México D.F. Jueves 11 de marzo de 2004
Presentan hoy resultados de un estudio preliminar
elaborado por la CCAAN
Plantean crear red de monitoreo para detectar maíz
transgénico
Investigadores recomendarán al gobierno mexicano
que emprenda campaña de difusión sobre el tema y establecer
un sistema de alerta temprana El estudio se realizó a solicitud
de ONG
ANGELICA ENCISO ENVIADA
Oaxaca, Oax., 10 de marzo. Entre el desconocimiento
de los campesinos de lo que significa maíz transgénico y
el ocultamiento de información de parte del gobierno federal sobre
la presencia de estos granos en cultivos criollos de la sierra Norte de
la entidad, considerada el centro de origen del maíz, este jueves
se presentará el estudio preliminar de la Comisión de Cooperación
Ambiental de América del Norte (CCAAN), realizado por 17 especialistas
a petición de organizaciones no gubernamentales. En el documento
se recomendará a las autoridades mexicanas establecer una campaña
de difusión sobre el tema y crear sistemas de monitoreo y de alerta
temprana.
A casi dos años de que se detectó en siembras
la presencia de maíz genéticamente modificado, la CCAAN pondrá
a discusión de las organizaciones y los labriegos los avances del
estudio, que culminará en junio con una serie de recomendaciones
para el gobierno mexicano, que, junto con sus homólogos de Estados
Unidos y Canadá, decidirá si se hacen públicas. Si
bien la comisión siempre ha divulgado la información de este
tipo, en caso de que no se publicara sería la primera vez que esto
ocurra.
Los
organismos genéticamente modificados o transgénicos son plantas
a las que, en laboratorio, se les coloca un gen de una especie distinta
con el propósito de mejorarlas. En Oaxaca existen casi 30 de las
50 variedades de maíz criollo que se localizan en el país,
por lo que la existencia de transgénicos en los cultivos tradicionales
del estado, aunque es reducida, se ha convertido en tema de debate internacional,
debido al riesgo de que se afecte el centro de origen del maíz,
donde se han localizado granos con una antigüedad de 10 mil años.
La Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y
Organismos Genéticamente Modificados ha mantenido en reserva los
estudios que confirman la presencia de transgénicos en Oaxaca. El
presidente del grupo asesor científico de la CCAAN que realizó
el informe, José Sarukhán Kermez, sostuvo en entrevista que
les habría "gustado que ya se hubieran liberado los informes de
los estudios realizados sobre la presencia de transgenes que se encontraron
en Oaxaca y Puebla, que el Instituto Nacional de Ecología y la Comisión
Nacional de Biodiversidad trabajaron para la Secretaría de Agricultura".
Agregó que "ya hay suficiente información
para hacerla pública, es algo que se debe conocer, (porque) mientras
más sepamos, en mejor posición estaremos y podremos informar
a la sociedad; el peor fantasma en asuntos como éste es la secrecía
y la oscuridad". Aseveró que México debe establecer mecanismos
de monitoreo y alerta temprana para que, en caso de que haya otro caso
de presencia de maíz transgénico, se pueda localizar, confinar
y analizar con cuidado. Esta es una de las recomendaciones que se presentarán
al gobierno mexicano.
Indicó que debe desarrollarse tecnología
"para nuestras propias necesidades. No se puede esperar lo que Monsanto
hace, porque eso interesa a los grandes agricultores, no a los de autoconsumo",
que son la mayoría en el país. Además, dijo, la investigación
de este tipo debe hacerse con recursos públicos y ponerse a disposición
de los campesinos.
En México, sólo 4 por ciento de los campesinos
ha escuchado alguna vez la palabra "transgénico", indicó
Flavio Aragón, del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas
y Pecuarias, en una exposición previa a la sesión pública
de la CCAAN. Precisó que aún no se ha definido un plan de
acción en la zona afectada, pero se recomendó a los campesinos
no utilizar como semilla el maíz que se compra en las tiendas de
Diconsa, ya que se presume que de ahí salieron los granos utilizados
en las siembras con transgenes.
Olga Toro, de Capulalpam, una de las comunidades donde
se ubican cultivos con transgenes, comentó que en 1999 sembró
maíz en una parcela. La planta creció poco y obtuvo mazorcas
grandes. Pero en 2001 las mazorcas fueron muy pequeñas. Después
de esto se enteró que había sembrado maíz genéticamente
modificado que compró en Diconsa.
Explicó que la diferencia entre los granos es clara:
el criollo es "gordo y brilloso", mientras que el maíz transgénico
es plano y opaco. México importa al año unas 6 millones de
toneladas de maíz de Estados Unidos, del cual se estima que aproximadamente
30 por ciento es genéticamente modificado, ya que ese país
no separa éste del tradicional.
Durante la realización del análisis, empresas
trasnacionales productoras de transgénicos, Monsanto entre ellas,
contactaron a varios de los investigadores participantes, pero no habrían
influido en ellos porque los resultados del estudio "Los efectos del maíz
transgénico en México", "son contundentes".
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