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México D.F. Martes 17 de febrero de 2004
INDIA-PAKISTAN: ENCUENTRO AUSPICIOSO
El
conflicto histórico indo-paquistaní, cuya génesis
data de la independencia de ambos países, se ha transformado en
la más peligrosa de las confrontaciones regionales en el mundo,
habida cuenta de que Islamabad y Nueva Delhi han protagonizado tres guerras
en el reciente medio siglo (1947, 1965 y 1971) y que, de unos años
a la fecha, ambos estados cuentan con armas nucleares y con misiles balísticos
para transportarlas.
Los colonialistas ingleses dejaron sembrado entre los
dos países asiáticos el problema de Cachemira, extensa región
himalaya de mayoría musulmana cuya soberanía es reclamada
por ambas naciones; el gobierno indio ha reprimido violentamente a los
islámicos y el régimen militar de Pakistán ha organizado,
financiado y dirigido grupos que se infiltran en el país vecino
para perpetrar cruentos actos terroristas. En 1999 y en 2002 las escaramuzas
fronterizas en la zona estuvieron a punto de dar paso a confrontaciones
bélicas en forma.
Con esos antecedentes, la ronda de conversaciones bilaterales
de alto nivel que arrancó ayer en Islamabad constituye un dato esperanzador
y auspicioso, no sólo por la imperiosa necesidad de despejar cualquier
amenaza de guerra entre India y Pakistán -amenaza que, dadas las
circunstancias, trae aparejado el riesgo de una confrontación atómica-,
sino porque, de prosperar, será una demostración de la viabilidad
del diálogo, la negociación y la resolución pacífica
de los conflictos en un entorno mundial crispado y enrarecido por la brutalidad
militar, por la cerrazón ideológica en torno a la "lucha
contra el terrorismo" y por lo que parece ser una escalada de Estados Unidos
y sus aliados menores contra las sociedades islámicas.
Ciertamente, los encuentros de Islamabad entre el director
del Sudeste Asiático de la cancillería paquistaní,
Jalil Abbas Jilani, y Arun Singh, secretario adjunto del ministerio indio
del Exterior, tienen carácter preliminar, son descritos como "conversaciones
sobre las conversaciones", y sería prematuro, por ello, echar las
campanas al vuelo.
Los problemas acumulados en la agenda bilateral en las
cinco décadas recientes son, por lo demás, abrumadores, y
los rencores históricos podrían parecer casi insuperables.
Por eso mismo, si las pláticas progresan y arrojan resultados, se
traducirán en un impulso a las gestiones de paz en el mundo, particularmente
en Medio Oriente y en los conflictos irlandés y vasco. Cabe esperar,
en suma, en aras de la paz y de la convivencia, que resulte fructífera
y exitosa la reunión que empezó ayer entre funcionarios indios
y paquistaníes.
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