De 41 millones de mexicanos, 2.5% quiere generar ingreso, pero no lo puede hacer, explicó

"Ya me estoy haciendo bolas", expresó Fox cuando quiso explicar el desempleo

Destacó la aprehensión del ex director Federal de Seguridad; lo demás depende del juez, señaló

ROSA ELVIRA VARGAS ENVIADA

Monterrey, NL, 20 de febrero. En gira por esta ciudad, Vicente Fox Quesada prodigó optimismo y aseguró que "a'i nos vamos acercando al 7 por ciento poco a poco". Luego confesó: "ya me estoy haciendo bolas", cuando trató de explicar las cifras en que se basa para respaldar su afirmación sobre el crecimiento del empleo en México.

Marta Sahagún, por su parte, no pudo reprimir sus afanes: se acercó a la gente, llevó su propia agenda de solicitudes, saludó, mandó besos, sonrió... todo, sin importar que en el momento en que saltó desde el presídium para acercarse a las vallas que contenían a los colonos, el Presidente estuviera ante el micrófono enviando un mensaje.

También Fox comentó, lacónico, la aprehensión de Miguel Nazar Haro, ex director de la Dirección Federal de Seguridad. Dijo que la fiscalía especial para investigar y actuar "en función del pasado" generó sus primeras contribuciones, una de las cuales es la detención de Nazar.

"Ahora estamos en manos del juez". Defendió la tarea del fiscal Ignacio Carrillo Prieto, quien decidirá cuándo solicitará nuevas órdenes de aprehensión, "de acuerdo con las documentaciones que vaya estructurando y que estén bien fundamentadas... nosotros confiamos en que se hará justicia y que sólo el juez tendrá la última palabra de lo que suceda."

A Fox se le pidió que externara sus impresiones sobre temas variados. Antes inauguró la Semana Nacional de Salud. Inició ahí la difusión de las buenas nuevas de su gobierno: la esperanza de vida en México es ya, en promedio, "ligeramente por encima" de la de Estados Unidos, aseguró.

En estos tres años, señaló, la mortalidad infantil se redujo más de 15 por ciento, y México cumplirá por anticipado con los compromisos que asumió en las llamadas Metas del Milenio con la ONU. Por cierto, ese logro también lo hizo suyo, hace unos días, la fundación Vamos México, que preside Marta Sahagún, cuando mediante los directivos del organismo buscó desmentir los irregulares manejos financieros de la institución que publicó el diario londinense Financial Times.

En sus andares por las polvosas calles de La Alianza, el matrimonio Fox avanzó todavía con los ecos del encendido discurso de la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, quien ofreció servicios públicos y anunció que el gobierno compró para reserva territorial el equivalente "a 20 veces la extensión de la cancha donde juegan los Tigres de la Autónoma de Nuevo León''.

Separados por gruesas vallas metálicas, las cuales se instalaron en la parte frontal del sillerío, los colonos pidieron de todo: luz, agua, pavimento, guarderías, iglesia y, les gritó una anciana, "que haiga trabajo para los que no tienen''. La pareja presidencial se detuvo, conociendo de algunos casos, recogió cartas, turnó solicitudes al gobernador Natividad González Parás y aplicó, alternadamente, dosis de vacuna a varios niños.

Más tarde, en el Museo de Arte Contemporáneo, Fox hizo un paréntesis antes de una comida con empresarios y directivos académicos que apoyan el proyecto del Ejecutivo local de hacer de Monterrey la nueva "ciudad del conocimiento".

Después se reunió con reporteros para decir que espera "no estar en contradicción con nada de lo que ha señalado la prensa" sobre los índices de desempleo y el comportamiento de la economía. Admitió que si bien el crecimiento promedio ha sido un "modesto" 0.63 por ciento, es "un crecimiento con calidad", y que ha ido repuntando cada año.

Luego explicó que existen tres métodos para medir la tasa de empleo, y que el reportado el jueves, de 3.8 por ciento en el índice de desocupación, se refiere a una muestra mensual que se obtiene en 36 ciudades grandes del país y, por ende, se trata de desempleo urbano. Luego está, explica, el indicador que se saca cada trimestre -el Indice Nacional de Desempleo-, en el cual "ya se reporta una disminución de las tasas más altas que se habían alcanzado hacia mediados del año pasado''.

Por último, ilustró Fox Quesada, está el indicador "que es el que utilicé hace apenas unos días", y que se refiere a los registros del Seguro Social, es decir, sólo al empleo formal. "Y efectivamente es real, es cierto'' sobre un aumento de trabajadores registrados en el último mes.

Admitió sin embargo que "es real también lo que dice la prensa'', de que en diciembre hubo pérdida de empleos. Su explicación ante esto es que "es estacional el asunto". Pero insistió: "el único punto que hago y sostengo es que tenemos suficientes indicadores de que estamos regresando a tasas de crecimiento mejores..."

La explicación no resultó suficiente y volvió al tema. Afirmó que él toma sus cifras de los datos del INEGI y, por tanto, "no puede haber contradicción... la contradicción está en que alguien de la prensa, algún periódico agarra y compara contra hace tres años''.

En la búsqueda de que todo quedara claro, el Presidente añadió que la tasa de desempleo abierto se refiere a que 2.5 por ciento de los 41 millones de personas que en México están ocupadas, "generando ingreso", quieren tener una ocupación, generar un ingreso para su familia, "y no lo están pudiendo hacer".

O sea, según las cuentas presidenciales, hay un millón de personas que representan la tasa de desempleo abierta. "Entonces, la confusión puede salir si yo digo que fue de 2.5 por ciento esa tasa de desempleo abierta en diciembre, que algún periódico la tome y la compare y diga: bueno, pues, Presidente: están perdiéndose empleos en el país porque en abril del año pasado había menos desempleados. Es correcto, yo lo único que estoy diciendo es que es 2.5 por ciento y que esa tasa ya no está creciendo, sino ya tiende a ir a la baja".

Y por ahí siguió. Habló luego de aquellos que están empleados en el changarrismo, que aunque no tienen prestaciones, sí generan ingresos que "no son nada despreciables". Cortó entonces la explicación porque, dijo al despedirse, "ya me estoy haciendo bolas".