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México D.F. Sábado 6 de marzo de 2004
MUSICA
José Agustín Ramírez
Unearthed, cinco discos inéditos de Johnny
Cash (y un epitafio en camino)
EL
CANTANTE Y compositor Johnny Cash, fallecido el 12 de septiembre de
2003, y quién fuera reconocido como el más grande exponente
de la música vaquera o country (título que compartiría
con Hank Williams, pues ambos podrían considerarse como los José
Alfredo Jiménez gabachos), resucitó en enero
y sacó a la venta una caja con cinco discos compactos, que incluyen
64 canciones inéditas, abundancia póstuma que no sorprende
en el apodado Hombre de negro, en alusión al título
de uno de sus ciento cincuenta y tantos discos, que arrojaron más
de 100 canciones hasta la cima de las listas de popularidad del estilo
cowboy, desde su primera grabación en 1959, hasta la última
en el 2003.
PERO TAMBIEN INCURSIONO con éxito en el
gospel, el rockabilly y el rock and roll, logrando así múltiples
renacimientos, como con la canción Ring of fire, que escribiera
para él June Carter Cash, quien posteriormente se convertiría
en su esposa de toda la vida, y fallecería sólo cuatro meses
antes que su galán, en mayo (por cierto, June Carter Cash también
presenta un excelente disco póstumo, Wildwood Flower, 2004);
y para redondear la tragedia familiar, su hija, Rosie Nix Adams, se envenenó
con monóxido de carbono en octubre.
ASI, 2003 FUE un año triste para la música
vaquera, pero también para muchos roqueros gringos, pues en los
años 60 le tocó a Bob Dylan revivir la carrera de Cash (quien,
por aquellos tiempos, llegó a ser arrestado en El Paso, intentando
traficar anfetaminas en el estuche de su guitarra), mientras que en su
recta final, el productor Eric Rubin le ayudó a redirigir su música,
y sus cuatro últimos discos fueron de lo mejor, especialmente el
American IV: The man comes around (2003), en donde Cash rinde homenaje
a los más insólitos artistas, entre ellos Trent Reznor, de
Nine Inch Nails, por cuya versión y video de la rola Hurt,
se ganó un premio de MTV. Pero también incluía el
Personal Jesus de Depeche Mode, In my life, de los Beatles,
y otras de Hank Williams, Paul Simon y hasta una de Sting; además,
colaboraron artistas como Nick Cave y John Frusciante, el guitarrista de
los Red Hot Chili Peppers.
POR EL ESTILO, esta caja de cinco discos, de nombre
Unearthed (o Desenterrado), continúa tendiendo un
puente sobre los abismos generacionales. Incluye, en el primer álbum,
una antología de los cuatro discos finales del jefe, mientras el
segundo es sólo la grave voz de ultratumba y su guitarra esquelética,
totalmente acústico y solista; el quinto es puro country-gospel,
y las joyas están en los discos 3 y 4, donde Johnny visita a todas
las generaciones del rock que le sucedieron, con grandes colaboraciones
de Tom Petty, Carl Perkins y Nick Cave, versiones sobre rolas de
Chuck Berry, Neil Young y Cat Stevens, y la Redemtion song de Bob
Marley, que se chuta con Joe Strummer, el subcomandante de los Clash,
también recién fallecido.
LACERANTE BELLEZA Y OSCURA vitalidad es lo que
deja como herencia el señor Johnny Cash, que sigue cantando de entre
los muertos, y además, aún tiene una última carta
bajo la manga, el American V, que según su productor, saldrá
a la venta pronto, en este novato 2004.
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