México D.F. Martes 17 de febrero de 2004
El autor del libro se dice legatario de García Ponce
Caligrafías invita a compartir ''suculentos manjares literarios''
Reúne ensayos sobre Nabokov y Canetti, entre otros
CARLOS PAUL
''Cuando se ama la vida es normal que se lea mucho", escribió en algún momento Marguerite Yourcenar.
Tal frase podría definir el trabajo del escritor mexicano José Antonio Lugo, quien en el volumen Caligrafías reúne 15 ensayos que abordan la obra de escritores como Vladimir Nabokov, Mijáil Bulgakov, Lawrence Durrell, Elias Canetti, Jorge Luis Borges, Jorge Amado, Rubem Fonseca, Gustave Flaubert, Michel Tournier y Yourcenar, entre otros.
El amor por ciertos autores que a su vez lo tienen por la literatura y por la vida es lo que distingue ese volumen, explica Lugo en entrevista.
Se trata de ''acercarse a esos autores con respeto, admiración y conocimiento completo de su obra, para luego plasmar una visión personal y las claves de la escritura de cada uno.
''Esa manera de abordar a los escritores fue uno de los legados que me dejó Juan García Ponce, quien figura entre los maestros mexicanos del ensayo literario, pues fui su secretario de 1981 a 1985'', comenta Lugo.
Los autores reunidos ''son algunos de los mejores escritores que vivieron en el siglo XX, a excepción de Flaubert, quien sin duda es el padre de la novela moderna".
Caligrafías forma parte del actual proyecto bibliográfico de la Universidad Autónoma de Chiapas y de la recién creada editorial El Viejo Pozo; ambas han publicado ya Headhunters, de Alberto Vidal, y La dama sombría, de Eduardo Ramos-Izquierdo.
El trabajo del ensayista, como define Michel Tournier -expresa Lugo-, lo destaca ''como aquel que a la obra de un autor le agrega el mundo. Labor que considero tan importante como escribir una novela".
Caligrafías ''no es un libro de crítica literaria en el sentido académico'', señala el autor, pues ''me formé como ensayista y lo que importa es compartir una pasión para crear nuevos lectores. Eso fue lo que me legó García Ponce".
Ese volumen, concluye, ''es una especie de menú que muestra una serie de diversos y maravillosos platillos, una invitación a acercarse a otros manjares mucho más suculentos".
El libro fue presentado hace días en el Palacio de Bellas Artes.
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