Censuran carros alegóricos con escenas sexuales en el Carnaval de Río

Rio de Janeiro y Brasilia, 19 de febrero. Una escuela de samba carioca chocó con la censura a tres días del desfile de carnaval, en el que pretendía mostrar el sexo sin miedo anterior al sida y alentar el uso del preservativo: ahora deberá cubrir las alegorías que representan a Adán y Eva haciendo el amor y a figuras que ilustran posiciones del Kama Sutra.

"Lamento mucho todo esto. Vamos a tener que esconder una obra de arte milenaria, sabia y bella", declaró el coreógrafo de la escola Grande Rio, Joaozinho Trinta, este jueves al comentar una decisión judicial por la que debe sustituir o modificar un carro inspirado en el Kama Sutra y otro en el jardín del Edén.

El miércoles dos fiscales del Tribunal de Infancia y Juventud visitaron el taller de la escola, en el puerto de Río, y comunicaron a Trinta que los dos carros alegóricos deberán ser sustituidos o modificados, y que si la escola insistía en mantenerlos la justicia simplemente prohibiría usarlos en el desfile. La escola representará la noche del domingo al lunes en el sambódromo el tema Pongámonos un preservativo, mi amor, que se convirtió en el más aguardado de todos los desfiles a raíz de la fuerte polémica creada.

Respiro para Lula

Por otro lado, en Brasilia, la proximidad del carnaval dejó el jueves casi vacía de políticos la capital de Brasil, dando un respiro al presidente Luiz Inácio Lula da Silva quien, golpeado por un caso de corrupción que sacudió las entrañas del poder, busca recomponer su fragilizada posición.

"Los feriados ayudarán mucho a calmar los ánimos, darán tiempo para pensar, y la cúpula del gobierno va a aprovechar esto'', dijo el analista político Carlos Pío.

El gobierno recibió un duro golpe la semana pasada, cuando una revista reveló la existencia de un video que mostraba a Waldomiro Diniz, funcionario de la presidencia, pidiendo fondos a un empresario ligado al juego ilegal para financiar campañas políticas del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

Aunque el hecho ocurrió antes de que Lula llegara al poder, en enero de 2003, generó dudas en la oposición sobre la reputación del gobierno, ya que Diniz era un hombre de extrema confianza del poderoso ministro de la presidencia, José Dirceu, virtual primer ministro de Lula.