versión.
El periódico El País, en la columna La Defensa del
Lector, publicada este domingo, reveló que José María
Aznar se comunicó dos veces con el director del periódico,
Jesús Ceberio, para insistir en la "línea ETA" en la versión
de los atentados.
Distintos observadores y analistas de medios en España
subrayan que a pesar de la cercanía del grupo PRISA con el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) y de su línea crítica
hacia el gobierno de Aznar, también se generaron "valores entendidos"
con este poderoso consorcio editorial, debido a las concesiones de televisión
restringida. Sólo hasta ahora se ha ventilado públicamente
la estrategia de presión y control informativo que el aznarismo
desplegó con ciertos medios impresos, entre ellos El País.
¿Qué viene ahora?, se preguntan distintos
especialistas en medios en España. "Es necesario acabar con esta
parcialidad escandalosa que ha dominado a los medios públicos, tanto
con el PSOE como con el PP, así como garantizar un auténtico
estatuto que defienda el derecho a la información plural y veraz",
subraya un académico, quien agrega: "aquí todavía
hace falta una institución como la BBC para evitar los excesos que
cometió Aznar".
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