México D.F. Domingo 15 de febrero de 2004
En EU se estudia la transición
en la isla, documenta
Ratifica Fidel Castro que gobernará Cuba "hasta
el último aliento"
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 14 de febrero. En una nueva prueba de
resistencia física, el presidente Fidel Castro habló de pie
durante más de cuatro horas, ratificó que seguirá
gobernando "hasta el último aliento", volvió a evocar el
momento de su muerte y, entre abundantes sarcasmos, vaticinó que
Estados Unidos fracasará en cualquier intento de variar la línea
política del gobierno cubano.
Con
traje oscuro y corbata, el mandatario improvisó su tercer discurso
en tres semanas, al clausurar el sexto Encuentro de Economistas sobre Globalización
y Problemas del Desarrollo. Esta vez habló durante cuatro horas
y 20 minutos y terminó a las 2 de la madrugada del sábado.
Como en ocasiones anteriores, Fidel Castro dedicó
especial atención a su propia muerte -"algo lógico y natural"-
y su cálculo de que ese momento no dará oportunidad a que
Estados Unidos intervenga de alguna forma en Cuba.
"Está todo preparado", expresó Castro, de
77 años, repitiendo el aviso de meses recientes de que la cúpula
gobernante cubana tiene lista la maquinaria para reaccionar ante el deceso
de su líder y prolongar el sistema de partido único y economía
estatal.
En ese momento, Estados Unidos sólo podría
influir en Cuba "invadiendo, atacando a toda velocidad", agregó
Castro. "Pero estamos haciendo planes, de modo que están perdiendo
el tiempo. El muerto todavía no está muerto, no lo han matado.
Estamos absolutamente tranquilos."
También citó extensamente despachos de agencias
de noticias sobre una comisión del gobierno estadunidense, encabezada
por el secretario de Estado, Colin Powell, para estudiar la "transición"
cubana.
El discurso fue esencialmente el mismo que pronunció
hace dos semanas, en la sesión final de un foro contra el Area de
Libre Comercio de las Américas, cuando habló cinco horas
y media y tuvo temas recurrentes con el de la semana pasada, al final de
un congreso universitario, cuando ocupó la tribuna tres horas y
media.
Según su hilo argumental, la continuidad del sistema
está asegurada. Un eventual ataque militar estadunidense, advirtió,
tendría alto costo político, porque la doctrina de defensa
tiene respaldo popular y la capacidad disuasiva de garantizar un fuerte
número de bajas a su enemigo en el teatro de operaciones.
Castro insistió en la advertencia de que, si el
presidente estadunidense, George W. Bush, lanzara una incursión
armada, él se mantendría al frente de una población
en resistencia. "Sabremos honrar nuestras obligaciones hasta el último
aliento y, en todo caso, decirle a este ilustre caballero Bush aquello
que decían los gladiadores romanos: 'Salve César, los que
van a morir te saludan'", agregó.
Castro ridiculizó repetidamente a Bush. Con un
libro satírico en la mano, el líder cubano citó frases
del jefe de la Casa Blanca ("tendré una política exterior
exteriorizada", "cada vez más nuestras importaciones vienen de fuera
del país", la pregunta al entonces mandatario brasileño,
Fernando Henrique Cardoso: "¿ustedes también tienen negros?").
Bush, añadió, no podría mantener
una discusión con un estudiante cubano de tercero de secundaria
y, como hace dos semanas, retó al presidente de Estados Unidos a
precisar si considera o no plausible el asesinato del líder cubano.
Desbordado de buen humor, al filo de la medianoche, Castro
también hizo bromas a costa de algunos asistentes al Palacio de
las Convenciones, que en butacas de primera fila mostraban la fatiga de
la jornada, intentando vencer el sueño. El presidente cubano hizo
servir vasitos de café para reanimar a su auditorio.
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