México D.F. Viernes 27 de febrero de 2004
El violinista participará en dos conciertos con la Orquesta Sinfónica Nacional
Persisten ''herencias caciquiles'' en el ámbito sonoro mexicano: Rivera
Sin pudor ni prejuicio el intérprete debe adentrarse a todo tipo de conocimiento, expresa
Buscar el virtuosismo, ''acto apegado a lo circense más que al compromiso con el arte''
ANGEL VARGAS
La posibilidad de que los músicos mexicanos se presenten en cualquier escenario del país resulta ''más difícil" de lo que uno puede imaginarse.
Más que por desprecio o por desdén, explica el violinista Cuauhtémoc Rivera, es algo que se debe ''a una serie de vicios" y ''herencias caciquiles" que todavía persisten en el ámbito sonoro nacional.
Simpatías y antipatías
Con hechos concretos, el intérprete se refiere a ''los compadrazgos", relaciones de incondicionalidad o de interés, demanda de favores y ciertas prebendas que prevalecen en algunas orquestas e instituciones.
''Los indicadores hablan por sí solos, pues sobran los dedos de las manos para enumerar cuántos son los violinistas mexicanos que están trabajando como solistas en el país", indica en entrevista.
Rivera actuará hoy y el domingo como invitado en el par de conciertos que la Orquesta Sinfónica Nacional ofrecerá en el Palacio de Bellas Artes.
''Habría que analizar cuáles son las causas de que en un país con más de 100 millones de habitantes sean tan pocos los músicos que se abocan a su tarea. Es un problema multifacético.
''Por un lado está el aspecto de la educación musical, la cual, creo, se ha llevado de manera insuficiente y poco efectiva, lo cual provoca que no se detecten talentos a tiempo ni que éstos se desarrollen.
''Por otro lado, que vivamos todavía en un sistema musical muy permeado de vicios, como son compadrazgos e intereses. Además, en el país no existe propiamente un mercado bien establecido de la música y uno tiene que toparse con simpatías y antipatías."
De acuerdo con el artista, quien es el primer mexicano en graduarse en el Conservatorio Chaikovsky de Moscú, es exagerado y delicado afirmar que exista menosprecio o desdén por los músicos nacionales y predilección por los de origen extranjero.
Sin embargo, asume que gran parte de los oportunidades sí favorecen a los foráneos, lo cual trata de explicar con el hecho de que en México existe un ''rezago histórico" en la preparación de artistas, así como a la numerosa inmigración de intérpretes de muy alto nivel provenientes de países del desaparecido bloque socialista e inclusive de Estados Unidos.
Disciplina y técnica
No obstante esas circunstancias, Rivera manifiesta su desacuerdo con una tendencia de matices ''nacionalistas" que cada vez cobra mayor fuerza en la dinámica musical mexicana y que consiste en la exigencia de varios sectores de intérpretes de cerrar las puertas a sus colegas de otras latitudes.
Es una demanda que, además de demostrar ingratitud hacia los aportes que muchos músicos extranjeros han hecho a la música mexicana, atentaría contra el nivel que ésta ha alcanzado en el país al no seguirse enriqueciendo y, en consecuencia, también afectaría a los ejecutantes nacionales, sostiene.
Cuauhtémoc Rivera asume el arte sonoro como una disciplina en la que el intérprete debe adentrarse a todo tipo de conocimiento sin ningún tipo de pudor ni prejuicio, además de atreverse a arriesgar, aunque siempre con base en la disciplina y la técnica.
Eso explica porqué su repertorio es amplio y diverso, y lo mismo se siente cómodo y disfruta una partitura contemporánea que una clásica.
El virtuosismo no es un aspecto que seduzca mucho al violinista; por el contrario, considera que ''la búsqueda del virtuosismo per se es un afán de protagonismo", un ''acto más apegado a lo circense que a un compromiso verdadero y honesto con el arte".
De su actuación con la Sinfónica Nacional, señala que es la cuarta que tiene con esta orquesta desde que debutó profesionalmente, siendo la primera en 1992.
En esta ocasión, bajo la batuta de Enrique Arturo Diemecke, tocará por primera vez el Quinto concierto para violín y orquesta de Mozart, conocido también como Turco.
(Las funciones son hoy a las 20 horas y el domingo a las 12:15 horas.)
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