México D.F. Sábado 6 de marzo de 2004
En el encuentro se define agenda legislativa
para el próximo periodo de sesiones
Alto a corrupción e impunidad, clamor en reunión
del Parlamento de Mujeres
Embestida de organizaciones ligadas a la derecha contra
la píldora del día siguiente
FABIOLA MARTINEZ Y ROBERTO GARDUÑO
Alto a la corrupción, a los escándalos políticos
y a la impunidad fue el reclamo de casi un millar de integrantes del Parlamento
de Mujeres durante la inauguración de la sexta reunión anual
de esta instancia, en la cual se definirá la agenda legislativa
con enfoque de género para el próximo periodo ordinario de
sesiones, que se inicia el 15 de marzo.
De todo se escuchó. Desde las curules del salón
de plenos de la Cámara de Diputados se emitieron reclamos severos
a la forma de hacer política en México, cuando algunos de
sus representantes, como el líder del Senado, Enrique Jackson; el
coordinador de la bancada priísta en San Lázaro, Emilio Chuayffet,
y el senador perredista Jesús Ortega ocuparon la tribuna.
"¡Todos los del PRI son corruptos! ¡Todos
los del PRD son corruptos! ¡Todos los del PAN son corruptos!", gritaron,
indignadas, incluso mujeres de esos partidos.
En la discusión del Parlamento de Mujeres destacó
el intento de organizaciones de derecha para agendar, como tema prioritario,
el rechazo a la llamada píldora de emergencia, con objeto
de echar atrás la norma oficial mexicana que permite la comercialización
de ese fármaco.
En
la víspera del Día Internacional de la Mujer, cientos de
ellas provenientes de todo el país se reunieron en San Lázaro
con la intención de analizar, en dos jornadas, una interminable
lista de temas, incluidos en poco más de 500 ponencias presentadas
por representantes de organizaciones sociales y civiles, así como
de instituciones de asistencia privada.
La gritería comenzó desde la ceremonia protocolaria
de inauguración, cuando el senador Ortega, casi al final de su intervención,
intentó ocupar este espacio para referirse a asuntos "nimios", dijo,
"como los colchones del cónsul, los videos vergonzosos y la corrupción
de funcionarios públicos".
La mayoría de las asistentes no le perdonaron llevar
a tribuna el tema y, en cambio, parecieron encontrar en el perredista el
blanco perfecto de sus reclamos. "¿Y la corrupción en el
PRD?", se alcanzó a escuchar entre el abucheo, mientras una mujer,
sentada en la misma fila que los legisladores priístas, lo acusaba
de "desvergonzado" y de no tener el valor de aceptar los errores de su
partido.
El legislador intentó quedar bien al terminar su
mensaje. Expresó: "en ese ambiente enrarecido de corrupción
de los funcionarios públicos, el Parlamento de Mujeres podrá
ser el aire, el viento generoso que convierta a nuestro país en
la región más transparente". Justo entonces los reclamos
se convirtieron en rechifla que no pudo ser contenida por los llamados
a la serenidad que repetía su compañera perredista, Martha
Lucía Mícher, conductora de la ceremonia.
Más cauto, sin una sola palabra alusiva a la serie
de videos difundidos en los últimos días, Emilio Chuayffet
emitió un mensaje halagüeño al esfuerzo del género
femenino.
Por contraste, Enrique Jackson no entendió la irritación
de las mujeres por esos mensajes, que fueron interpretados por ellas como
"palabrería y demagogia".
Sin dudarlo, el priísta pronunció un largo
discurso sobre la corrupción de la que "los mexicanos y las mexicanas
están hartos". Desde los asientos del fondo del salón y en
las galerías le recordaban: "Y los 70 años de PRI en el gobierno,
¿qué? ¿Ya no te acuerdas de Romero Deschamps? No más
paciencia para priístas y perredistas corruptos".
Enseguida, las parlamentarias instalaron seis mesas de
trabajo. En la cinco destacó el debate dedicado a las reformas estructurales.
Al presentarse las conclusiones de las 187 ponencias, las representantes
de grupos ligados a la derecha, entre ellos Provida, comenzaron a emitir
argumentos en contra de la píldora del día siguiente,
lo cual propició el cabildeo de un grupo de delegadas de sectores
de izquierda, quienes se agruparon para evitar que el tema sea motivo de
discusión.
La mayoría de las expositoras demandaron al Congreso
de la Unión una campaña de "información científica"
para demostrar los supuestos efectos negativos de dicha píldora,
a la que vincularon con males cardiacos, cáncer de mama y la muerte.
Incluso, hubo quienes exigieron que los hospitales sean obligados a entregar
a las madres los "cadáveres" de los no nacidos (fetos).
"¡Reformas estructurales, reformas estructurales!",
solicitaban, sin éxito, las enviadas de diversos grupos feministas,
mientras la mesa concedía el "derecho de voz" para quienes describían
las supuestas consecuencias dañinas del "veneno" aprobado por la
Secretaría de Salud.
Hasta anoche no se habían alcanzado acuerdos y
se espera para hoy un enorme listado de peticiones dirigido al Congreso
de la Unión.
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