México D.F. Viernes 6 de febrero de 2004
Bajos costos convierten a Berlín en paraíso de cineastas
Frío recibimiento dio la prensa a la cinta Cold mountain en la Berlinale
ALIA LIRA HARTMANN CORRESPONSAL
Berlin, Alemania, 5 de febrero. Bajo inusuales temperaturas primaverales dio inicio la edición 54 de la Berlinale, la fiesta berlinesa de la industria cinematográfica, que durante 10 días exhibirá alrededor de 400 producciones.
La cinta Cold mountain, de Anthony Minghella, fue la encargada de abrir el festival, pero encontró un recibimiento frío por parte de la prensa, que abarrotó la sala en que se presentó, y los aplausos que al final premian la filmación brillaron en esta ocasión por su ausencia.
A la conferencia de prensa posterior a la proyección acudieron el mismo Minghella, Harvey Weinstein, de Miramax, y dos de los actores secundarios. Las esperadas protagonistas femeninas del filme, Nicole Kidman y Renée Zellweger no acudieron a la cita en Berlín.
Cold mountain, basada en la novela de Charles Frazier sobre la guerra civil estadunidense enmarcada en Carolina del Norte, fue rodada enteramente en Rumania. Según Minghella, realizar una película de este tipo en Estados Unidos resultaba imposible, y al ser cuestionado sobre la ironía de tener que acudir a un país europeo para rodar una auténtica historia americana, comentó: "yo nunca he hecho una película en el lugar en que ocurre, se trata de crear un mundo y Rumania ofrecía condiciones inmejorables al contar con inmensas áreas vírgenes".
Pero no se trataba sólo de los paisajes vírgenes, pues de acuerdo con información publicada por Der Spiegel, el semanario más importante de Alemania, esta producción de alrededor de 80 millones de dólares contrató por semanas enteras a soldados de la armada rumana con salarios ínfimos; inclusive, técnicos rumanos preparados no ganaban más de 200 dólares al mes, por lo que rodar en Estados Unidos hubiera sido incosteable.
Por su parte, Weinstein, productor ejecutivo de la cinta, apuntó que esto indica que Hollywood se encuentra ya presente en todo el mundo, especialmente en Europa: "creemos en las locaciones europeas, en Estados Unidos no se aceptan las películas europeas tan facilmente, es por eso que nosotros tenemos que mirar hacia Europa'. Y vaya si son aceptadas.
El otro atractivo de Berlín
Ni Cannes ni Venecia tienen tanta presencia hollywoodense como Berlín. Alemania comienza a convertirse en la tierra predilecta de cineastas, y Berlín se ha convertido en un gran atractivo para filmaciones hollywoodenses por sus bajos costos, ya que personal involucrado en la producción de una película gana en Berlín la tercera parte de un colega en Hollywood.
Además, Berlín ofrece la ventaja de ser una ciudad todavía en permanente cambio después de la unificación, pues construcciones de Berlín oriental que están en desuso o nuevos edificios aún sin ocupar ofrecen grandes ventajas a la industria cinematográfica.
En esta ocasión, son 23 las producciones que entran a concurso y a Dieter Kosslick, director de la Berlinale, le han llovido críticas por su marcada afición hollywoodense y su especie de desdén por las producciones alemanas. Este año, sólo dos producciones locales entran en competencia.
La actriz estadunidense Frances McDormand, famosa por su inolvidable papel en Fargo, funge en esta ocasión como presidenta del jurado.
En la Berlinale se desarrolla paralelamente también el Festival de Cine Infantil, en el que participan 27 producciones.
La alfombra roja está puesta frente al Berlinaler Palast y Jack Nicholson fue el primero en pasearse frente a los cientos de caza autógrafos y las decenas de cámaras de televisión para acudir a la fiesta de gala de la inauguración. En la Potsdamer Platz se respira un aire de glamur.
|