México D.F. Viernes 6 de febrero de 2004
Algunos de los militares habrían muerto por falta de capacidad de los mandos
Sedena ocultó bajas sufridas por la irrupción del EZLN en 1994
JESUS ARANDA
De las 16 bajas que sufrió el Ejército durante el conflicto armado en Chiapas -del primero al 12 de enero de 1994-, cinco fueron producto de la falta de capacidad y pericia del entonces comandante del 80 batallón de infantería, Moisés García Ochoa -actualmente secretario particular del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)-, quien expuso innecesariamente a los soldados cuando apenas se iban a incorporar a las unidades acantonadas en la zona militar de Rancho Nuevo.
Este, como otros pasajes del conflicto chiapaneco en los que soldados perdieron la vida, fueron ocultados durante la administración del presidente Ernesto Zedillo, cuando incluso el entonces titular de la Sedena, Enrique Cervantes Aguirre, ordenó a sus comandantes que, en caso de que se registraran muertes, "que no se notara" la entrega de cadáveres a los deudos.
A diez años del inicio de la rebelión, la Sedena dio los primeros pasos para reconstruir la historia oficial del conflicto, al informar oficialmente sobre el número de los soldados muertos (17, sumando al coronel Hugo Alfredo Manterola Cedillo -quien falleció en febrero de 1995) y la unidad a la que pertenecieron.
Cabe señalar que la publicación de los nombres de los soldados muertos se hizo en un número de la Revista del Ejército y Fuerza Aérea correspondiente a enero de 1995, cuya distribución se limita a los miembros del Ejército.
El general de división retirado Luis Garfias Magaña, quien era comandante de la 23 Zona Militar, con sede en Tlaxcala, recibió la orden de enviar elementos (alrededor de 400 soldados) a la zona de conflicto. Dispuso lo necesario y el 10 de enero se trasladó el 80 batallón de infantería bajo las órdenes del entonces coronel Moisés García Ochoa.
Partieron los soldados del aeropuerto de Huejotzingo, Puebla, y arribaron a Tuxtla Gutiérrez por la tarde. Sin embargo, recuerda en entrevista Garfias, en lugar de ordenar que el batallón se quedara a pernoctar en la capital chiapaneca, García Ochoa ordenó el inmediato traslado a la zona militar de Rancho Nuevo, ubicada en los alrededores de San Cristóbal, que era una de las bases principales del Ejército.
El convoy fue atacado al amparo de la noche, además -dijo el general- no se tomaron las precauciones necesarias, pese al riesgo que representaba su traslado por lo irregular del terreno. "Fue una emboscada en la que murieron cinco soldados de mi batallón que viajaban en los últimos tres camiones. šCómo es posible que no hayan tenido oportunidad de defenderse! Tuvieron que responder desde el techo de los camiones y usando su mochila como parapeto".
Recordó que la orden girada por Cervantes Aguirre fue "que no se notara" la entrega de cadáveres a los deudos, pero -reclamó-, "cómo que no se notara, si no murieron pollos. Nosotros, en el aeropuerto de Huejotzingo, rendimos los honores militares correspondientes".
Como "reconocimiento", García Ochoa recibió después la encomienda de dirigir el Centro de Inteligencia Antinarcóticos (Cian) del Ejército y en diciembre de 2000 fue designado secretario particular del titular de la Sedena, general Ricardo Clemente Vega García.
La citada lista corresponde, a excepción de la adscripción, a la que publicó La Jornada en febrero de 1995 y es la siguiente: coronel de arma blindada Hugo Alfredo Manterola Cedillo, primer regimiento blindado de reconocimiento; mayor de infantería Roberto Hernández Oropeza, primer regimiento blindado de reconocimiento; mayor de caballería Vladimir Lara Salgado, 24 regimiento de caballería motorizado; teniente de caballería Fernando Monroy Tinajero, 24 regimiento de caballería motorizado; sargento segundo de infantería Gilberto de Jesús Dámaso, y los cabos Jordán González González y Encarnación Mejía Hernández, del 83 batallón de infantería; sargento segundo de transmisiones Cicerón Gutiérrez Pérez, tercer regimiento de infantería; cabos René Mezquita López y Ernesto Santiago Santiago, 17 batallón de infantería; cabos Leonildo Zárate Martínez y Amado Robles Gómez, 22 batallón de infantería, y los cabos Juan Domínguez Farfán, Felipe Reyes Altamirano, José Luis Flores Nicolás, Mauro Campos Arroyo y Pascual Vázquez Torres, del 80 batallón de infantería.
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