México D.F. Jueves 11 de marzo de 2004
Los acuerdos comerciales minan la soberanía
y desarticulan las instituciones, alertan expertos
Exodos y hambrunas, saldos del libre mercado en Mesoamérica
Una treintena de ONG declara la región zona
de desastre, a causa de los tratados
VICTOR BALLINAS
Agrupaciones campesinas e indígenas de Centroamérica
y el Caribe lamentaron que la apertura comercial, lejos de promover el
progreso, ha hecho de la región una zona de desastre, marcada por
el éxodo incontrolable y las hambrunas recurrentes.
Representantes
de 31 organizaciones de Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa
Rica, Cuba y México analizaron la situación del campo en
Mesoamérica durante las actividades del taller-encuentro Los
indígenas y campesinos mesoamericanos frente a los tratados comerciales.
Por una integración regional equitativa, que se efectuó
en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco.
En ese contexto, indicaron: ''la decisión de nuestros
gobiernos de hipotecar el desarrollo, cancelar la posibilidad de una integración
regional y conducirnos desarmados y en desventaja a un mercado que no tiene
nada de 'libre', pues está dominado por los intereses comerciales
de los países poderosos y por las trasnacionales, nos ocasionó
fuertes daños económicos, sociales y ambientales''.
Luego de tres días de trabajo, las organizaciones
participantes elaboraron un documento al que denominaron Declaración
de Xochimilco, en el que subrayan: "en Mesoamérica vamos para
un cuarto de siglo de políticas neoliberales de apertura comercial
y desregulación; apuesta suicida por la globalización económica
asimétrica y desleal que, atenida a una agroexportación a
la postre ruinosa, desmanteló nuestra agricultura de granos básicos
empobreciendo y expulsando del campo a los pequeños y medianos productores''.
En el manifiesto rechazan los tratados de libre comercio
establecidos en la región, los cuales no cuentan con el respaldo
de la población y favorecen exclusivamente a las trasnacionales.
Llave para la nueva colonización
También se manifestaron en contra del Acuerdo de
Libre Comercio de las Américas que el gobierno de Estados Unidos
pretende imponer al continente, pues -señalaron- ''es la llave de
una nueva colonización, una carta de derechos al gran capital, un
marco jurídico supranacional encaminado a dar seguridades a los
saqueadores''.
Las organizaciones mexicanas rechazaron en particular
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, "que nos condena
a la extinción", mientras los campesinos centroamericanos repudiaron
el pacto comercial con Estados Unidos, el cual -dijeron- ''es un criminal
y suicida acuerdo con la mayor potencia mundial, que no sólo debemos
resistir, sino también debemos derrotar, cuando aún estamos
a tiempo".
Sostuvieron que es necesaria y posible otra Mesoamérica,
y que ''frente a la desnacionalización y exclusión, proponemos
una integración regional solidaria y desde los pueblos. Los tratados
comerciales -y más aún los acuerdos inocuos que se nos han
impuesto- no son un factor de integración, sino de desintegración;
no de inclusión, sino de mayor exclusión económica
y social".
Los campesinos e indígenas denunciaron: ''nuestros
países se están vaciando. Sin trabajo, sin ingresos y sin
futuro, muchos campesinos emprendemos el camino de la migración,
peregrinar que ya no es sólo estacional y relativamente cercano,
sino distante y con frecuencia definitivo. Hay en nuestra región
países que viven de exportar ciudadanos y de las remesas que los
migrantes envían. Son naciones minusválidas".
Como es un hecho el éxodo de campesinos y de otros
sectores, ''debemos reivindicar los derechos humanos y laborales de los
migrantes, que sistemáticamente son violados, no sólo por
Estados Unidos, sino también por los gobiernos de nuestros propios
países, en particular por el gobierno mexicano, que se comporta
como policía y cancerbero de los yanquis frente a los migrantes
centroamericanos''.
Indican que los instrumentos sólo benefician
el poder hegemónico de EU y las trasnacionales
VICTOR BALLINAS
Los tratados de libre comercio traen déficit creciente
de soberanía, desarticulación de instituciones y políticas
nacionales, y fracturas al particular modelo de desarrollo de las naciones,
advirtieron expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México,
El Colegio de México, la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM) y la Universidad Autónoma de Chapingo.
En el último día de los trabajos del taller-encuentro
Los indígenas y campesinos mesoamericanos frente a los tratados
comerciales. Por una integración regional equitativa, convocado
por el Movimiento Indígena y Campesino de Mesoamérica (Moican)
y por la unidad Xochimilco de la UAM, los especialistas presentaron el
primer borrador de lo que denominaron Declaración de Xochimilco,
en la que expresan su rechazo a los acuerdos comerciales.
Resistencias a la integración
Los expertos precisan que, en el caso mexicano, entre
1983 y 1993 hubo una ''ofensiva relampagueante'' para aplicar el primer
paquete de las iniciativas integradoras neoliberales -la llamada primera
generación de reformas estructurales-, que replanteó al Estado
más viejo y consistente de América Latina en ámbitos
estratégicos, como son tipo de intervencionismo, regulación
soberana de mercados y privatizaciones, así como la contrarreforma
agraria de 1993. Con la ofensiva no sólo se consolidaron instrumentos
como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),
sino también una opinión favorable y coaliciones sociales
dispuestas a conquistar el primer mundo.
Sin embargo, destacan los expertos, la segunda generación
de las reformas no se ha podido aplicar debido a la presencia de nuevos
actores que han cuestionado esas políticas. Es el caso del EZLN,
que sale a la luz el 1º de enero de 1994 -fecha en que se inicia el
TLCAN-, y de El campo no aguanta más, en 2003, que han obligado
a revisar las estrategias de integración en América Latina.
El poder de las trasnacionales
En el proyecto de borrador de la Declaración
de Xochimilco, que ayer empezó a circular entre los participantes
en el encuentro-taller, se apunta: considerando que junto, y en el centro,
del poder hegemónico de Estados Unidos se ha consolidado el poder
corporativo de las empresas trasnacionales -que se expresa específicamente
en el control de semillas híbridas, plaguicidas y cultivos transgénicos
en las cadenas alimentarias-, y que unas cuantas, como Monsanto, Syngenta,
Dupont y Dow, resultan la más beneficiadas; que los cultivos transgénicos
han traído como consecuencia un mayor uso de plaguicidas, especialmente
en el caso de soya, maíz y algodón resistentes a herbicidas;
que la contaminación genética de variedades nativas de maíz
de México, causada por la importación de maíz transgénico
no etiquetado desde Estados Unidos, es un hecho de enorme gravedad, y que
el gobierno mexicano ha mostrado cómo los intereses de protección
al libre comercio están por encima de la protección a la
biodiversidad, entre otros puntos, "demandamos el cambio de la política
agrícola neoliberal por una que garantice la soberanía alimentaria
y la producción de alimentos sanos, libres de plaguicidas y transgénicos".
Los expertos, académicos e investigadores de distintas
universidades mexicanas demandan además la prohibición para
importar maíz transgénico, debido a que México es
nación de origen de la gramínea, así como el retiro
a subsidios a la compra de algodón Bt y soya transgénicas,
pues sólo beneficia a los intereses de Monsanto y otras trasnacionales,
sostienen.
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