Anoche abrió sus puertas el de Historia Natural de Tamaulipas

Los museos sirven para motivarnos a seguir aprendiendo: Ofelia Martínez

Propone la curadora utilizar los sentidos y la reflexión para lograr el conocimiento

CARLOS PAULENVIADO

Ciudad Victoria, Tamps., 13 de enero. El Museo de Historia Natural de Tamaulipas (Tamux) costó 176 millones de pesos y se construyó en un año tres meses, expresó el director del recinto, Felipe San Martín González, en la inauguración oficial, a la que asistieron el presidente Vicente Fox; el gobernador de la entidad, Tomás Yarrington; los secretarios de Educación Pública, Reyes Tamez; del Trabajo, Carlos Abascal, y de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, entre otros.

El titular del Ejecutivo federal reconoció la labor de los investigadores que hicieron posible el contenido del museo, y destacó que es ''único en su tipo, en el noreste del país".

En su intervención, dijo que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ''apoya más de 2 mil 500 proyectos de investigación", y que ''invertir en capital humano es fundamental para ser cada vez más competitivos como país, para mantener el control sobre nuestro futuro".

Asimismo, Vicente Fox señaló "que no puede haber preservación, ni conservación del patrimonio cultural sin la protección legal de nuestros monumentos arqueológicos, históricos y artísticos, por eso -añadió- se han protegido 21 sitios arqueológicos y nueve zonas de monumentos históricos".

El arte y la ciencia se conjugan en el Tamux, donde el visitante podrá conocer desde el origen del universo hasta el bello patrimonio ecológico de la región, que abarca trópico, desierto, montaña y mar.

''Los museos no son para que las personas se conviertan en especialistas -expresa en entrevista la curadora Ofelia Martínez-, sino para que el visitante se emocione y desee luego buscar más información y así seguir aprendiendo."

Por ello, la premisa fue que para llegar al conocimiento científico, el camino son los sentidos y la reflexión, que se ponen en práctica en el nuevo recinto cultural.

''En lo que será la segunda etapa -adelanta a La Jornada la especialista- se inaugurará aquí un centro de estudios sobre recursos naturales, ya que Tamaulipas es uno de los estados con mayor riqueza ecológica.

Síntesis de temas

Enclavado en un área de 10 mil metros cuadrados, de los cuales 3 mil 500 los abarca el sobrio y funcional recinto cultural, el viaje se inicia al entrar al museo, desde cuyo espacio central, llamado de encuentro, el visitante tiene la opción de dirigirse a cualquiera de sus cinco salas.

Sin embargo, el recorrido comienza, de lo general a lo particular, por la sala dedicada al origen del universo.

Para conocerlo, en un pasillo oscuro, con sonidos que evocan el cosmos, reciben al viajero breves frases científicas o poéticas (que van cambiando sobre una alargada pantalla luminosa), de científicos como Albert Einsten o Julieta Fierro.

En esta sala, el tiempo cero, la teoría del Big Bang, estrellas, galaxias y asteroides, lo que sucedió en los tres primeros minutos de vida del universo, un hoyo negro, las características de cada planeta del sistema solar, mostradas en un planetógrafo, y hasta un astronauta (de tamaño natural) suspendido en el ''espacio", son algunos de los temas que han sido sintetizados para dar paso a la historia y origen de la vida.

La escala del tiempo

En la tercera sala, la historia vuelve a ser narrada de lo sencillo a lo complejo, pero esta vez en un contexto distinto: el tiempo.

Con el título Evolución y paleontología, se muestra qué es lo que pasaba hace millones de años en el planeta.

Aquí, un piso de vidrio representa una gráfica de la escala del tiempo; abajo, a trasluz de los cristales, se observa la tierra áspera, fósiles y rocas milenarias.

En lo que podría llamarse la superficie se convive con reproducciones de esqueletos de dinosaurios y más fósiles, cuyo origen y explicación se muestran mediante dibujos animados en monitores.

''Esta sala es como un espacio escultórico, donde los fósiles, esos sí originales, son las piezas en exhibición."

La magia de la imagen explota. El misterio y belleza de la biodiversidad tamaulipeca son asombrosos, lo cual se confirma en el cuarto pabellón, que más que ser informativo es sensorial.

En enormes pantallas acomodadas en poliedros irregulares se proyectan, de manera sincronizada, los diferentes ecosistemas que conviven en el territorio tamaulipeco.

La música folclórica-contemporánea, compuesta ex profeso por Javier Martínez, acompaña las sucesivas imágenes que no dejan de asombrar y enorgullecer al visitante, que podrá, si lo desea, tomarse una fotografía con un enorme cocodrilo artificialmente animado.

El recorrido se cierra con la sala El hombre y la naturaleza, en la que se reflexiona sobre con qué recursos se cuentan y cómo se deben cuidar, como es el caso de la ''maravillosa reserva ecológica El Cielo".

Aquí se habla del agua, la basura orgánica e inorgánica, el clima y la biotecnología.

En todas las salas, la luz, la ambientación sonora, el video, las placas de vidrio explicativas, las fotografías, los juegos interactivos, hechos por los creativos de la agrupación científico-artística Margen Rojo, se conjugan para crear el singular discurso del Museo de Historia Natural de Tamaulipas, cuya visita mueve a reflexionar que ''lo único seguro es que todavía nos queda mucho por aprender".