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México D.F. Sábado 14 de febrero de 2004
El pasado jueves ofreció la primera de
tres presentaciones en el Teatro de la Ciudad
Pablo Milanés dedicó su canto a los cubanos
que no están en la isla
Interpretó 24 temas en un concierto que sonó
más transparente que los del Auditorio Nacional
ARTURO CRUZ BARCENAS
El cantante cubano Pablo Milanés dedicó
su actuación del pasado jueves, primera de tres en el Teatro de
la Ciudad, a todos los cubanos que, "por una u otra razón, no están
en el país". Para ellos interpretó, específicamente,
Exodo, una de las 24 piezas de su autoría que espació
a lo largo de hora y media. A los instantes de meditación siguió
un aplauso del público que medio llenó el foro de Donceles,
todos sus seguidores, viejos y jóvenes ceceacheros o preparatorianos;
la mayoría gente que busca oír algo diferente al dial.
El negro nacido el 24 de febrero de 1943, en la ciudad
de Bayamo, de alma profunda y cálida, no hace aspavientos ni parafernalias,
pero las melodías son un abrazo fraterno, un consejo para la reflexión.
Vengo naciendo, título de la primera de sus interpretaciones,
que es un parto con gerundio, el alumbramiento perenne.
Es un icono de la trova cubana, el movimiento musical
con propuestas poéticas, creaciones elaboradas a fuerza de introspección,
de observación de lo cotidiano, de la impostergable crónica
de la vida sociopolítica de los países latinoamericanos.
La trova y su diversidad, con las canciones de Silvio Rodríguez
y Noel Nicola.
Yo
pisaré las calles nuevamente marcó la carrera de Pablo,
en el deseo de reivindicar la libertad democrática, la justicia
económica del gobierno de la Unidad Popular encabezado por Salvador
Allende, "el compañero presidente". Volver a caminar por las alamedas,
por las calles, sin tanques ni carabineros.
Llegó Pablo a México como parte de una gira
que ha incluido Costa Rica, República Dominicana, Colombia y España;
seguirá en Puerto Rico y Brasil, Zurich, Milán, Berlín,
Brujas y Madrid.
Por momentos, en el Teatro de la Ciudad, Pablo dejó
sentir ese filin que captó cuando en sus inicios profesionales
cantaba en centros nocturnos de La Habana. Su melodía está
impregnada del bolero, del romanticismo y el jazz, con sus improvisaciones
geniales, marcadas en líneas, contrapuntos, notas sueltas. Armonía
que lo sigue desde que en 1962 fundó el cuarteto Los Bucaneros.
Tres años más tarde lanzó el álbum Mis 22
años, un suceso en la composición.
No se quedó estancado. En 1967 fue impulsor del
Centro de la Canción de Protesta de La Casa de las Américas,
con Silvio y Noel, entre otros. Siguieron etapas de experimentación,
participación en bandas sonoras de largometrajes, en 30 documentales
y algunas series de televisión. A la fecha lleva más de 90
giras por el mundo, incluida la ex Unión Soviética. Su discografía
consta de más de 30 álbumes. Tal es el paso de quien cariñosamente
es llamado Querido Pablo, título de uno de sus discos más
famosos.
Su voz no es una monotonía, una exclusividad, y
la ha sumado a las de Compay Segundo, Isaac Delgado, Milton Nascimento,
Joaquín Sabina, Víctor Jara, Joan Manuel Serrat, Tania Libertad,
Caetano Veloso y muchos más, como Mercedes Sosa y Miguel Ríos.
Los días de gloria
Avanzó el concierto del pasado jueves. Se escucharon
Jacaranda, Objetos, Yo sé que tú vendrás, que
algunos reporteros jóvenes señalan como "de las que casi
nadie conoce; ni nosotros". Otoño, nostalgia en invierno,
casi en primavera; Los días de gloria, la reminiscencia de
cuando se tenía menos estatura, nada que hacer, pero toda una vida
por delante. Los días del barrio, de los primeros besos, de los
temblores en las piernas al tener cerca a quien se quiere dar el primer
beso, con las manos sudorosas.
El saco roto, Nostalgias, De qué callada manera.
Pablo había anunciado que ofrecería un concierto íntimo.
Así fue. Las luces apagadas, apenas algunas iridiscencias a lo lejos,
como luciérnagas, fueron puntos de referencia, para ubicarse.
Al centro, Pablo y la excelente orquesta que le acompaña,
bajo la dirección del pianista Miguel Núñez; Dagoberto
González en los teclados y violín; Osmani Sánchez,
batería; Eugenio Arango, congos; Germán Velasco, saxo y flautas,
y José Luis Hernández, bajo.
Respecto de los conciertos que dio en el Auditorio Nacional
el año pasado, los arreglos se escuchan mucho más transparentes.
La mano de Núñez se dejó sentir en el impresionante
cierre que hizo a Pablo y sus compañeros regresar dos veces.
Yolanda, El breve espacio, Gracias a la vida -en
cita obligada de la poeta Violeta Parra- y Para vivir, el tema del
amor humilde, de quien acepta al otro en su dimensión de ser humano,
sin egoísmos.
La despedida fue con las manos de los músicos en
alto. Las palabras de agradecimiento, los adioses, los "¡te queremos,
Pablo!"
Milanés se presentará de nuevo hoy, en el
mismo Teatro de la Ciudad, a las 20:30 horas, y mañana, a las 18.
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