México D.F. Jueves 11 de marzo de 2004
Para sobrevivir deberá evitar "hacerse
la víctima", afirma la politóloga
Soledad Loaeza: el PRD debe enfrentar los monstruos
que creó
Advierte que es "impensable" la ausencia de un partido
de izquierda en México
LUIS HERNANDEZ NAVARRO
El PRD debe enfrentar los monstruos que ha creado, afirma
la investigadora de El Colegio de México Soledad Loaeza en entrevista
con La Jornada. Para sobrevivir deberá rechazar "hacerse
la víctima", no acusar a otros de sus propias responsabilidades
y evitar ser usado para fines personales.
Según la politóloga, especialista en partidos
políticos, que actualmente es becaria del Radcliffe Fellowship Program,
en Cambridge, Massachusetts, sería una tragedia que los escándalos
que sacuden al sol azteca cancelaran su proyecto partidario. Desde su punto
de vista es impensable la ausencia de un partido político de izquierda
en México.
La también articulista de La Jornada afirma
que el desprestigio que atraviesa al perredismo no es, sin embargo, exclusivo
de este partido. Alcanza igualmente a otras organizaciones partidistas
y en términos generales al arreglo institucional y electoral de
la democracia mexicana. A continuación el texto de la entrevista.
-El escándalo provocado por la difusión
de los videos en los que aparecen dirigentes del PRD recibiendo dinero
del empresario Carlos Ahumada y los testimonios sobre corrupción
¿significan el fin de este proyecto partidario? ¿Tiene el
PRD futuro como opción de poder?
-Los
escándalos de corrupción en que se han visto involucrados
varios dirigentes y funcionarios del PRD no deben acarrear el fin del proyecto
partidario. Sería una tragedia para el cambio institucional en México
y para el desarrollo y la consolidación de mecanismos democráticos
de representación popular y de integración de los poderes
públicos que tanto trabajo y recursos nos ha costado.
"La ausencia de un partido de izquierda es impensable
en México, cuya complejidad política no puede ser asimilada
por un bipartidismo PAN-PRI acompañado de pequeñas formaciones
ancilares como el PVEM. La democracia en México, y en cualquier
otro país, es impensable sin partidos políticos, y éstos
tienen que representar la pluralidad política de la sociedad. Es
indiscutible que en México hay una sensibilidad de izquierda que
se siente incómoda en el PRI, que rechaza los reflejos populistas
y antiparlamentarios de organizaciones radicales y que no se identifica
con Acción Nacional.
"Los penosos acontecimientos de los últimos días
representan una grave amenaza a la continuidad del PRD sólo, y sólo
si, se refugia en el victimismo, si insiste en acusar a otros de sus propios
pecados, si no asume sus reponsabilidades como organización representativa
de una amplia corriente de electores. En lugar de ocultar y encubrir a
los culpables, que son claramente culpables, el PRD debe ser valiente consigo
mismo y enfrentar los monstruos que ha engendrado. Tiene que defenderse
de quienes lo han utilizado para sus fines personales y debe evitar que
lo sigan utilizando para sus fines personales. Las instituciones son mucho
más grandes que los individuos. En esta coyuntura crítica
el PRD tiene que demostrar que puede sentar un ejemplo, aplicar los mecanismos
estatutarios apropiados y sancionar a los funcionarios y militantes corruptos,
así como apoyar a la autoridad para que sean castigados conforme
a derecho. Estos dolorosos episodios son una gran oportunidad para que
el partido se modernice y madure; para que demuestre que está comprometido
con el cumplimiento de la ley. Cuando lo haga será también
más autónomo y más fuerte".
-¿El daño sufrido es exclusivo del PRD o
involucra al sistema de partidos?
-Parte de la responsabilidad que enfrenta el PRD en esta
coyuntura crítica consiste justamente en que su desprestigio alcanza
igualmente a otras organizaciones partidistas y, en términos generales,
al arreglo institucional y electoral de la democracia mexicana. Ya empezaron
a surgir las primeras voces en contra de estas instituciones, como si ellas
fueran la causa de la corrupción. En todo caso la corrupción
es fruto de la violación de las reglas democráticas y no,
como algunos sugieren, producto de esas reglas. Por esta razón,
porque el PRD es también un partido político, tiene la responsabilidad
de proteger lo que encarna como institución, de ahí que le
toca una amplia responsabilidad en la manera como resuelva esta crisis.
"La cultura electoral y partidista en México tiene
raíces muy jóvenes, y golpes como estos pueden causar un
daño muy grave. Esta situación puede ser aprovechada por
fuerzas antidemocráticas cuyo compromiso con la democracia siempre
ha sido condicionado. A nadie beneficia este escándalo; a nadie
beneficiaría una campaña contra los partidos políticos
en general y contra la vía electoral en particular. No es únicamente
responsabilidad de los partidos sancionar a sus funcionarios, las autoridades
pertinentes tienen que intervenir en apoyo de los partidos castigando a
quienes hayan violado la ley".
-Los dirigentes y candidatos que recibieron dinero de
Carlos Ahumada han dicho que esos recursos estaban dirigidos a financiar
precampañas, postulaciones para cargos partidarios o actividades
de vigilancia electoral. ¿Cree usted que ello muestra un hueco en
nuestra legislación electoral y en las atribuciones del Instituto
Federal Electoral? ¿Se requiere de una nueva reforma que cubra estos
huecos?
-No estoy segura de que la corrupción de dirigentes
y candidatos sea propiciada por un hueco en la ley. Es tanto como aplicar
a los políticos, muchos de ellos honestos y comprometidos, el dicho
de que "la oportunidad hace al ladrón". Una ley no puede prever
todas las contingencias posibles. Tampoco puede ser tan detallada ni compleja
que su aplicación sea tan difícil como para invitar a la
no aplicación. El tipo de reforma electoral que se necesita debe
contemplar reducir las campañas, modificar los tiempos de las elecciones.
En este caso, como en muchos otros, en estos momentos es crucial que se
cumpla la ley, que el PRD demuestre que está dispuesto a hacer cumplir
la ley, respetar los principios del partido y obligar a que sus dirigentes
y funcionarios se sometan a la ley.
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