Extraña a los asistentes la ausencia de protocolo

En ceremonia caótica, sepultan en el Panteón Militar al ex presidente

RENATO DAVALOS

El féretro con los restos de José López Portillo se deslizó con dificultad en la gaveta 190 del Panteón Militar en el instante en que una voz femenina anónima se alzó sobre el murmullo del sepelio del ex presidente:

-šAcompáñenlo en este viaje celestial... perdónalo!

En una ceremonia sin rumbo, entrecortada por los gritos y los silencios apenas traspasados por el Himno Nacional, se generó un ambiente de desconcierto entre los dos centenares de personas que concurrieron al sepelio de José López Portillo.

-Qué extraño -se sorprendió Carlos Tello Macías, el que fuera secretario de Programación y director del Banco de México durante el lopezportillismo. "Debería haber honores", dijo en medio del ritual. Y rememoró el sepelio de Adolfo López Mateos en 1969. "Entonces hubo tropa y honores".

Una misa privada en la capilla militar de Lomas de Sotelo ante las familias López Portillo y la de Sasha Montenegro con sus hijos Navila y Alejandro, en la que se dieron la paz durante la homilía, culminó la estancia del ex presidente en el velatorio. Vendría un recorrido de hora y media por el Periférico, en medio del pesado tránsito vehicular, hasta el Panteón Militar.

Un trayecto que incluyó un ligero percance entre dos vehículos del convoy de más de un kilómetro de longitud y el susto que se generó cuando la silla de ruedas usada por Sasha Montenegro por su reciente operación se escapó de la cajuela en la que era transportada y rodó varios metros en el Periférico. La viuda se dio tiempo para dar entrevistas telefónicas aprovechando el congestionamiento de tránsito.

Al panteón llegaron muy pocos de los que ayer estuvieron frente a los reflectores: José Andrés de Oteyza, Carlos Tello, Pedro Ojeda Paullada y Salomón Faz.

Hasta un andamio, empleados de la funeraria y personal militar cargaron el féretro que sería depositado en el módulo 11, sección dos, nicho 190. Con dificultad, elevaron los restos y los deslizaron en la gaveta sellada a las 14.53 horas con un pedazo de mármol. Entonces estallaron los "šviva López Portillo!", en uno de los pasillos que separan un muro de gavetas con otro, insuficiente los representantes de los medios de comunicación, amigos y familiares.

Distante del sitio en el que se encontraba el nicho, Pedro Ojeda Paullada, el que fuera procurador con Luis Echeverría, dijo que utilizaría una estrategia especial para acercarse mediante un rodeo: "voy a aplicar la técnica de Enron, darle la vuelta".

Momentos antes, las voces se entrecruzaron con aspereza. "Una ilustre periodista..." "šCállese!," cortó otro. Un par de minutos después, otra voz insistió. "Vamos a dirigir la oración fúnebre...". "šCállese!", se volvió a escuchar ante el azoro general. Pero otra voz se impuso:

"José López Portillo, con patriotismo y arrojo gobernó al país. Lo hizo con compasión por la pobreza. Hoy lo venimos a despedir y estamos orgullosos de los muy pocos que lo han sabido apreciar. A los medios de comunicación hay que decirles que hay quien defiende a quien se la jugó con México. La nación necesita de su carácter, entereza e inteligencia, frente a una oligarquía que abusó entonces y ahora."

Después de esas palabras, la familia abandonó el pasillo del módulo ante la sorpresa de amigos y familiares que no acertaron en las explicaciones. José Ramón López Portillo explicó que en estas ceremonias "no hay protocolo, lo del Himno fue espontáneo. Así fue. Fue un sepelio digno", aseguró.

Resguardada a varios metros, Sasha Montenegro esperó a que se marchara la familia López Portillo para acercarse al pasillo. En declaraciones, como en el inicio de otra etapa, dijo que sacará los restos de su marido de ahí "porque no hay privacidad", e inclusive prometió que buscará que le hagan un monumento. A las 16 horas empezaba otra etapa en la vida de los López Portillo.