.. |
México D.F. Martes 17 de febrero de 2004
Ana María Aragonés
Para juzgar la propuesta de Bush sobre indocumentados
Se ha hablado mucho de la propuesta del presidente Bush
lanzada el 7 de enero pasado, pero creo que ha faltado explicar en qué
consiste, por lo que me propongo esbozarla.
En primer lugar expone un breve diagnóstico en
el que señala que el universo de indocumentados es de más
o menos 8 millones. Aunque en realidad es de 9 millones 300 mil y, hay
que recordarlo, 5 millones 300 mil son mexicanos. Reconoce que el problema
de los indocumentados se ha generado debido a que "los trabajadores no
tienen una forma legal de entrar a Estados Unidos, pues la capacidad legal
para entrar es absolutamente limitada". Hay sólo dos vías:
las visas de trabajo, que se otorgan en un número de 150 mil por
año, y las llamadas green cards o de residencia permanente,
que están limitadas a 140 mil por año y unas 480 mil visas
para familiares. La pregunta que el propio Bush se hace es: ¿cómo
pueden los empleadores conseguir los trabajadores que la economía
necesita si no se ofrece una forma legal ni para empleadores ni para trabajadores?
Es decir, las necesidades de la economía son muchas y la capacidad
para entrar legalmente es absolutamente insuficiente. El resultado es el
incremento de la migración indocumentada. Pensar en la deportación
es simplemente imposible, pues, como señala la propia Margaret Spellings,
asesora de la Casa Blanca, "el país tendría que cerrar".
Finalmente se plantea la necesidad de asegurar la frontera,
ya que después de los acontecimientos del 11 de septiembre es prioritario
saber quién está dentro del país y quién quiere
entrar.
De acuerdo con ese diagnóstico -que en líneas
generales hasta podríamos aceptar correcto-, se propone un programa
como trabajadores temporales. Este programa no se dirige a ningún
sector en particular, es decir, pueden presentar solicitud trabajadores
agrícolas, trabajadores para cualquier sector industrial, calificados,
no calificados, maestros, enfermeras, estudiantes, etcétera. Se
podrán acoger al programa tanto los trabajadores indocumentados
que residen ya en Estados Unidos como los que se encuentran en sus países
de origen. Quienes ya se encuentran en Estados Unidos tendrían que
pagar una multa, sin especificar el monto, para poder participar en este
programa, costo que, por supuesto, no se aplicaría a los que se
encuentran fuera de Estados Unidos y aspiren a ser considerados. Una condición
es que los empleadores deben demostrar que no hay trabajadores estadunidenses
que puedan cubrir esas necesidades laborales.
Los contratos tienen una duración de tres años.
Pueden renovarse otros tres años y, en algún caso, se podría
optar por la residencia permanente, aunque tanto para la renovación
como para la residencia permanente se reconoce que hay absoluta ambigüedad,
pues no se especifica cómo, en qué momento, quiénes
ni cuántos. Por otro lado, en el caso de que pudieran optar por
la residencia permanente, de ninguna manera podrían situarse por
delante de los que ya se encuentren en espera, que por cierto son muchos
miles.
Se ofrece a todos los trabajadores la misma protección
laboral que a los nativos; se habla de salario mínimo. Vale la pena
aquí hacer mención de que el salario mínimo en Estados
Unidos es realmente tan mínimo que hasta los propios trabajadores
indocumentados ganan menos, pero "del doble del salario mínimo",
según el doctor Passel.
Se habla de la posibilidad de circularidad, de
dos formas distintas. Primero, que los trabajadores podrán ir y
venir legalmente durante el tiempo que dure su contrato y podrán
cambiar no sólo de empleador, sino de sector laboral. Y una segunda
forma de circularidad es reconocer las contribuciones que el trabajador
hace a la economía a través de la posibilidad de ahorrar
dinero para su retiro o para lo que decida, es decir, hacer valer lo cotizado
en la seguridad social, tanto para los que se encuentren en Estados Unidos
como para los trabajadores estadunidenses que laboran en otros países.
En este sentido, parece que ya se han firmado acuerdos con otros países,
y México se encuentra entre ellos.
Esta es a grandes rasgos la propuesta de Bush para un
programa de trabajadores temporales. Juzgue usted mismo.
|