México D.F. Viernes 6 de febrero de 2004
El género encarna ''la herencia viva
del despojo de la libertad'', dice García Ledesma
Scorsese espejea la historia del blues con el devenir
cultural de su patria
The Blues incluye siete filmes y comienza a llegar
a México en formato cd Espléndida concurrencia de voces
femeninas en el testimonio auspiciado por el cineasta estadunidense
PABLO ESPINOSA
El cineasta Martin Scorsese filmó y produjo una
historia cultural de su país por medio de la serie de siete filmes
titulada The Blues y dirigidos por sus colegas Wim Wenders, Clint
Eastwood, Mike Figgis, Charles Burnett, Marc Levin, Richard Pearce y por
él mismo, que estrenó en Estados Unidos a finales de 2003
en la cadena cultural PBS de televisión.
Retransmitida
a principios de este año en Francia, ahora empieza a llegar este
testimonio a México mediante la serie de discos compactos que contiene
el material sonoro de esa historia cultural, esa manera de narrar el mundo,
esa biografía del alma que es el blues.
Es así como una ola de placer invade México.
Si como Virgilio uno deambula por esos antros de vicio
y perdición (je) llamados tiendas de discos, se topará en
los estanteros de novedades discográficas un arsenal de placeres,
una mina de oro sónico, una veta inenarrable de gemidos, un coral
aullante, un espejo de El paraíso recobrado de John Milton,
una manera de releer a Dante con audífonos.
Alegría del lector, comprar libros; felicidad del
melómano: destinar una parte del bolsillo para sufragar un vicio
supremo: la música, el placer.
El primer hallazgo (the first cut is the deepest)
consiste en el volumen omniabarcante titulado The Best of the Blues,
que
contiene los 21 tracks que conmovieron al mundo, una antología
mayor, una summa exquisita, una maravilla poliédrica.
Lectura inteligente, abierta, sensible
A
primera vista, el melómano pudiera ofrecer homérica resistencia
bajo argumentos válidos y cuestionamientos honorables. ¿Otra
historia del blues? Pero al revisar el track listing el canto de
las sirenas es superior al influjo de La Cabalgata de Las Valkirias.
¿Qué buena historia del blues capta en apenas
21 capítulos el universo entero? Lo mejor del caso es que no se
trata de una historia del blues en el sentido tradicional, enciclopédico
del término, sino de una lectura inteligente, sensible, abierta,
sincera, completa.
La primera de sus virtudes consiste en que de los 21 tracks,
la tercera parte de ellos pertenecen a mujeres, entre ellas la mejor cantante
después de Ella Fitzgerald, es decir Cassandra Wilson, y la más
rubicunda por pálida de las cantantes negras negrísimas de
corazón, Janis Joplin.
La pléyade, el gineceo magnífico, la concurrencia
femenina es espléndida en esta historia del blues según Scorsese.
El punto culminante de la síntesis de la antología,
en tanto, ocurre cuando John Mayal dialoga con Dios, es decir con Eric
Clapton en la pieza más prendida de entre esta pira inagotable:
All
your love, la rola clásica de Otis Rush puesta en vida
por John Mayall y sus Bluesbreakers con una serie de cambios de ritmos,
dinámicas, articulaciones y un fraseo supremo entre las guitarras
de Mayall y Clapton mientras quien escucha aúlla de placer.
Eso, el placer, esa forma de conocimiento, esa ontología
suprema, es el contenido básico de La Pasión Según
Scorsese, que es como pudiéramos titular también esta
historia del blues.
Oleada de placer
En su excelente estudio La importancia del blues en
la música popular actual de México, el músico
de blues e investigador Jorge García Ledesma contextualiza: ''El
blues es el camino de la música popular de un país, que surge
de un grupo minoritario y segregado y anteriormente esclavo. Es el género
musical popular más apasionante y complejo por su trascendencia
e influencia en la música actual de casi todo el mundo (...) llevando
su mensaje de sentimiento humano y placer".
Una oleada de placer. El estudio de García Ledesma,
que constituye otra primicia notable en el ámbito mexicano, caracterizado
por el desprecio y la ignorancia respecto de ámbitos culturales
tan esenciales como el blues, piedra de toque de la mayor parte de la música
popular contemporánea, describe los ámbitos filosóficos,
las estancias sociológicas, las consideraciones de ideología
y poder, pero sobre todo la importancia de una música universalizada
desde el microcosmos de lo que ''es la herencia viva del despojo de la
libertad y de los que nacieron en la pobreza, la persecución y el
trabajo duro, experimentando desde entonces el amor y la traición,
la santidad y el pecado, el placer, la tragedia, la risa, la ebriedad,
la marginalidad, la discriminación y la pura alegría. Es
el blues".
Las aportaciones de Jorge García Ledesma en su
amplio ensayo son fundamentales, en contraste con el recrudecimiento del
consumismo y el afán esnob, este gran mercado en que se ha convertido
todo.
Anota
el estudioso mexicano: la naturaleza de la música de blues es ''muy
sensual, parecida al acto sexual, sus rolas hablan sobre la guerra,
los políticos y el hambre, y la manera de interpretarlo es muy estrafalaria,
por eso tanto en medios de comunicación como autoridades intentan
mantenerlo al margen".
En este contexto, el proyecto de Scorsese es monumentalmente
oportuno. En el momento en que filmaba un documental sobre Clapton le cayó
el veinte de que la historia del blues espejea la historia de la cultura
de su país. Encargó, con esa certeza, a seis colegas suyos,
seis cineastas de probada filiación bluesera, un filme a cada uno
con su visión del blues.
El promedio de duración de los filmes es de una
hora 40 minutos cada uno. Scorsese tituló el suyo Feel like going
home. No se trata de documentales ortodoxos, sino de lecturas personales
a propósito del mundo del blues.
El paquete entero se consigue hasta el momento sólo
en Estados Unidos. Gracias a García Ledesma, quien adquirió
un ejemplar allá, conocemos el contenido del proyecto, pero las
versiones en dvd de las películas no se consiguen todavía
en tiendas mexicanas. Por supuesto que el ámbito ideal para su difusión
sería Canal 22.
Lo que sí está al alcance de la mano, ya,
es el arsenal sónico de esta aventura maravillosa de Scorsese. El
mencionado The Best of The Blues es, entonces, sólo la punta
del iceberg. Nada más la puntita.
En tiendas mexicanas circulan también los soundtracks
de las películas de Wenders, Figgs, Burnett, y discos dedicados
en lo individual a los dioses del blues que protagonizan la serie entera:
Sun House, Robert Johnson, Bessie Smith, Keb Mo, Taj Mahal, Steve Ray Vaughan.
Escucharlos uno a uno otorga la sensación de ir completando un vasto
mural.
Una oleada de placer.
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