México D.F. Viernes 20 de febrero de 2004
ENTREVISTA /ROSARIO IBARRA DE PIEDRA, DIRIGENTE
DEL COMITE EUREKA
La captura de Nazar, paso pequeño y tardío
MANIFIESTA SU DISPOSICION A DECLARAR EN EL JUICIO AL
EX JEFE DE LA DFS
La activista toma con escepticismo las declaraciones
de Macedo de la Concha, de que hay remotas posibilidades de que Jesús
Piedra aún esté vivo: "eso siempre lo he dicho. Qué
bueno que el procurador lo esté reconociendo"
BLANCHE PETRICH Y VICTOR BALLINAS
Si
el juez cuarto de distrito en Monterrey, Guillermo Vázquez, a cargo
del juicio contra el ex titular de la Dirección Federal de Seguridad
Miguel Nazar Haro llama a declarar a Rosario Ibarra de Piedra, madre de
Jesús Piedra, desaparecido en 1975, la dirigente del Comité
Eureka está dispuesta a comparecer. ''Si es para ofrecer pruebas,
para aportar elementos, ¡claro que lo haré!''.
Pero en las horas recientes, desde que se notificó
del arresto del ex jefe de la policía política que dirigió
varios operativos de arresto de guerrilleros que después
desaparecieron, que condujo interrogatorios con tortura y que tuvo bajo
su responsabilidad cárceles clandestinas, Rosario Ibarra no cesa
de advertir: ''No se hagan demasiadas ilusiones, no esperen mucho de este
pequeño paso, demasiado pequeño y demasiado tarde".
Al procurador general de la República, general
Rafael Macedo, que ayer dijo que había "una posibilidad muy remota"
de que Piedra Ibarra estuviera vivo, después de 29 años de
su desaparición, doña Rosario le replica: "Eso siempre lo
he dicho. Qué bueno que el procurador lo esté reconociendo".
A media tarde del jueves, en su pequeño departamento,
recibe a La Jornada. Calcula que desde las cuatro de la madrugada
hasta esa hora ha respondido a cerca de 20 entrevistas de periodistas de
todo el mundo. La pregunta reiterada es si con el arresto de Nazar siente
reivindicada su vida de lucha.
Fue el 30 de abril de 1975 cuando el diario regiomontano
El Norte publicaba a ocho columnas y con una gran foto del joven
de 21 años: "Cae Jesús Piedra Ibarra". Ayer los diarios del
país titulaban: "Cae Nazar Haro".
-Treinta años, más de 500 desaparecidos
y un solo detenido. ¿Va a haber más?
-No lo sabemos. Mucho de lo que ha hecho el gobierno foxista
tiene que ver con medidas propagandísticas, con abrir una válvula
de escape de una caldera que está en ebullición. Lo anuncian
como un acto espectacular de justicia. Eso a la opinión pública
le puede dar un tinte de esperanza. Por eso yo me desgañito advirtiendo
que no se ilusionen, que no se hagan la idea de que eso va a suceder. En
realidad todo esto está muy lejos de ser verdad.
En un rincón del recibidor el teléfono no
cesa de repicar. Su amiga de décadas Celia Piedra, guerrerense que
también lucha por la aparición de su esposo, el maestro Jacob
Nájera, de la Costa Grande, atiende y posterga las llamadas. De
Sinaloa, Chihuahua, Jalisco llaman las doñas, las que sobreviven.
La noticia del arresto de Nazar ha removido su dolor.
-¿Qué papel jugó Nazar Haro en el
caso de Jesús Ibarra?
-Dirigía desde el Distrito Federal la persecución
en los estados, también en Nuevo León. Carlos G. Solana Macías,
jefe de la policía estatal (y que también fue consignado
por la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales
del Pasado) se jactaba que sólo recibía órdenes de
Mario Moya Palencia, secretario de Gobernación. Y Solana fue quien
ordenó que secuestraran a mi esposo, un año antes de la captura
de mi hijo, y que lo torturaran hasta fracturarle la columna vertebral.
Fue Solana, con unos 16 elementos, algunos de la judicial estatal de Nuevo
León y otros de la Dirección Federal de Seguridad, los que
detuvieron a Jesús con lujo de violencia y lo tuvieron en la Séptima
Zona Militar de Monterrey. Nazar era subdirector de la DFS en ese momento.
Luego lo trajeron a la ciudad de México. Supimos que a Nazar le
avisaron que agarraron a "PI" y que él los mandaba felicitar y avisó
que al día siguiente estaría presente.
''He sabido también de que Nazar estaba personalmente
en los interrogatorios a mi hijo y que Luis de la Barreda Moreno fue quien
lo entregó en el Campo Militar I. De eso sí hay un parte
escrito en el Archivo General de la Nación.''
-¿Cómo toparon con el nombre de Nazar Haro
cuando buscaban a sus hijos, a sus familiares?
