México D.F. Sábado 21 de febrero de 2004
La medalla de Moscú, resultado de la
plena integración con mi equipo, dice la ciclista
Las bicicletas, mis cómplices de triunfos y
fracasos: Belem
JORGE SEPULVEDA MARIN
Belem Guerrero a veces pelea con sus bicicletas. Las felicita
cuando la conducen al triunfo, pero también las regaña si
no logra un buen resultado.
Establece una peculiar simbiosis con su compañera
rodante. Y es que pasa tanto tiempo sobre ella, que se ha vuelto su confidente,
"compartíamos mucho: sufrimiento, dolor, amor, angustia.
"A ratos la quieres dejar, olvidar, ni siquiera verla,
tal vez no saber de ella por tanto sacrificio o dolor que te produce, pero
en otras, las más, te obligan a ver el amor que le tienes por lo
que te ha dado.
"Es como si estuvieras casado. A veces te enojas con ella,
pero luego andas buscándola, porque la verdad, no la puedes dejar.
Vaya, ni siquiera vivir a gusto sin su presencia."
La
ganadora de la medalla de plata en la recién terminada Copa del
Mundo de Moscú se ríe con ganas, porque se sorprende platicando
del asunto y la admiración que les dispensa a sus amigas, a las
que les habla en voz baja, con las que comparte sus sueños y, mudas,
se convierten en sus cómplices de triunfos y fracasos también.
Al término del entrenamiento en Ciudad Universitaria,
institución a la que representó en su inicio deportivo hace
14 años, mas no la acogió en sus aulas, la especialista en
ruta y pista platica que no ha ganado nada.
Refiere que la presea obtenida en Moscú fue el
resultado de la plena identificación que ha logrado con su equipo
de trabajo, encabezado por el entrenador Oscar Echeverría y la siquiatra
Marcela Martínez.
Habla de la ayuda que cada uno de sus colaboradores le
brinda y, satisfecha, observa que son ellos quienes mueven el engranaje
de sus buenas actuaciones.
"Sí, es el grupo que me hacía falta y si
es el mejor momento de mi carrera te lo podré responder en los siguientes
meses. Espero que así sea", señala.
Contenta de continuar su preparación en las instalaciones
de CU, la mexiquense dice con desenfado que le gusta "este ambiente, porque
todos son muy amables.
"Se trabaja muy a gusto con la gente de la universidad
que, debo decirte, cuando tuve una caída muy seria aquí me
atendieron y me ayudaron a salir adelante de nuevo."
El camino de la ciclista no sólo girará
en torno a un óvalo, sino también busca la aventura de la
ruta. Ya tiene su boleto para disputar esta modalidad en Atenas 2004, pero
irá por el otro pase que la lleve al velódromo ateniense.
La esperan las copas del mundo de Aguascalientes (12-14
de marzo), la de Manchester (9-11 de abril) y la de Sydney (14-16 de mayo),
para trasladarse a Melbourne y disputar el Campeonato Mundial de la especialidad,
certámenes que le darían el pase a su tercera cita olímpica
en la carrera por puntos.
También planea competir del 20 al 26 de marzo en
la ruta Relax de seis etapas a efectuarse en Los Angeles, California, como
para no olvidarse de la carretera.
Incansable, planea probarse en rutas profesionales. Quizá
en la Vuelta a España, acaso el Giro de Italia, decisión
que habrá de tomar con su equipo de trabajo.
Salir del país le pesa. Han sido casi 15 años
de viajar constantemente por el mundo. Las cuatro horas que dedica al día
a la preparación la alejan de su familia, de los lugares y las actividades
que quisiera hacer.
Piensa un momento, y explica que pasada la justa veraniega
llegará el retiro. Entonces se dedicará a entrenar infantiles
y juveniles, a los que se mira poco.
Pero antes de irse se visualiza en la pista del velódromo
olímpico disputando una final. "Porque es un sueño que espero
se haga realidad y para eso se está trabajando. Pero hay que sacar
la casta, pensar siempre en lo positivo, con los pies bien puestos en el
piso".
Por lo pronto, este domingo competirá en el circuito
de las facultades, en pleno corazón de Ciudad Universitaria, montada
en sus jacas que le han hecho en Italia a la medida, como zapatillas de
baile, que no paran de rodar.
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