México D.F. Viernes 27 de febrero de 2004
José Cueli
Dilemas de la bioética
En un interesante artículo de Xavier Rubert de Ventós, publicado en El País (20/02/04) titulado ''Sangre y semen: de la bioética a la biopolítica'' aborda un tema candente: la libertad de elección del individuo sobre su propio cuerpo, su vida y su muerte.
Para iniciar la reflexión cita las palabras de una devota feligresa genuinamente preocupada por cumplir con las normas religiosas, cuyas palabras textuales fueron las siguientes:
''šPero si yo estoy dispuesta y deseosa de cumplir con todo! (...) yo sólo pido que me precisen hasta qué punto debo llevar la manga larga en misa... a partir de qué altura es pecado venial y hasta dónde se hace mortal. Basta ya de esas vaguedades que la tienen a una en vilo sin saber cuándo y -šcuánto-! está pecando una."
A partir de este testimonio Rubert de Ventós plantea los dilemas que la bioética tiene por delante ante los anticonceptivos tipo day after, las variantes de inseminación artificial, la eutanasia activa o pasiva, la clonación terapéutica y la clonación eugenésica, etcétera. Se pregunta entonces, Ƒquién nos dará la medida?
Al principio estos dilemas correspondían, según el autor, al terreno religioso, pero en la actualidad el peso y la responsabilidad han pasado al campo científico y en ninguno de los casos la voz y decisión del individuo ha contado en lo absoluto.
El asunto, cosa que no nos sorprende ha pasado al ámbito político y como denuncia De Ventós nada ha cambiado y seguimos sin saber hasta dónde un milímetro de más o de menos en la manga podrá salvar el alma, o condenarla.
Este asunto, extendido ahora a lo político (se ilustra con la situación política de España en la actualidad) ha desembocado en dos vertientes: o bien en una paranoia españolista o en una especie de teología hegeliana.
En este punto enlazo mi pensamiento con México y con mis recientes relecturas de los trabajos de Pablo González Casanova acerca de los indígenas. De Ventós escribe esta reflexión desde San Cristóbal de las Casas y dice que puede sentirse algo esperanzado, en la ciudad de un cura español ''que como Montesinos, Vitoria y tantos otros, trató de defender a los indígenas de su destino manifiesto en el resguardo y se negó a sacralizar tanto la biología racista como la historia cruel e inexorable que pretendían convertir los hechos en derechos..."
No es, por tanto, una instancia superior la que vendrá a darnos las soluciones ante los dilemas éticos y políticos sino la voz, el pensamiento y la reflexión consensuada de los individuos a los que atañe el problema.
Hay que construir un pensamiento libre y democrático a partir del ser pensante. Hacia este punto central apuntan también los trabajos de González Casanova, quien mucho ha hecho por defender los derechos de los indígenas.
El poder, la democracia, la ética y la conciencia deben ser construidos desde dentro de la comunidad y no impuestos desde fuera, con todas las arbitrariedades, intereses particulares, lucha de poder, necesidad de control e inclusive corrupción que dominan en las instancias que administran la ley y el poder.
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