-Desde primeras denuncias, siempre se señaló
a Nazar. Antes de que se formara nuestro comité, muchas de nosotras
acudimos a entrevistarnos con él, porque se sabía que era
uno de los principales jefes policiacos a cargo de los presos y de los
interrogatorios. Así pudimos comprobar, a ciencia cierta, de las
torturas que ejecutaba personalmente en la Dirección Federal de
Seguridad. También supimos que él y sus agentes iban al Campo
Militar a torturar a los detenidos-desaparecidos que ahí tenían.
Sabemos que tenían un acceso especial por la puerta ocho, con una
contraseña para que les abrieran. Tenemos muchos elementos probatorios.
''Tenemos testimonios de Fernando Pineda, de Guerrero,
de Gustado Hirales, de muchos otros compañeros; Armando y Laura
Gaytán Saldívar, Humberto Zazueta, Antonio Hernández...
Y todos estos testimonios tienen un valor en el ámbito jurídico,
en un juicio. Deben tenerlo.''
-¿Quién conoció de sus denuncias?
¿Qué pasó con ellas?
-Ya como comité, presentamos las primeras pruebas
en la PGR con Oscar Flores Sánchez, que ya murió. Eso fue
en 1977. Lástima que López Portillo no quiso entrar por la
puerta grande de la historia, abriendo las puertas de las cárceles
clandestinas, porque ahí estaban, en esos años ahí
estaban todos. Volvimos a la procuraduría, en el régimen
de Miguel de la Madrid, con el procurador Sergio García Ramírez
(actualmente presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos).
Y le siguieron Morales Lechuga, Alvarez del Castillo, todos, hasta el actual,
Rafael Macedo. En estos hechos no ha habido casi ningún caso en
el que no se cite a Nazar Haro.
-Desde que la fiscalía especial consignó
a Nazar hasta que lo detuvieron pasaron más de dos meses, ¿cree
que se pudo haber negociado algo antes?
-Pensamos que aquí hay algo turbio. No me parece
casual que en primer término hayan tomado el caso de mi hijo, habiendo
tantos. ¿Por qué lo hicieron? No me lo puedo imaginar. ¿Para
callarme? Pues no me conocen, porque así apareciera mi hijo yo no
voy a dejar de luchar por los demás.
-Si en este juicio que se inicia la llaman a declarar,
¿iría?
-Es de carácter obligatorio. Y si me llaman para
ofrecer pruebas, para dar elementos, claro que lo haré. No lo he
consultado con ningún abogado, no estoy segura, aunque no me hace
ninguna gracia estar en presencia de ese señor.
-El procurador Macedo dijo que había una posibilidad
muy remota de que su hijo no estuviera muerto.
-Pues aunque sea remota, yo sigo con la esperanza de esa
posibilidad.
-¿Le toma la palabra?
-No precisamente. Yo lo dije antes, siempre lo he dicho.
No estamos pidiendo cadáveres. Siempre hemos dicho: vivos los llevamos,
vivos los queremos.
-¿Cree que lo dice porque tiene algún indicio?
-Ellos dicen muchas cosas sin fundamento. Distintos procuradores
han dicho barbaridades: que los desaparecidos en realidad están
indigentes o en hospitales siquiátricos, que emigraron. Lo dicen
con tanta facilidad. Además, en algunos medios sacaron esos borregos
periodísticos que dicen que Jesús Piedra vive en Chicago.
Me dio mucha tristeza que lo firmara el hijo de Tere Jardí
(se refiere a Julián Andrade, del diario Crónica).
-La reserva de prescripción de delitos de desaparición
forzada que México agregó a la convención interamericana
sobre esta materia, ¿puede frustrar el ejercicio de la justicia
en el caso de Nazar?
-El juez de Monterrey puede lavarse las manos y decir
que no lo puede juzgar por esta convención que establece que ningún
militar puede ser juzgado por tribunales civiles y que ningún caso
de esta naturaleza puede ser juzgado si es anterior a la ratificación,
que fue en el 2001. Ojalá que no. Pero por eso es importante que
se resuelva sobre el recurso de inconstitucionalidad que interpuso el jefe
del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador,
para anular esta convención.
-¿Qué sentido tiene que el Estado detenga
a alguien acusado de desaparición de una persona, y que el mismo
Estado promueva esta ley de prescripción por esos delitos?
-Por eso digo que es plan con maña. Eso es lo que
me temo, que al final pase como el caso del dictador chileno Augusto Pinochet,
que al final lo mandaron a su casita donde nadie lo va a molestar.
-¿Por qué piensa que a Nazar lo detienen
un día después de la muerte del ex presidente José
López Portillo?
-Todos nos estamos haciendo la misma pregunta. Quizá
López Portillo era su padrino, quizá lo sostenía.
No puedo hacer una afirmación contundente si hay una relación
entre los dos hechos, pero de que todo mundo lo piensa en su fuero interno...
pues sí.
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