México D.F. Martes 17 de febrero de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Atención con el Metro
EN EL METRO el asunto es de dinero. Los niveles
de endeudamiento que se le permitieron al organismo no corresponden con
las necesidades de este importante medio de transporte y es hora de que
se mire con atención y esto va para todos los niveles de gobierno,
tanto federal como local.
SERIA IMPOSIBLE PEDIRLE a Javier González
Garza, director del Metro, que hiciera milagros con un presupuesto deficiente,
pero es necesario, cuanto antes, cerrar el paso a los rumores que crean
desconfianza a los viajeros de ese sistema de transporte.
SEGUN CIFRAS OFICIALES, el Metro necesitaría
unos 10 mil millones de pesos para estar en las mejores condiciones de
cumplir con seguridad la transportación de más de cuatro
millones de pasajeros diariamente.
LA REDUCCION DEL techo de endeudamiento
del Gobierno capitalino ha puesto en jaque al Sistema de Transporte Colectivo
Metro y es, desde luego, un problema de magnitud mayor, y si existe, por
esa razón, algún peligro para los pasajeros, sería
el momento no de lamentos, pero sí de tomar decisiones radicales.
HABRA QUE SER claros con los diagnósticos.
Si el Metro entraña un peligro para los usuarios hay que decirlo
ya y fuerte, porque un incidente trágico en este sistema de transporte,
por menor que fuera, sería imperdonable.
ES VERDAD QUE fue el STC el que más resintió
el recorte al presupuesto original de la capital. Para 2004 se habían
solicitado 6 mil 500 millones de pesos y apenas podrá ejercer 5
mil 722.
EN COMPARACION, habría que advertir que
el año pasado el Metro pudo ejercer, al cierre de ese ejercicio,
algo más de 6 mil millones, que de alguna manera lograron aliviar
las carencias del servicio. Habría que decir, por ejemplo, que durante
el acutal gobierno se han gastado cerca de 5 mil millones de pesos en el
organismo.
PERO NO BASTA. El Metro de la ciudad de México
es uno de los más importantes del mundo por el número de
personas que viajan en él día con día, y es necesario
no nada más que sea un transporte eficaz, sino que también
cumpla a cabalidad con todos los puntos de seguridad que requiere. Así
es que si hay alguna duda, más vale decirlo ahora y bien fuerte
para impedir que los dueños de la infamia se apoderen de la confianza
que los usuarios han puesto en el Metro.
Cuestión de tiempos
HACE YA UN buen rato, al principio del actual gobierno,
se criticó que el gobierno capitalino cediera algunos de sus predios
para la construcción de lo que se dijo sería la Plaza Mariana.
EL JUEVES PASADO, en estas páginas, Emilio
Pradilla retoma el asunto para hacerse varias preguntas sobre, incluso,
la legalidad de las donaciones y cuestiona, también, el caracter
laico del Gobierno de la ciudad.
LA POLITICA OBRA milagros y uno de ellos, sin lugar
a dudas, es convertir lo ya ocurrido en crítica del presente, no
descubrir lo oculto, si no hallar el sentido de la crítica en lo
que alguna vez no pasó de noche.
TOTAL, EL ASUNTO de la Plaza Mariana sucedió
hace un buen rato, pero hoy, hasta estas fechas se pone el ojo crítico
en aquel hecho, ¿será porque hoy se viven otros tiempos?
O, ¿son los mismos de siempre, pero disfrazados?
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