México D.F. Viernes 20 de febrero de 2004
Recibió en la Cineteca la Medalla Salvador
Toscano 2003
Llama Alfredo Ripstein a reactivar la industria cinematográfica
nacional
Sí hay ganas de hacer películas, pero
se necesita dinero, dijo el productor
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
El productor mexicano Alfredo Ripstein recibió
este jueves la Medalla Salvador Toscano 2003 al Mérito Cinematográfico
en una ceremonia realizada en la Cineteca Nacional que, junto con la Fundación
Carmen Toscano y la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas,
otorga el galardón instituido en 1983.
Alfredo
Ripstein (Chihuahua, 1916) ha producido más de un centenar de películas
a lo largo de su carrera, la cual comenzó en los años 40,
con actores y directores de la época de oro.
En la década anterior se encuentran títulos
como Principio y fin (dirigida por su hijo Arturo Ripstein), El
callejón de los milagros, Otilia Rauda y El crimen
del padre Amaro.
El cine mexicano necesita dinero para su reactivación,
porque sí hay ganas de hacer cine, señaló el galardonado
al término de la ceremonia.
Creador propositivo y de vanguardia
Durante el acto, Magdalena Acosta, directora de la Cineteca
Nacional; Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes; Alfredo Joskowicz, director del Instituto Mexicano
de Cinematografía, y Diana Bracho, presidenta de la Academia Mexicana
de Artes y Ciencias Cinematográficas, destacaron la labor de Alfredo
Risptein en favor de la industria cinematográfica nacional.
Diana Bracho resaltó, del galardonado, ''su capacidad
de evolucionar, de ser siempre un productor de vanguardia y tal vez el
más propositivo de nuestro cine", así como su pasión,
su imaginación creativa y su amor por la literatura que ha dado
como fruto la adaptación a la pantalla grande de obras de autores
como Gabriel García Márquez, Naguib Mahfuz, Carlos Fuentes
o Vicente Leñero.
El reconocimiento a Alfredo Ripstein ''es un homenaje
a la figura del productor", dio Joskowickz. ''Para muchos, cuando se habla
de cine, inmediatamente vienen a la memoria los nombres de actores, primero,
y quizá, directores; rara vez recordamos una cinta por su productor".
Sari Bermúdez, a su vez, manifestó que ''una
película es un producto industrial, pero también una obra
artística". El cine, añadió, ''constituye una parte
sustantiva de la memoria de una nación".
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