CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Salinas, eslabón de la desgracia

EL NOMBRE de Carlos Salinas de Gortari es el eslabón que cierra la cadena de desgracias políticas ocurridas en la ciudad, pero también en todo el país, durante la reciente semana y media.

ES FACIL hablar de este nombre; a fin de cuentas son tantos los males causados al país desde su gobierno, que otro más parecería increíble. Pero sí, una vez más todo apunta a la intervención de Salinas de Gortari en todo este asco.

SI EMPEZAMOS por el final, deberíamos abocarnos a un dato reciente que exige la mayor atención. El avión de Carlos Ahumada viajó a Cuba -lugar donde Carlos Salinas pasó buen tiempo del exilio que le impuso la gran mayoría de la población, que aún lo condena-, donde el ex presidente tiene buenas amistades dispuestas a hacer favores a los amigos de su amigo.

EN ESE orden de cosas, la aparición de Fernández de Cevallos no puede dejarse de lado. El más conspicuo abogado de la trampa fue quien llevó a Acción Nacional a Los Pinos a negociar con Salinas en el mismo inicio de su gobierno.

PERO HAY más: uno de los abogados de Carlos Ahumada, Juan Collado, quien acostumbra hacer consultas al despacho de Fernández de Cevallos -algo que, según dicen los hombres del litigio, es práctica común- fue, como se recordará, defensor de Raúl Salinas, Mario Ruiz Massieu y Edgardo Codesal, este último ex árbitro que hoy es directivo del equipo de futbol Santos Laguna, propiedad del mismo Ahumada.

Y SI esto no es suficiente, el "padre" de Ahumada, como él mismo señala, es Ignacio Morales Lechuga, procurador general de la República en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari.

TAMPOCO SE debe olvidar que los primeros grandes negocios de Carlos Ahumada provienen del gobierno de Guerrero, durante la gestión de José Francisco Ruiz Massieu, político que no sólo estuvo ligado a Salinas por medio de su partido, el PRI, sino que también tuvieron fuertes lazos familiares: eran cuñados.

ESTOS DATOS podrían estar en la argumentación que hoy dará López Obrador frente a los medios de comunicación para establecer que, sin dejar de lado el tamaño de la corrupción enquistada en su gobierno, sobre la idea de exhibir una serie de hechos posiblemente ilícitos está la intención no de poner a discusión los hechos de gobierno, que sería el fondo, sino destruir una clara opción de la izquierda para lanzar un candidato sólido a la Presidencia de la República.

PERO FRENTE a todo esto y las pruebas que López Obrador deba presentar, está también, como dijimos, el tema de la corrupción, que no deberá ser obviado por el mandatario capitalino.

UNA Y otra vez, casi desde todos los ámbitos políticos, se criticó, se advirtió, se denunció la presencia poco confiable, cuando menos, de René Bejarano en el Gobierno del DF.

ERA PREVISIBLE para casi todos, dentro y fuera del PRD, que Bejarano terminara traicionando la causa de honestidad que enarbola López Obrador, y allí no hubo oídos para atender las denuncias.

ESO DEBERA tener una explicación del mandatario de la ciudad, porque la gente lo reclama. El hecho de corrupción es incontrovertible y nada, sino una argumentación seria y a fondo, podrá devolver la credibilidad de la gente a este gobierno. Ya veremos.

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